El 1% del que ya todos sabemos de quienes se trata, es la causa de los despelotes sociales y planetarios desde hace milenios en la detenida evolución del Ser Humano. También es seguro que muchos conocemos la pirámide que sostiene a ese deshumanizado 1%, donde su base la componemos todos nosotros y todos, equivale a los conducidos inconscientes y medianamente conscientes que sostenemos en nuestros hombros esa pirámide.
En el segundo escalón están los súper-inconscientes clases medias de todas las sociedades humanas, empalagados con sus pobres prebendas y observando sin espabilar los escalones superiores. En el tercer escalón, subiendo, se estacionan policías y soldados de todas las armas y rangos, tomados desde las bases anteriores que son desechables, pero son la fuerza que obliga y reprime a los anteriores y protege con sus vidas los escalones siguientes. En el cuarto se asientan toda la lacayería política mundial, los escogidos y por desgracia malnacidos académicos y científicos de todas las ramas; los empresarios que dan sus nombres y sus almas; los papas, cardenales y otros líderes “espirituales”.
(Con la debida excepción) Y en la cúspide de toda esta maquiavélica pirámide, están con sus rostros antes cubiertos y hoy, al descubierto, toda esa caterva de maltusianos que conocemos como el 1%. Ese pequeño y “poderoso” grupo de hombres y mujeres que se hicieron, y todavía pretenden seguir haciendo, ochas y panochas con el conocimiento y la sabiduría que pertenece a todo el conglomerado humano. ¿Pero por qué hacen del 99% lo que les da la real gana y qué piensan de nosotros ese desalmado 1%? Hacen lo que quieran de nosotros porque primero nos dividen con sus academias conductistas, con sus medios de comunicación, su comercio especulativo y con sus expertos arrulladores mentales como son las religiones.
(Con su debida excepción) Y piensan que divididos, somos algo mucho menos que pequeñas cosas que no alcanzamos a ser ni un microscópico electrón. Divididos, que es la individualidad observada en cualquier parte del mundo y en cualquier sector social, el sálvese quien pueda, la libre empresa, la elección religiosa y las elecciones en malos hábitos y acciones humanas equivocadas y, validadas en este siglo XXI que acepta todo con el sello de Libertad. Una mal interpretada Libertad que tiene al Planeta al borde del precipicio y la especie Homo Sapiens que sucumbe en problemáticas fáciles de resolver, pero que la individualidad y el libertinaje hacen que las soluciones no se hagan realidad. Y mientras buscamos oro en Marte y tratamos de saber que pasa en el interior de la Luna, los problemas de la humanidad no se resuelven y el mismísimo Ser Humano es lo que menos se conoce. Pero resulta que esa individualidad encriptada sutilmente en nuestra matriz milenaria, ya comienza a manifestar cansancio.
Es mucha la carga que recibe; las rodillas ya no resisten mas peso, la espalda no aguanta más latigazos, los hombros están sin fuerza y comenzamos a agarrarnos de las manos unos con otros para poder sostenernos y al hacerlo, estamos dándonos cuenta que unidos somos ese 99%. 99% que realmente unidos, comenzamos a OCUPAR, a INDIGNARNOS y a tomar las calles y plazas del Mundo.
Y el pensamiento sobre nosotros que tiene ese 1%, comienza a desvanecerse y sus imaginaciones no les pueden concebir las formas mentales donde antes no podían vernos porque éramos, como antes dije, menos que un electrón. Ahora nos ven y nos piensan gigantes y vamos creciendo cuando más anonimos y “raros” personajes humanizados van apareciendo en la escena mundial y se unen al 99%.
Y seguirán apareciendo
pequeños electrones que se unen al conjunto de electrones que formamos al
gigante, al cual ya huyen los 1% sus
lacayos, sus policías, sus soldados y sus comerciantes académicos y religiosos.
¡Independencia y socialismo!