El pequeño José G. está despierto desde de las 11 de la noche y son mas de las 3 de la madrugada, porque el sofocante calor que acumuló las paredes y el bajo techo de su casa durante el caluroso día, en el sector "La Carmela" de Santa Bárbara de Zulia (apenas a una cuadra de la sede de CORPOELEC) ha convertido su vivienda en una sauna. Además tiene que lidiar con el enjambre de zancudos que han aparecido y que brotan de las aguas acumuladas en las calles, producto de las lluvias que hubo todos estos días. En Bello Monte, kilómetro 5 ½ vía Santa Bárbara-El Vigía, la niña Nicole V. de 5 años, trata de dormir en el duro piso de su casa, porque es lo único frío que hay en esa vivienda. Los cortes y los bajones de luz diarios han dañado el aire acondicionado de su hogar donde vive con sus padres. Y este trasnocho del niño José G y la niña Nicole lo tendrán que llevar junto a sus tareas no tan bien hechas al colegio, porque tienen clase temprano. Del "otro" lado del Río Escalante, en la acera de una esquina de la Zona Norte de San Carlos de Zulia está la "vieja Rosa C." sentada en su añeja silla de cuero, "echándose" aire con un improvisado abanico de cartón para espantar "la calor y la plaga", según dice la anciana de 86 años, porque no pudo aguantar la alta temperatura de su casa de techo de zinc y ya es casi es medianoche y la luz nada que llega, aunque en el horario de la "Administración de Carga" del circuito que pasan por radio y las redes sociales, le correspondería un corte de "solo" de cuatro horas: de 7 p.m a 11 p.m. Pero al parecer, el tipo que "pasa la cuchilla" para activar el servicio, se quedó dormido.
Todo lo narrado aquí no es ficción melodramática, esto sucede en las calles, casas y hogares del municipio Colon del estado Zulia, donde el llanto de los niños y los suspiros de los viejos, se ven ahogados por el ruido de las plantas eléctricas, de aquellos afortunados que las pudieron comprar. Pero esta situación se replica en Pueblo Nuevo "El Chivo" y Cuatro Esquinas en el municipio Francisco Javier Pulgar. En Encontrados y el Guayabo, municipio Catatumbo (donde la única luz que es permanente ahí, es la del relámpago) y en Casigüa-El Cubo en Jesús María Semprun y en cada comunidad que conforma está tierra surlaguense. Hay miles de señoras Rosa y miles de niños José y Nicole que cada día sufren, no solo física sino emocionalmente sin saber (a pesar del fulano preaviso de Administración de Carga) a que horas y en que sector quitan la luz y lo peor, a que horas la van ha colocar y si no la quitaran otra vez ese mismo día. Todo esto le está haciendo miserable la existencia al pueblo de este productivo Sur del Lago del estado Zulia en lo que va de año y sin ver literalmente la luz al final de este oscuro túnel, de una solución evidente o de una explicación seria y consensuada sobre esto, porque al parecer en Maracaibo y Caracas suponen que en esta subregión, no hay cortes eléctricos a cada hora, sino que son rumores infundados.
Hace poco el gobernador del Zulia, el economista Omar Prieto en entrevistas dadas a medios nacionales televisivo, escrito y virtuales manifestó, que el problema de la luz ya estaba subsanado en esta entidad federal y si había algún corte, era producto de una situación puntual o saboteo. De igual manera el Mayor General Luis Motta Domínguez, ministro del poder popular para la energía eléctrica, afirmó lo mismo, es decir en el Zulia, el problema eléctrico, ya no es un problema. Pero, hay un Zulia más allá del puente sobre el lago, más allá del sector "Los Dulces", más allá del Cuatro. Es decir, el Zulia no solo es Maracaibo, no solo es el estadio "Luis Aparicio El Grande" o la Basílica de la Chinita, o el Paseo del Lago o las avenidas o San Francisco. El Zulia es inmenso y cada pedazo de tierra que lo conforma y la gente que lo habita, tienen el mismo gentilicio y las mismas necesidades, algunas más apremiantes que otras. De igual manera podemos decir que Venezuela no solo es la Gran Caracas o Valencia, Barquisimeto o Los Teques, Mérida o San Cristóbal. Esta es una gran patria y hay mucho mas allá de las capitales de los estados, están las provincias donde estamos dispersos por todo el territorio, ocupándolo y formando una única nación. .
Señor Gobernador Prieto, señor Ministro Motta, el Sur del lago de Maracaibo, esta gran tierra, que produce el bastimento agroalimentario que necesita el pueblo venezolano en estas horas aciagas de esta perniciosa crisis que sufrimos, precisa de una respuesta y no molestarse porque se de ha conocer esta situación. La gente que mora aquí, es custodio de las fronteras con su presencia, entre las numerosas y merecidas razones para tener un servicio eléctrico funcionando. Esta franja de tierra es la mayor productora de plátanos del país (70%), genera casi una quinta parte de la carne, leche y derivados que consume nuestra patria, el 50% del aceite de palma, el 100% del cacao porcelana, hay ríos navegables y con abundante pesca. Se cultiva arroz y maíz, yuca y ocumo, parchitas, guayabas, lechosas y naranjas, es decir, la comida que necesita la mesa de la familia venezolana. Pero, lamentablemente muchos de estos alimentos se dañan porque son perecederos y necesitan conservarse produciéndose aumento de precios por su descomposición ya que son pérdidas cuantiosas que se deben "compartir" entre quien lo produce y quien lo consume. Además, al costo de una planta eléctrica (que no todos pueden adquirir) hay que agregarles el dolor de cabeza de conseguir combustible en las interminables y kilométricas colas que hay en las estaciones de servicio, de camiones de carga que no cargan nada y de vehículos de transporte, que no transportan a nadie. Esto ha traído como consecuencia, la desolación de pequeños y medianos productores y comerciantes a los que se les ha estropeado sus neveras, sus cuartos fríos, sus aires, sus puntos de venta y no pueden reponerlos y nadie lo hará por ellos. Sin contar con las neveras, televisores, aires acondicionados y otros enseres eléctricos de las familias surlaguenses adquiridos con esfuerzo de años y no a través de la famosa "casa bien equipada", que por aquí favoreció a muy poquitos y escogidos. Y debemos agregar a todo esto, que las bombas que proveen de agua a las comunidades han sufrido daños por "los bajones y cortes" abruptos, creando escasez del vital líquido que ya lleva varios meses y para completar, la intermitencia e inestabilidad en el servicio de telecomunicaciones.
Estimado ministro Motta Domínguez, por favor averigüe y corrija, porque al padre o madre de familia que ha trabajado durante todo un jornal y que al llegar a su hogar caminando (porque no hay transporte o pagarlo implica comer menos) para compartir con sus hijos que no han visto en todo el día y comer tranquilo, le desconectan la electricidad de su vivienda desde las siete de la noche hasta horas inciertas, en unas comunidades donde la temperatura promedio está sobre los 35°C (la fiebre es 36,5° C) y la humedad relativa sobre el 80%, condiciones agrestes estas, que no permiten el descanso merecido, de los que realmente merecen descansar. La oscuridad nunca esconde cosas buenas a menos que sea en una sala de cine, pero este no es el caso. Por todo lo expuesto y otros muchos argumentos, las familias que habitan el Sur del Lago merecen un servicio estable de electricidad y deben tenerlo, por derecho propio.