Han transcurrido unos seis días, desde que el presidente ofreció su discurso para instalar la reunión de la Dirección Nacional del PSUV con los delegados y delegadas de los estados. En “Aló Presidente” del domingo 27/03/2011, el Presidente manifestó que no podía estar porque saldrá de gira por varios países de América latina, pero estuvo y ofreció un discurso que aún leyéndolo a través del tratamiento que los medios le dieron, no dejan de comprometerlo en las críticas que formulo. Los medios destacaron lo esencial de ese discurso y Chávez ha sido discursivamente, consecuente con su pregón anticorrupción.

Aunque en el discurso trató otras cosas, hablo de lo mismo. Chávez insistió en la necesidad de ejercer la política con ética para abonar con buenas acciones el desarrollo de un proyecto país. Dijo que la política no era para hacer negocio, enriquecerse, crear grupo para pelearse por una alcaldía. Formulo un llamado, que no entendí mucho porque solicitó “seguir luchando contra la corrupción y los viejos valores que siguen infiltrados en el partido”. Nos recordó (vean que continuo hablando de los mismo)  que el MVR desapareció o lo desaparecieron porque no se logró corregir el rumbo. Es decir no era un partido revolucionario aunque legalmente estaba inscrito en el CNE como una organización política. Haber dicho esto en ese momento y frente a la vanguardia, ya es una cosa para preocuparse y ocuparse inmediatamente.

Esto lo dijo Chávez en ese momento (y en otros también) y en un salón donde estaban los responsables del desarrollar la política en el plano nacional y estadal. No dio en el discurso  en la plaza Bolívar por donde pasan los transeúntes sumergidos en sus inquietudes, sueños, angustias y expectativas. Una vez culminado el discurso, nadie ha podido decir que no entendió mucho el discurso de Chávez porque estaba muy filosófico y usando categorías y conceptos profundo. El discurso fue directo, muy sencillo y entendible aún para los camaradas que han podido endurecérsele  las neuronas. El dato curioso de este discurso, fue el llamado a “seguir luchando contra la corrupción”. ¿Cuándo comenzó? ¿Por qué se habla aún de infiltrados?

Todo esto lo dijo Chávez y no un militante de la comunidad de Mapire del estado Anzoátegui a orillas del gran Orinoco. Al estar claro que fue Chávez quien habló de ese tema y no un tipo de Mapire, empiezan a producirse los cortos circuitos e inmediatamente las chispas aparecen: ¿Cómo es que eso lo dijo Chávez? Aquí entre nos, ¿Quién revisó la lista de postulación para cargos en la Dirección Nacional? ¿En verdad son infiltrados o camaradas que están muy cerca de Chávez? Sabemos que el Presidente es una persona extremadamente honesta y pendiente por el desarrollo de los asuntos estratégicos, pero cómo es que formula esta denuncia y no sepa nada. Chávez al hablar de infiltrado en el partido no se está refiriendo a todos los militantes, hace referencia a un universo de un 200 personas a nivel nacional y más o menos a 800 a nivel estadal y municipal. Si esos son los números; el universo resulta controlable y auditable. La ubicación y control de estas personas infiltradas es un tema o problema estratégico y no debe quedar como una queja más.

Al día siguiente, un destacado dirigente del PSUV nos salió con una respuesta genial. La genialidad está en que este camarada explicó el fenómeno o problema de la corrupción como un “flagelo heredado”[1]. No nos volvamos bruto y terco; el camarada nos quiso decir que Octavio Lepage, Ramos Allup, Eduardo Fernández, Lusinchi, Curiel, Calderon, CAP, Mendoza, Ledezma y otras tantas figuras más de la IV, transfirieron en un acta ese flagelo  a todos los que podían ser figuras directivas del PSUV.

El problema es complejo pero es sencillo; todo lo complejo tiene su sencillez. Si no somos capaces de detectar los infiltrados que están contaminados con los viejos valores cómo podemos estar en condiciones de desarrollar labores de inteligencia y contrainteligencias en áreas más estratégicas para el futuro de la revolución.  En el fondo no es muy complicado el asunto de conocer en parte la corrupción en el partido, es cosa de ponerse a trabajar el asunto y generar  ideas. Por ejemplo, para saber y conocer el fenómeno de la corrupción a un determinado nivel, se me ocurre proponer el siguiente protocolo: 1) Hágase una lista de todos los Alcaldes que Chávez le ofreció sus votos para que fueran Alcaldes, 2) Una vez terminada la gran lista, con un resaltador de color amarillo, identifique los que ya no son Alcaldes, 3) No busque a través de los bancos su cuentas porque estarán limpias. Si se fija en eso podrá concluir con son parte del 7,0% de los hogares pobres que aún quedan en el país. No pierda el tiempo en eso,  4) Identifique los que ahora no tienen cargo ni empleos definidos. Una vez identificados, resáltelos  con un color naranja, 5)Describa  cómo viven 6) Determine dónde vivían antes de ser Alcaldes, 7) Ubique su nueva dirección de habitación, 8) describa a través de un seguimiento: ¿cómo se mantienen? ¿Van a mercal? ¿Van a PEDVAL? ¿Averigüe si ya no van a los mercados y las carnes rojas y blancas se la llevan desde un gran frigorífico debidamente empacadas.

Todo esto dará un perfil, que puede permitirnos identificar los infiltrados y con la conciencia full de viejos valores. Si el protocolo tiene consistencia puede ser validado, entonces su aplicación puede generalizarse.

Finalmente, uno a medida que va oyendo estas quejas que el Presidente formula con mucha insistencia y preocupación, va entendiendo los cortos circuitos que produce Chávez y puede adelantar una conclusión; si Chávez continua alertándonos, quejándose y produciendo cortos circuitos; las chispas pueden producir un gran incendio y cuando el bombero decida romper el vidrio protector para sacar las mangueras contra incendio, puede ser muy tarde. Nos dicen que prevenir en mejor que lamentar.