¿Qué es la especulación? ¡Dólares, inflación y desabastecimiento! ¿Por qué fallan las medidas del gobierno?

“Debemos emprender activamente la labor de educación política de la clase obrera,

de desarrollo de su conciencia política.”

Lenin[i]

 Son increíbles los desbarajustes de nuestra economía. Luego de un año desdichado -en materia económica- y con una grave recesión (2010) aunada a una trepidante inflación (slumpflaction); se nos encima una voraz especulación cambiaria que tiene influencias en el desabastecimiento y en el deterioro progresivo de la capacidad de compra de quienes somos víctimas del capitalismo en Venezuela. El tema de la especulación tiene una enérgica respuesta del gobierno bolivariano; pero a nuestro criterio, la reacción de los gobernantes está plenamente transversalizada por la ideología capitalista, e insiste en atacar el problema con el mismo criterio que manejan sus causantes burgueses. La dolorosa inflación y el desabastecimiento de algunos productos, atentan cada vez más contra la idea de bienestar que promueve el Estado y va a ser un factor importante en la más que posible merma en el apoyo al proceso bolivariano en las venideras elecciones a la Asamblea Nacional, que según el chavismo son de vida o muerte.

¿Qué es especulación? ¿Todo comercio es especulativo?

“Toda operación por medio de la cual una persona compra un producto para volver a venderlo, constituye de hecho un acto de especulación.”[ii]

Mac Culloch

 La metafísica burguesa confunde flagrante los conceptos y vela -por sus objetivos de clase- las contradicciones claras del sistema y la pobreza que impone a las capas más amplias de la sociedad. Sin embargo, cuando hablamos de especulación, no es necesario ni siquiera citar a un “marxólogo” para que aborde el tema de manera diáfana. Un economista keynesiano (lo más lejos de ser revolucionario), recoge el tradicional concepto de especulación que se maneja desde el siglo XIX. Kaldor[iii], define la especulación como: cualquier operación de compra (venta) de un bien con la intención de la reventa (o recompra) en una fecha ulterior, esperanzado en la posible modificación del precio vigente y no por una ventaja ligada al uso del bien.  Marx en tono de sorna, en una nota al pie dice: “MacCulloch descubre que comprar para vender es especular, con lo cual cae por tierra la diferencia entre la especulación y el comercio.”[iv]

 Sencillo, especular implica adquirir un bien NO con la idea de consumirlo productivamente ni de agregarle valor en la producción. Sólo se consigue el bien con la estricta finalidad de venderlo a un precio superior al pagado. Lógicamente, al desarrollarse los mercados y al crecer la fuerza de la competencia, los márgenes especulativos disminuyen y el comerciante sólo apropia una porción de la plusvalía producida en la actividad de agregación de valor. Esta cesión de plusvalía es efectuada por los gastos de circulación y realización de la mercancía que el productor desea abreviar, en aras de provocar una mayor velocidad de rotación del capital, que estimule su masa de ganancia. 

 La especulación, no tiene que ver con precios muy “altos” o estafas. Eso es un error recurrente debido a las olas especulativas que se desatan en momentos puntuales en el mercado. Cuando hay dificultades para conseguir una mercancía, los márgenes especulativos de los miembros de la cadena de distribución se disparan. Por ello, se aprovechan de elevar sus márgenes de ganancia en esos momentos y eso suele interpretarse como especulación, cuando la especulación es independiente de lo alto o bajo del precio. Así, cuando ayer el presidente Hugo Chávez dijo en referencia a la estatización de la cadena francesa de Hipermercados Casino: “Ellos (Casino) estaban muy molestos con sus gerentes aquí porque especulaban”[v]. Se equivoca él o los franceses, porque todos los comerciantes especulan, aspiran vender al precio más alto posible, el cual le pueda generar la máxima ganancia en relación a su nivel de ventas. La señora del kiosco no vende el periódico a más de 4 Bs., porque a eso precio nadie se lo compra, debido a que hay otros kioscos que lo venderían a precio vigente. El sueño de la dulce señora estriba en venderlo a 20 Bs. y ganar mucho más. Pero, en la mercancía “prensa”, hay mucha competencia y la posibilidad de sustitución es mayor, por ende el margen especulativo es menor, pero no por la voluntad de los empresarios sino por el desarrollo competitivo del mercado en esa área. 

