Confianza

Es real, existen personas o grupos políticos que se transforman por obra y desgracia de la sociedad en verdaderas fabrica de desconfianza. Si esto es verdad, ¿como rescatarla cuando se ha perdido?.

Para los autores franceses Yann Algan, Pierre Cahuc, André Zylberberg la primera causa de esta peligroso deterioro se debe a que las sociedades occidentales, proto neoliberales, han otorgada insoportable preeminencia al valor del individualismo y su obligado y consecuente desierto, el egoísmo.

Miseria originada en sentimientos de clase que impone sectarismos e impulsa peculiar ceguera e injusticia por las inequidades sociales que produce.

“Francia es un país corporativista basado sobre una lógica del status donde cada grupo busca incrementar sus ventajas a costa de los otros.

El corporativismo favorece el clientelismo, la opacidad, y conduce a un enfrentamiento frente a diversas instituciones, la justicia, el parlamento y los partidos políticos

Según quienes presentan la obra “La fabrica de la desconfianza” Edit. por Albín Michel Societé de Actualités. Culture & Literature. 2012, todo se produce a partir de una intima acción que impone comparaciones con “el otro” y desde allí se disparan profundos sentimientos de inferioridad.

“jerarquía, desigualdad y desconfianza: son las verdaderas divisas de la sociedad francesa ¡ Jerarquizada al exceso, elitista, conflictiva, la organización de nuestra sociedad destruye las relaciones sociales así como la confianza en el porvenir y el crecimiento”, agregamos, aunque este sea el mismo Zeus neoliberal y su mercado.

Se conocen muchos estudios, en Europa, que muestran en efecto, que las desigualdades, minan la cohesión social y disminuyen la sensación de bienestar general de la sociedad. Todo lo cual muestra, en la caso de Francia, que estas divisiones de sociales que minan la confianza en el Estado, es tendencia que se puede revertir, si se logran eliminar: las inequidades en materia impositiva; se lucha contra el imperiosa presencia política de la grandes corporaciones; se elimina el clientelismo y ventajismo de los partidos en el poder; evita la dilapidación del dinero publico, -el ejemplo de Zarkozy, es mas que representativo-; se evita subestimar a los electores y finalmente se coloca bajo debido y preciso control a la Banca.

Se concreta que la confianza es la virtud democrática por excelencia, sin ella los gobiernos y Estado se deterioran. En este proceso de recuperación es necesario consolidar la confianza plena de la relación entre el elegido y el elector. Agregando que es fundamental que no se subestime a los electores e incumpla lo prometido.

Otro recurso impostergable en este camino es la existencia de un proyecto y visión politica de la sociedad que se desea transformar y que debe comprometer a ambos actores.

La pregunta es en el caso venezolano ¿adonde se extravió la confianza del pueblo en sus gobiernos y en la política¿. Cuya experiencia mas que definitiva, fue el proceso de depauperación de los partido y la enajenación de los gobiernos de la Cuarta Republica en Venezuela.

Desgracia aún no reparada, tal como lo demuestra que los viejos partidos se han visto en la necesidad de enmascarar sus nombres y transmutarse, bajo siglas y colores y dirigentes nuevos, que los niegan como raíces de las cuales descendieron. Este es un gran drama aún no resuelto por la oposición venezolana.

Sobre todo por su candidato a las elecciones presidenciales, que todo lo oculta con silencio o en el insostenible hamaqueo con que enfrenta las preguntas que se le hacen.

¿Adonde acaba o empieza?. ¿Cuales actos e ideas, harán digno de confianza al candidato?. Difícil capitalizarla como candidato presidencial a quien se presiente caminar en esta campaña de la mano de Caín y Dick Morris.

No es ninguna hazaña ni milagro de la ciencia matemática saber con cuantos votos cuenta hasta hoy este candidato. Es campo invariable, pues vive de la renta electoral que proveen los frenéticos del “fuera Chávez”. Para quienes da lo mismo votar por la Mona lisa, Tarzán o por Capríles, con tal de “salir de Chávez”.

Desde su nominación su 24% de popularidad se mantiene estable y difícilmente, aunque utilice ese lacio recurso del “casa por casa”, va crecer. Total, es asunto de cuanta confianza promueve su imagen. Allí está su problema.

Como confiar en quién ni se atreve ni puede expresar claramente cuales son sus umbrales y abismos políticos. Aunque el pueblo siempre sabio ya huele sus secretas motivaciones.

Para los griegos el hombre era un ser construido de preguntas que sumaran conocimiento y acción, en él, su cortedad, todo lo oscurece. Su silencio genera desconfianza y resta ímpetus.

Difícil confiar en un candidato plagado de vacíos. Previsiblemente manejado desde el exterior, con poca autonomía y cuando se le vió tomar una iniciativa fue para allanar hogares y cazar opositores o abatir con violencia muros de embajadas.

Solo profundo desaliento y desconfianza promueve su fúrica diatriba con su jefe de campaña, quién tuvo la debilidad de reconocer ingenuamente su servidumbre para acoger fielmente todo cuanto dispusiere el Fondo Monetario para Venezuela.

Sin duda que su intelecto hasta ahora no promete enceguecernos con epifanías ni con fiesta de ideas o revelaciones sorprendentes. Aunque estas le hallan sido insufladas por profetas de Miami, chamanes de la semántica, médicos del fashion, brujos u oráculos de las publicidades o yuppies cuyo único capital es el azar y la audacia de los desletrados.

Ninguna fuente capáz de gestar visiones más allá de la limitación de su ceguera política de joven que se inició en el oficio cuando su familia regaló una curul; a quien sería bueno recordarle aquello que confeso con tristeza Simón Bolivar, al reconocer:

“Hoy no soy mas que un rico, lo superfluo de la sociedad, el dorado de un libro, el brillante de un puño de la espada de Bonaparte, la toga del orador. No soy bueno mas que para dar fiestas a los hombres que valen alguna cosa”. Cita de Luis Britto García de la obra: El pensamiento del Libertador- Economía y Sociedad BCV 2010.

Pues todo su accionar es solo forma de pecar en el camino al lejano e inaccesible poder. Transitar que genera mas desconfianza, por su impostura, debida a una cultura llena de cuentos extravagantes e infantiles recursos discursivos.

En síntesis, hoy es figura agujereada. Cuya vocación esta mas cerca del bazar de lo frívolo que una cruzada por alguna causa.

A Capríles hay que reconocerle su juventud y su fabula de joven promesa, tiempo, le sobra, en el espacio tendrá recursos para madurar y volver a ensayar, no olvide el ejemplo de ese otro candidato que se presento a la contienda muchas veces, hasta que ganó.

Concretemos: Capríles, sin confianza no hay futuro. Es camino que no se puede eludir. Buscar atajos puede gestar miserias a la fisiología y hasta desvanecimiento y soledad social.

Britto García, Luis. “El pensamiento del Libertador”- Economía y Sociedad BCV 2010

Algan, Yann; Cahuc, Pierre; Zylberberg, André. La fabrique de la défiance et comments s´en sortir. Edit. Albín Michel Societé. Actualités. Culture & Literature. Feb 2012


tuliomon@gmail.com


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Tulio Monsalve


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