Hay mucha expectativa en propios y extraños por conocer cómo será el sexenio venidero, después de la crónica de la muerte anunciada del Capri y su charca con nombre bonito el 7-O.
Sin lugar a dudas, el Presidente seguirá consolidando la Revolución Bolivariana Socialista, mantendrá su atención en darle al pueblo el mayor y mejor bienestar posible y seguirá empujando al país para su desarrollo a potencia.
Se ha dicho que regresa el tiempo de la reconciliación. A lo mejor, unos de verdad, desean reconciliarse con Dios, con el país y con ellos mismos, deseo que es muy válido, pero que abuchea el otro bando, válido también, por las veces que no ha sido más que una burda farsa, “Como perro que vuelve a su vómito. Así es el necio que repite su necedad”, dice el Proverbio.
Hay expectativa, por la posibilidad que se esté gestando una nueva dirigencia que haga oposición racional e inteligente, a la que le duelan su patria y sus hermanos, con todo y las diferencias políticas o religiosas, esto, después de revelarse el paquetazo y las verdaderas intenciones del Capri y sus acólitos del averno.
También se espera, Señor Presidente, más Contundencia, (Larousse: Capacidad de un razonamiento o una evidencia para convencer sin dejar lugar a discusión por la convicción o la energía con que se expone. Fuerza o energía con que se golpea algo). Se necesita más contundencia, Presidente, en hacer cumplir la Constitución y las Leyes ante la impunidad, la injusticia. Se atenta diariamente y se irrespeta la majestad de los funcionarios elegidos por el pueblo; mienten descaradamente apoyados por los medios; siembran pánico; se manipula la información; hacen guerra psicológica; se forjan documentos oficiales y firmas; hacen montajes; no dan cuenta de sus cuentas; conspiran…ante la mirada, blandengue y muchas veces cómplice y/o complaciente, del que le compete aplicar justicia. “Chávez manda en Miraflores, aquí mando yo”, fanfarronea el fulano o fulana ante el pueblo humillado y pasmado frente a semejante situación.
La Patria necesita hombres y mujeres comprometidos/as, con bolas y ovarios, eficaces y eficientes que cumplan con sus funciones, no meros elementos decorativos burocráticos e incompetentes, a veces camuflados, que atrasan la gestión del estado. “Más contundencia Presidente”