 Es notorio que marxistas de tanta calidad como Vladimir Acosta yerran recomendando políticas para frenar la “especulación” que deviene de la devaluación decretada el 8 de enero de 2010, el comenta muy molesto: “Especuladores, bandidos que se hacen pasar por capitalistas… Lo que debió hacerse es un decreto de congelación de precios 3 meses, calculando los precios con las ganancias, hasta que se agote el stock.[vi]” Tanto ustedes como nosotros sabemos que todos los capitalistas son todos bandidos, porque su ganancia proviene del robo de la fuerza de trabajo excedente que produce la clase obrera. Por tanto, actualizar los precios con la inflación o dedicarse a la especulación, no es más que una actividad natural donde los capitalistas buscan hacer ganancias rápidas y sacarle provecho a un mayor manejo de información en cuanto a la evolución del precio de una mercancía.

 Obligar al burgués a vender el stock que le queda a un precio que no pueda ni siquiera reponer las materias primas o mercancías para la venta es matar al capital. El inventario de mercancías debe actualizarse minuto a minuto. Si un burgués compra oro como materia prima para realizar dientes de oro y este noble metal duplica de precio, el burgués debe pecharle el aumento del precio del insumo áureo al producto final. De no hacerlo, de ponerse burdamente “penoso”, a la hora de comprar la materia prima de nuevo, para producir la misma cantidad de dientes, correrá el riesgo de no tener el capital-monetario suficiente y deberá pedir prestado o tomar de su capital de reserva para poder adquirir de nuevo la materia prima para producir la misma cantidad de antes. Eso quiere decir, que la ganancia se esfumará, e incluso puede hasta quebrar. Por ello es completamente desacertada la noción de capitalistas “buenos” vs. Bandidos, y el lugar común de capitalistas “sacrificados” que vayan a la ruina por no actualizar el precio de sus mercancías luego de la devaluación.[vii]

 Especulación y finanzas, dos caras de una misma moneda.

En el mercado financiero, el asunto es harto más explicito. Allí, casi todos[viii] compran acciones, bonos o divisas para venderlas apenas se suban de precio y así ganarse un diferencial, conceptualizado como ganancia especulativa. La persona que compró 100 US$ a 430 Bs. Espera vender sus verdes por un precio mayor al que pagó (de no especular no tendría sentido la operación). Esa maniobra implica riesgos, los especuladores no saben a ciencia cierta cuando revenderán y a que precio. Muchos de ellos pierden enormes cantidades de dinero -que va a parar a otros especuladores- por previsiones que no se cumplen; los pequeños inversores son los que más sufren, por manejar información del mercado deficiente y poco oportuna.

Otro mito de la socialdemocracia criolla, endilga a los “malvados” inversionistas venezolanos el especular “mucho”… NO, fíjense, en el mundo en 1998, el mercado de divisas era 50 veces más grande en volumen, que la sumatoria de todo el comercio y la inversión internacional.[ix]

 Según el Banco Internacional de Pagos, cerca del 75% de las transacciones financieras realiza su ciclo de compra y venta en menos de 2 semanas, y un 40% lo realiza en menos de 3 días. En las finanzas esa frontera entre negocios y especulación se ve cada vez menos, Gilbart -un pro capitalista, citado por Marx- nos comenta: “La misión de los bancos es facilitar los negocios. Todo lo que facilita los negocios, facilita también la especulación. Los negocios y la especulación van, en muchos casos, tan íntimamente unidos, que resulta difícil decir dónde acaban los negocios y dónde empieza la especulación.[x]” Todo ello implica que las finanzas y la especulación coinciden de manera íntegra.

 Sabiendo lo anterior, es poco menos que asombroso, que el presidente del Banco Central de Venezuela (BCV) diga que en el mercado de títulos valores “se erradicarán las operaciones especulativas que se realizaban con estos instrumentos financieros. -refiriéndose a las nuevas oportunidades que tendrá la burguesía para especular con los dólares, con un mecanismo de asignación estatal más rígido-” Es absolutamente imposible. Los bancos y casas de bolsas viven exactamente de la especulación, ¿para qué van a adquirir divisas? ¿Para ahorrarlas y rechazar el jugoso diferencial que el mercado indica? ¡Por favor¡

En los momentos de mayor depresión del sistema, las actividades especulativas se exacerban. Por regla general en etapas de pre-crisis las dificultades para valorizar el capital se atizan y la saturación de capital acelera las fases de quiebra de los capitales menos concentrados. Marx nos cuenta: “La masa de los pequeños capitales desperdigados se ve empujada de este modo a los caminos de la aventura: especulación, combinaciones turbias a base de crédito, manejos especulativos con acciones, crisis.[xi]” Por tanto, acusar de especuladores a sólo unos actores específicos es exculpar a muchos otros que también realizan una actividad típicamente capitalista que no se puede eliminar con controles típicamente capitalistas.

