Formación Ideológica: ¿Es la Necesidad?

Tengo dos asuntos por escribir que desde hace algún tiempo me han estado produciendo un ruido y he sentido la necesidad de abrir reflexiones sobre ellas. Una, que dejo pendiente para otro momento, me reclama un comentario sobre una de las últimas obras de de Henry A Giroux que tiene un título impactante: “Universidad Secuestrada”. Tengo la impresión o el palpito (como dicen en mi pueblo) que este es un libro, cuya lectura debe ser horriblemente dura y distante para los académicos y doctores venezolanos que tienen la costumbre de colocarse el asterisco(*) al final de sus nombres para confirmar que son profesores de tal o cual universidad con el escalafón de titular.

La segunda reflexión que he pospuesto varias veces por lo complicado del tema, se concreta en eso que desde hace mucho tiempo hemos estado oyendo en cualquier parte y leído en documentos, que suele denominarse la necesidad de una “formación ideológica” para la militancia. Creo entender, que así planteado el asunto de la formación ideológica, se incurre en un error, pero lo que no se logra precisar es si es un error voluntario o involuntario.

En una alguna oportunidad he sostenido que hay situaciones en la cuales uno percibe un proceso de “ideologización de la revolución” y por ello he querido sugerir una intención dirigida a colocarnos en una especie de penumbra donde una parte de una media verdad, se combina con una media mentira para convencernos que algunas cosas van muy bien.

¿Por qué razón se insiste tanto, como necesidad, en un proceso de formación ideológica? ¿Qué debemos entender por formación ideológica? ¿Por qué formación ideológica y no formación política? ¿Por qué formación ideológica? ¿Por qué no se genera una línea de trabajo para una formación sobre cómo se piensa y cómo se genera conocimiento?

Cuando se intenta lograr posicionamiento de este concepto de ideología a través de una nueva lectura de texto revisados, inmediatamente hay la sugerencia de acudir a una referencia clásica e importante, cuyo título es “La Ideología Alemana” de Marx y Engels y una ligera relectura de ese texto nos comunica que entre la percepción que nos dejó Marx y Engels hay una cierta distancia, respecto al sentido que se le está dando ahora cunado se exige y reclama la necesidad de una formación ideológica. No debería haber necesidad de formación ideológica y si la necesidad de una formación política o una propuesta de formación para que nuestros militantes dispongan de una herramienta teórica y científica que le permita utilizar su intelecto para descifrar (Conocer) los diferentes niveles de la realidad.

El problema se complica un tanto más, porque esta supuesta necesidad de “formación ideológica” se justifica y presenta como una vía para elevar la consciencia de los militantes del PSUV y creo que esa formula lleva, si la formación ideológica se concreta a una “ideologización” de la revolución” y anular el juicio crítico de las militantes, porque aunque la ideología es una parte o expresión real y concreta del “ser”; es además como una media verdad o un plano “penumbroso” de la conciencia. Una falsa conciencia como sostuvo Marx

Si la ideología capitalista es un esquema que se nos introduce mentalmente para pensar y operar de acuerdo con el modelo de producción capitalista, aceptando ese modelo de vida, como un modelo sin explotación ni explotados y como se dice; todos tienen la misma posibilidad de ser un Cisneros o un bandido con la apariencia de un Mezerhane, qué razones pueden darse para que la “ideología socialista” no sea más o menos lo mismo: Esquema mental para reproducir cierto esquema de actuación respondiendo a unos intereses..

En los trabajos de Ludovico Silva este asunto se trata con baste profundidad[1] y aunque se puede hacer uso de cualquier frase de estos textos para argumentar la reflexión que deseo dejar, utilizo una en la cual, Ludovico Silva refiriendo Lenin como “hombre práctico del marxismo”, sostienen lo siguiente:

“De ahí la insistencia de Lenin, el gran hombre práctico del marxismo, en la revolución pedagógica, que consiste en educar a los hombres para la conciencia, darles vocación de lucidez permanente, y evitar que se rinda ante la facilidad de las consignas, aunque estas puedan ser revolucionaria. Lenin fue el primer crítico acerbo que tuvieron los manualistas soviéticos, con los cuales desgraciadamente no pudo acabar; a esos distribuidores de pura ideología y no de teoría revolucionaría”


Se ideologizó el partido, la revolución y el marxismo dejo ser una teoría científica y crítica para transformarse en pura ideología. Por eso, creo que no hay mucha necesidad de “formación ideológica” y si, de una “vocación de lucidez permanente, y evitar que el militante caigan adormecido por las consignas o cantos de ballenas, según afirmó “nuestro” gran filosofo del Zulia o del Perú.

eevaristomarcano@cantv.net



[1] Puede verse los trabajos: Plusvalía Ideológica y el trabajo: Letra y Pólvora de Ludovico Silva


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Evaristo Marcano Marín


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