La cogestión o democratización del capital favorece en principio a los trabajadores, quienes dejan de ser participantes invisibles, asalariados y explotados en el proceso productivo. En teoría esto suena muy bien, sin embargo yo tengo muchas dudas en cuanto su funcionamiento en la práctica.
Para nadie es un misterio el hecho de que en Venezuela nunca ha existido un sector industrial real. Las industrias nacionales, salvo contadísimas excepciones, son hijas de distintas políticas de fomento, más que de un desarrollo industrial sostenible. El Estado venezolano ha invertido y perdido ingentes cantidades de dinero en créditos subsidiados, exenciones de impuestos, mecanismos de fomento a las compras nacionales y a las exportaciones etc. etc. etc. Instrumentos que fueron aprovechados por personas realmente interesadas en invertir en alguna rama industrial así como por los vivos de turno que vieron el cielo abierto para hacer negocios en base a sus conexiones.
Hace muchos años Roberto Salas Capriles, comparando la rentabilidad del sector industrial con las de los sectores comercial y especulativo, afirmó que para ser industrial en Venezuela había que ser un héroe. Como no creo en el capitalismo heroico, pienso que esta afirmación compete mucho más a los obreros que pasan a ser inversionistas de las empresas en cogestión que a los inversionistas originarios quienes, motivados por un lucro fácil y rápido,. invirtieron más dineros públicos que privados,
Mi trabajo en diversos campos me ha puesto siempre en contacto con el mundo empresarial y por experiencia sospecho que los empresarios que se han acogido a la cogestión están mucho más interesados en salir de sus empresas que en democratizar el capital. Ningún capitalista invierte para perder y, si las empresas están atascadas, obsoletas y llenas de deudas es porque nunca fueron realmente viables y sólo lograron sobrevivir a salto de mata, gracias a la ayuda de papá Estado. Me parece que los dueños de empresas pueden ver en la cogestión un mecanismo perfecto para tirar la toalla elegantemente y de paso hablar mal del gobierno “comunista” de Chávez que les “quitó” su fuente de ingresos. Gobierno del cual despotrican sistemáticamente, como todo hijo dependiente que no se termina de ir de la casa paterna.
Sé que el tema es muy complejo y supongo que quienes están a cargo del programa de cogestión sustentan sus decisiones sobre estudios serios, pero de verdad no veo cómo es que los trabajadores van a poner a funcionar empresas que por razones macro y micro económicas no han podido estabilizarse hasta ahora…
OJALÁ esté equivocada, no sea que estamos liberando a los empresarios de sus deudas y obligaciones laborales y le estamos echando un vainón a los trabajadores – empresarios.
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