 Soluciones burguesas a problemas burgueses…Dólar Permuta.

 El diputado Sanguino y otros funcionarios luego de vitorear la devaluación -de 100%- dijeron que: “Le daremos en la madre al dólar paralelo…bajará muchísimo” Esas gansadas (por decir lo menos) fueron refutadas por la realidad, el precio del dólar dio un salto tremendo y se ubica a un precio 50% más alto de lo que estaba antes de la devaluación. La lógica ley de la demanda y oferta, implica que si se duplica el dólar oficial y restringes la oferta de dólares, el precio de ese bien debe subir. No se que con que “ideas” Sanguino y sus amigos plantearon lo contrario.

 La burguesía ve el mercado de divisas como una oportunidad estupenda de hacer fortuna sin mayores riesgos, sin producir mercancía alguna, un regalo del Estado, que debe aprovechar mientras dure. Aunque el Estado desesperadamente cierre las páginas de Internet: "dólar permuta" y "dólar paralelo", que diariamente ofrecían la cotización de la divisas en el mercado paralelo, la gente se enterará del precio del dólar y lo comerciará. Peor aún, ante la incertidumbre, su precio tenderá a subir rápidamente. Un desastre.

 Las críticas de un marxista amigo del proceso bolivariano como Erick Toussaint, son respetuosas y contundentes: “Resumiendo, la política del Estado tiene dos consecuencias negativas: en primer lugar, permite la fuga de capitales bajo una forma indirecta y perfectamente legal; en segundo lugar, favorece el comportamiento rentista de los bancos (la compra de títulos de la deuda) en detrimento de la inversión productiva.” Erick también agrega: “El reembolso de la deuda pública, el 67,8 % de la cual está denominada en dólares, costará más caro al gobierno mientras que los banqueros venezolanos y otros capitalistas que compraron títulos de la deuda en dólares, se enriquecerán una vez más.[xii] Las soluciones planteadas por el Estado, sólo han permitido el ensanchamiento de la riqueza de una élite financiera parasitaria, que vive de la extracción del dinero que todos los venezolanos trabajan día a día. Un drama que es ocultado y perfumado por una “pléyade” de opinadores tarifados que viven de defender mediáticamente los problemas que están hundiendo a un proceso bolivariano, que a ellos nos les interesa en lo absoluto.

La gravedad del desangre nacional reproducido en el mercado permuta, se muestra en los 500 millones[xiii] de dólares semanales 2.000.000.000,00 BS.F de ganancia semanal - a un diferencial especulativo de 100%[xiv]-. que se embolsillan esa caterva de burgueses, en alianza con la más alta burocracia. De esa forma, salen recursos de la nación que se están trasladando a manos de parásitos rentistas, que usan buena parte de esa plata para conspirar contra el chavismo y desestabilizar el país. Una tragedia.

 Comercio y especulación.

 El exministro de comercio, Eduardo Samán, afirmó hace dos semanas que entre los comerciantes venezolanos no hay ética, lo cual es totalmente quimérico. La ética de todo comerciante (chino, sueco, gringo) es buscar la máxima ganancia en el menor tiempo posible. De hecho, la gran mayoría de los negocios en Venezuela están en manos de extranjeros, que manejan márgenes de ganancia de 300%. ¿Especulan?, si, todos lo hacen. Cobran precios muy altos, si, por muchos factores, entre los cuales se incluyen las severas restricciones a la adquisición de los dólares necesarios para comprar las mercancías que acá revenden.

 Por lo anterior, afirmamos que el control de cambio es una bendición que permite tener cierta exclusividad en la importación a quien tiene el capital suficiente para afrontar los trámites, retrasos y coimas que suscita el control de cambio. Así, se dan el lujo de vender un blue jeans a 162 dólares, que en Estados Unidos cuesta 36, en Argentina $120 y en Colombia 95 dólares.[xv] Por cierto, la burguesía que tanto defienden como posible exportadora con ayudas y créditos blandos, exportó (2008) 4085 millones USD e importó 38.682 millones de USD[xvi].

