Definitivamente esta oposición descarriada, sin rumbo, sin principios y sin proyecto de país cada día cava su fosa más profunda en el estercolero de la historia. El circo que montó el pasado 8 de enero con la comparecencia del Vicepresidente Elías Jagua, el Canciller Nicolás Maduro y ministros del despacho, fue tan lastimero que honestamente dudamos mucho, quienes se embarcaron votando por una oferta fraudulenta, que solo sirvió para bajar la calidad del parlamento con la presencia de arlequines, mentirosos, embaucadores, deshonestos con sus seguidores e irrespetuosos con los televidentes, vuelvan a repetir esa metida de pata.
Cuando observábamos aquellas payasadas de diputados haciendo de directores de televisión y de directores de debate mientras ejercían el derecho de palabra y con aquella sarta de desvergonzadas mentiras, para descalificar los doce años de logro de la Revolución Bolivariana, con argumentos vacíos y con un pobre vocabulario, buscando desesperadamente algún protagonismo y espacios en los medios, no pudimos menos que evocar nuestros momentos de jóvenes y la majestad de aquellos parlamentarios de las décadas de los 60 y los 70.
Había que ver cuando se paraban en la cámara de Diputados o del Senado, parlamentarios de la talla de José Vicente Rangel, Jesús Farías, Luís Emiro Arrieta, Héctor Rodríguez Bouza, Jesús María Casals, Simón Sáez Mérida, Fabricio Ojeda, Domingo Alberto Rangel, Jorge Dager y otros tantos que adversaban al gobierno a formular denuncias concretas, con pruebas, con fuentes dignas de crédito. Igual podemos decir de quienes ejercían gobierno en su momento, que con ardor y pasión defendían sus acciones y refutaban a la oposición, como Gonzalo Barrios, Carlos Canache Mata, de AD; J.A. Pérez Díaz, Eduardo Fernández, Edecio La Riva Araujo, de COPEI y otros tantos de esa ultraderecha del Pacto de Punto Fijo, pero que en conjunto daban brillo al parlamento burgués, que de alguna manera nos dejaba enseñanzas positivas a los chamos, que alguna vez nos acercamos a ver aquellos debates cargados de raciocinio, de reflexiones, de coherencia, en fin era un parlamento.
Aquella era una oposición responsable, que reclamaba con dignidad, que defendía su posición ideológica con argumentos serios y creíbles, que combatía los desmanes del gobierno con seriedad, no con calumnias y guachafas. Hasta hubo momentos en que votaron con el gobierno. Era una oposición que discutía y trazaba sus estrategias frente al gobierno dentro del país, nunca recibió órdenes y libretos del exterior y mucho menos dólares para desestabilizar al país.
Ese vergonzoso sainete, nos dijo a las claras una vez mas que la revolución bolivariana y el Chávez, no tienen interlocutores validos para un dialogo y mucho menos para encontrar voluntades en defensa del país, pues quienes participaron en el demostraron que solo son peones de un ajedrez donde el juego apuesta a la recolonización de Venezuela.
Y es que solo una fauna pervertida y prostituida a través de los dólares que les envía el pentágono y la derecha internacional para financiar planes golpistas contra el proceso bolivariano, incluyendo el magnicidio y el sicariato callejero para potenciar la inseguridad, base principal de su discurso descalificador
Empecemos por la participación protagónica, directa del pueblo en la gestión de gobierno a través de mas de 40 mil consejos comunales en todo el país, la recuperación de los precios del petróleo, que de 7 dólares por barril, que lo dejo Rafael Caldera, en el ultimo gobierno de la Cuarta República, hoy esta por los 80 dólares, que el PIB comparado con el de 1998, se ha duplicado. Ese mismo año de acuerdo a las estadísticas mencionadas por el profesor Luis Britto García . Solo el 8,4 por ciento del PIB se destinaba al gasto social, 10 años después la inversión era de 18,8 y entre 2004 y 2010 PDVSA aporto de manera directa 61.369 millones de dólares al desarrollo social.
Gracias a esos esfuerzos y políticas patrióticas y revolucionarias la pobreza extrema de 42,5 por ciento, en 1995, paso a 9,4 por ciento en 2007 y la relativa de 50,4 a 33,7. Los organismos internacionales que monitorean los problemas de desigualdad nos colocan como el país con menor índice de desigualdad en Latinoamérica. Las Naciones Unidas nos clasifican con Rango Alto de Desarrollo Humanos, con 0,878, contra 0,691 en 2007. La tasa de desempleo de 11 por ciento en 1998, descendió a 7,5 por ciento. La inversión en educación salto de menos de 3 por ciento en el 98 a 6.3 por ciento en 2008 y se paralizo el proyecto de privatización de toda la educación, que iba a hacer inalcanzable este derecho humano, para más de 50 por ciento del pueblo venezolano. La salud no tiene comparación el éxito alcanzado a través de la Misión Barrio Adentro y la Misión Milagro y así sucesivamente. Por eso decimos que la honestidad, la veracidad y el respeto deben ser atributos de la discusión política.
Periodista`
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