Eran los últimos días de la década del sesenta y se iniciaba a un lado de los silos de Papa en el Pico El Águila del Estado Mérida, la construcción de la nueva carretera hacia un hermoso, pintoresco y alejado caserío, llamado, Piñango: el último pueblo de Venezuela, o quizás, la última población de nuestro país, desde allí se sigue por carretera de piedra y tierra, hasta Torondoy en la zona sur del lago del Lago de Maracaibo, (carretera panamericana).
Este apacible sitio de fuertes vientos, donde se ve, la cima de las impresionantes montañas, su color se asemeja al de una vieja cabellera, grisáceo y a lo lejos, si miras bien, podrás ver saliendo desde la ruta del paramo Mifafi en su majestuoso vuelo, al cóndor de los andes.
Viejos pobladores cuentan que al inicio de los años cincuenta un joven médico, lozano, junto a un experimentado conductor llego al restaurant ubicado en la cima del entonces llamado, Pico El Águila, allí se detuvo por una hora, al igual como lo había hecho más de un siglo antes, El Libertador, Simón Bolívar, ese hombre, es, Ernesto Guevara de la Serna, inmortalizado como El Che.
Quien luego de visitar, curar y compartir en una isla peruana, donde se trataba a seres humanos cubiertos de lepra, siguió su viaje junto a un fiel amigo por toda Suramérica, en una vieja moto.
Relatan algunos lugareños que este hombre, conducido por un conductor, llego a este sencillo puesto de comida y allí, El Che, refresco su cuerpo con una bebida caliente, y después de conversar un poco, recordando el frio de sus andes patagónicos, resolvió dejar unas palabras, “es tan frio, alto y bello, como en mi tierra”
Allí, comparo el cóndor de la estatua con los que vuelan por toda su tierra, supo que un escultor de nombre, Marcos León Mariño, erigió un 19 de diciembre de 1927 en plena dictadura de Juan Vicente Gómez, en honor al paso del Libertador, aquella majestuosa obra, que aun hoy perdura, y la cual, se erige como recuerdo de la gran gesta emancipadora patriótica venezolana de 1830, cuando Bolívar, inicio, El Paso de Los Andes.
Aun se sentían las suelas de hierro, grilletes y el toser de enfermos presos, condenados al frio intenso de las épocas de Juan Vicente Gómez, quienes teniendo por única compañera una pala o un pico, la sostenían en sus encalladas manos, maceraban un listón de madera que soportaba los duros golpes contra una piedra que abría carreteras.
Años más tarde, con la construcción de catorce grandes silos para almacenar Papa, en las bajas temperaturas de aquel sitio, comparado a la similitud de gigantescas neveras.
Al norte y al sur de los silos, nacen las lagunas que se convierten en los afluentes más importantes que rodean las ciudades de dos Estados andinos, EL Rio Chama, el cual baña a Mérida y El Rio Motatan, el visitador del Estado Trujillo.
Las grandes almacenadoras de Papa se fundaron con los dineros del Estado, amalgamando con los años, sus servicios al bien de los productores, pero defraudando primero la confianza de los productores por el mal manejo del Estado, y posteriormente depositando solo la confianza de su administración en una sola familia.
Familia que con los años se enriqueció vorazmente con aquel negocio, abandonando su mantenimiento, orden y descuidando la calidad de la semilla de Papa.
A inicios de los años ochenta la administración de los silos fue quitada a esta poderosa familia, para solo unos años más tarde el propio Burelli Rivas, excanciller de la cuarta república, para impotencia de muchos, se los devolvió, a quienes, aun mas se enriquecieron y llagaron entonces a considerar que aquellos sitios de parque nacional, aun, les pertenece.
Esto conllevo, a que una vez conquistada la patria por la revolución bolivariana y socialista, al vencérseles la concepción, un tribunal interviniese ante denuncias de la misma familia por repartición de lo que consideraban su patrimonio, y en el año 2005 en una magistral decisión se lo diera en resguardo a una depositaria.
Esto, hasta que el pasado 22 de septiembre la Corporación Venezolana Agraria, ente adscrito al Ministerio del Poder Popular para la Agricultura y Tierras, tomo posesión del mismo mediante resolución de Gaceta Oficial.
Ahora, se trata de recuperar este importante alimento llamada el tesoro del alto andino, en referencia dada por los indígenas, esta posee energías y proteínas. Las Naciones Unidas, dada su alto valor nutricional e importancia, declaro el finalizado 2008, como Año Internacional de la Papa.
Este tubérculo se compone básicamente de 72 a 75% de agua, de 16 a un 20% de fécula en forma de almidón, un 2, hasta un cercano 2,5% de substancias nitrogenadas, 0,15% de lípidos y de 1,0 a 1,8% de fibra dietética como celulosa. Otro compuesto presente es la solanina, producida en pequeñas cantidades (menos de 0,2 mg/g de producto). En general, la Papa es un alimento rico en carbohidratos, ya que tiene un alto contenido de almidón, el cual conforma el 80% de la materia seca.
Los Tipos de semilla de Papa, son, desde la famosa y cotizada Granola holandesa y canadiense, la Única, Tibisay, las conocidas R-12 y R-18, todas de origen colombiano, la Perú del imponente país sureño y quien más semillas de variedad de Papa poseen en el mundo.
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