 Desabastecimiento y el drama de la inflación.

Las trabas para conseguir dólares, los controles de precios etc. implican escasez de bienes y servicios; lo que tiende a elevar aún más el nivel de precios y es causante de una inflación desorbitada que empobrece diariamente a los residentes del país. El control de cambio, crea presión sobre los precios al recibir bolívares y no poder cambiarlos por divisas. Es decir, en un clima de desinversión industrial burguesa y de escasa producción de bienes, el control de cambio obliga a comprar lo que se produce acá, pero como acá no se produce lo suficiente, la oferta no puede igualar la demanda aumentada y los precios siguen subiendo.

 El gasto público como motor de inversión es inflacionario al ser una demanda externa, devenida de la renta petrolera. De hecho, Venezuela ostenta de lejos la inflación (destrucción del poder adquisitivo) más alta en América y tiene la angustiante carga de arrastrar una inflación acumulada en 11 años y 4 meses de 797%.[xvii] El cálculo se realiza desde que el gobierno bolivariano se hizo cargo del país, hasta abril de 2010.

 Aunque la teoría económica burguesa afirma, que generalmente el crecimiento arrastra inflación y la recesión caída en los precios, en Venezuela la depresión económica (3 trimestres consecutivos decreciendo) ha venido acompañada por una trepidante inflación. La inflación en alimentos en 2 años y medio fue de 102% y de servicios médicos de 121%.[xviii] La inflación en este sólo mes de abril de 2010, en alimentos alcanzó el 12% y en bienes agrícolas un locuaz 34%. La inflación anualizada  es de 84%. Todo ello, hace estéril los aumentos del salario nominal y significa una destrucción progresiva del salario real, lo que se entiende como una depauperación absoluta del proletariado, luego de venir de un año 2008 donde los precios del petróleo (95% de nuestras exportaciones) alcanzaron su techo histórico.

 Nuestro ministro de Economía, Jorge Giordani, nos “explicó” que si una persona tiene euros o dólares, “ahora le dan más bolívares y se le abarata la situación interna” -lo cual- “va a tender a aumentar la producción interna y también las exportaciones; por lo tanto, va a haber un aumento de la oferta y eso es un elemento que combate la inflación[xix] Los números que anteriormente colocamos refutan con claridad una teoría que por liberal, absurda y burguesa, imposibilita siquiera debatirla.

 Aunque ha habido gobiernos que han sostenido tasas de inflación más altas que el chavismo, es necesario buscar soluciones estructurales que permitan arreglar un indicador tan lamentablemente exorbitado. Esas soluciones no pasan por ideas de manuales de economía neoclásica gringa, que son las que nos receta Giordani y la horda de quienes detestan el comunismo y se empeñan en hostigar quienes desde el marxismo luchamos por planteamientos diferentes. Lo mismo va con la crítica al control de cambio, no hablo de eliminarlo así sin más. Razono desde la necesidad de reestructurar las relaciones sociales de producción, para que el Estado obrero (que debemos construir) tenga el monopolio del comercio internacional, y así no tengamos que sufrir del “pequeño” margen de ganancia de 300% que disfruta nuestra burguesía local. Mientras siga la élite burocrática pensando con los dogmas burgueses, repetirán sus desastrosos resultados.

 La absurda búsqueda del empresario bueno vs. La propuesta revolucionaria.

La burguesía no tiene patria, sólo posee bolsillos

Antonio Gramsci

  En Venezuela las estatizaciones se han llevadas a cabo bajo parámetros que yo considero incorrectos. Cuando se nacionaliza una empresa “x” Chávez generalmente arguye algo como: “Éxito será expropiada por especulación y por robarle al pueblo.[xx] Lo cual como hemos dicho anteriormente no es correcto. Nacionalizar no debe ser un asunto de castigo. Se debe expropiar (es decir, nacionalizar sin indemnización) a las empresas que sean las más adecuadas para rescatarlas y colocarlas en sendas productivas, de acuerdo a un plan de desarrollo estratégico nacional y bajo dirección de los trabajadores. No se puede comprar una empresa y entregársela a algunos burócratas indolentes para que la administren, por el sólo hecho de tener “sobreprecios”. Eso es un error garrafal. Debemos trabajar pacientemente en soluciones estructurales que olviden los métodos burgueses que nada sirven para construir socialismo.

