En 1975, Marcos Lovera publicó, en el diario El Universal, un artículo que tituló "El subdesarrollo político en el debate petrolero". En dicho artículo, el autor argumentó que en el debate sobre la nacionalización de la industria petrolera, que se daba entonces, los actores políticos eran "más políticos que venezolanos", incapaces de subordinar sus intereses personales a los de la nación. Ciertamente, la forma en cómo se dió el debate petrolero permitió al imperialismo imponer un esquema de nacionalización contrario a los intereses de la Nación.
Hoy, el debate petrolero se presenta en términos similares. En estas horas amargas, es de esperarse que una fuerza intelectual patriota aparezca deshuesando la situación para ofrecerle al Estado y a la Nación orientaciones que permitan salir del aprieto. Pero los conflictos y contradicciones que históricamente no hemos resuelto, afloran en quienes en algún momento ocuparon diferentes cargos de dirección en la industria petrolera y que, por tanto, podrían asumir ese rol orientador.
Es así como el debate petrolero se presenta con mucho resentimiento. Resienten los de la "Vieja PDVSA" y los de la "Nueva". Pululan los lamentos de quienes sienten que no fueron escuchados; de quienes tuvieron la oportunidad pero no la habilidad política para hacer algo trascendental; de quienes se creen únicos propietarios del conocimiento y también de quienes se creyeron los inmortales amos del universo aniquilando a sus adversarios y evitando la formación de generaciones de relevo.
Confunden con discursos distractores en los que la corrupción es la gran protagonista, la causa y no la consecuencia de males innombrables. Todos dicen a coro: "Yo no fui"; y algunos llegan a la inmoralidad de señalar al Comandante Chávez como el gran culpable; según ellos, "Chávez erró". ¿Trabajaron, acaso, más que él? ¿Arriesgaron más que él? Algunos canallas dicen que si el barril de petróleo se vende a más de 100 dólares, cualquiera puede manejar a PDVSA como Chávez lo hizo. La verdad es que Chávez logró lo que ningún experto petrolero siquiera podría imaginar: Chávez lideró a la OPEP; recuperó a la industria petrolera, no sólo del golpe sino también de la quiebra; con el uso del petróleo, logró mejorar la calidad de vida de los venezolanos, reactivó la economía nacional y conquistó una posición protagónica en la geopolítica mundial. Sin embargo, para algunos expertos el "negocio" es más importante que la geopolítica.
Lo que subyace en ese debate es que las distintas corrientes políticas comparten las mismas bases ideológicas que se nos impuso como Colonia Petrolera. En ellos predominan las falaces creencias que afirman que "Venezuela es un país petrolero", o que "Venezuela es un país rentista"; que el petróleo es un "buen negocio", o una importante fuente de divisas más que una fuente de energía. Así, pueden criticar la dirección de PDVSA, pero no proponer una dirección distinta. Pueden plantear que PDVSA es un "Estado dentro del Estado" pero no explicar cómo esto se forma ni cómo reestructurarlo. Creen que la actual organización de PDVSA, pensada por las comisiones presididas por Brewer Carías (1972) y Pedro Tinoco (1974), no es un problema. Aunque hay quienes agregan detalles técnicos, sólo terminan explicando lo que está a la vista de todos. Algunos creen que el pueblo es incapaz de entender estas cosas. Nadie muestra soluciones y todos dicen tenerlas.
Un debate en esos términos está dirigido al enemigo político, no a la Nación; y eso hace mucho daño, no al enemigo sino al país. Decía David Hume que la opinión es "el único fundamento del gobierno", pues la consideraba como el único factor que logra el milagro de que "los muchos sean gobernados por los pocos". Así, todos somos afectados por la opinión pública y esta es manipulada en el "debate". El golpe petrolero del año 2002-2003 dio un claro ejemplo de ello, pues a través del manejo de la opinión pública, se confundió convenientemente a la "meritocracia" con el mérito y eso afianzó la vieja, nociva y caprichosa creencia de que "cualquiera puede ser gerente".
Mientras el debate corre así, en medio del desplome del ingreso petrolero, la difamación colonial del "rentismo" hace lo que sea para sobrevivir. Nuestros crudos siguen formando parte de la ambición de las fuerzas trasnacionales porque siguen teniendo uno de los costos de producción más bajos del mundo. Los factores de producción, Tierra, Capital y Trabajo, están allí disponibles para emprender el proyecto de recuperación más glorioso que pueda soñarse, pero no es posible formularlo porque la opinión pública está espantada, tratando de sobrevivir y en medio de las distracciones que impone lo que Marcos Lovera denominó "subdesarrollo político en el debate petrolero".
Pd. El artículo de Marcos Lovera (1975) puede consultarlo en el siguiente enlace: https://energiaypoder.wordpress.com/2020/09/10/el-subdesarrollo-politico-en-el-debate-petrolero