Lo de gente como el exministro Saman, es la insistencia en la ignara tesis reformista de esperar a que la burguesía no se comporte como tal. De convertir a Cisneros, Mendoza, Vollmer en empresarios “buenos”, de corazones amplios y patrióticos. Mientras sigan en el ensueño que trata de social-evangelizar a los explotadores y a los especuladores, la economía se hunde y el pueblo pobre se anega en la inopia.

A todos nos duele la situación económica nacional, porque significa la miseria de millones de obreras y obreros. A todos nos acongoja los terribles resultados económicos, porque son el reflejo de un retroceso productivo que afecta a la clase trabajadora. Quienes levantamos nuestra voz, también sufrimos de la inflación y la miseria que todo esto trae consigo. Quisiéramos con el alma que los resultados económicos fuesen fantásticos, pero no lo son. Por ello, es fundamental un cambio drástico que olvide las traiciones del pasado ruin socialdemócrata y socialcristiano, y empiece a construir un socialismo revolucionario que sólo está en las manos de la clase obrera organizada y radicalizada. Deber es luchar por ello.

Manuel Sutherland    manuel1871@gmail.com

Asociación Latinoamericana de Economía Política Marxista. (ALEM) www.alemistas.org 




[i] V.I. Lenin, Qué Hacer, Por donde empezar… (1902), Edición Digital, extraída de marxista.org.

[ii] MacCulloch, A Dictionary practical, etc. of Commerce, Londres. 1847. p. 1009.

[iii] Ver a Nicolas Kaldor Especulación en al actividad Económica. Revista Economía e Inestablidad 1987

[iv] Carlos Marx, El Capital, Tomo I, Edición Fondo de Cultura de México, (1975). Capítulo IV, nota al pie 4.

[v] Artículo Gobierno evalúa alianza con el grupo francés Casino dueños de Éxito 29 de enero 2010 Disponible en http://www.aporrea.org/contraloria/n149833.html

[vi] Transcripción del audio del programa de radio hecho por el profesor Vladimir Acosta, disponible en http://www.aporrea.org/actualidad/n148573.html

[vii] En el Tomo I de El Capital, capítulo VI hay un ejemplo de la explicación que acá se plantea. Se trata de unos telares y el aumento del valor del algodón por una mala cosecha.

[viii] Algunos inversionistas, compran títulos con el fin de ahorrar o algunas empresas compran divisas para efectuar operaciones con miras productivas. Sin embargo puede ser menos de un 10% los que se dedican a esto.

[ix] Bruno Jetin, La Tasa Tobin, Ed. Question. Caracas 2002. Pág. 30

[x] W. Gilbart, The History and Principles of Banking, Londres, 1834. Citado por Karl Marx Tomo III de El Capital, Capítulo XXV.

[xi] Carlos Marx, El Capital, Tomo III, Edición Fondo de Cultura de México, (1975). Capítulo XV.

[xii] Erick Toussaint, Los efectos de una moneda sobrevaluada, seguidos de los provocados por su devaluación, (23/06/10) Artículo disponible en http://rebelion.org/noticia.php?id=108409 Ambas citas son del mismo artículo.

[xiii] Diario El Mundo, 14/05/2010 Pág. 14.

[xiv] Quienes viven en Venezuela, saben que el precio del dólar paralelo equivalía al 160% del dólar oficial.

[xv] Datos suministro públicamente por el Ministerio del comercio.

[xvi] Esta es una nota extraída de un trabajo previo sobre las medidas para combatir la crisis y la devaluación empleada: http://www.kaosenlared.net/noticia/critica-marxista-medidas-bolivarianas-devaluacion-sustitucion-importac

[xvii] Cálculos propios sobre la inflación acumulada, recordando que nos es la suma de los índices anuales de inflación Su evolución es de orden exponencial, no aritmético.

[xviii] Ibíd. Nota V.

[xx] Trabajadores de Supermercado Éxito respaldan expropiación por especulación y maltratos Disponible en http://www.vtv.gov.ve/noticias-económicas/28762



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Manuel Sutherland

Marxista. Investigador del Centro de Investigación y Formación Obrera de Venezuela (CIFO) y de la Asociación Latinoamericana de Economía Marxista (ALEM).

 manuel1871@gmail.com      @Marxiando

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