Soy de los que piensan que todo lo que nos sucede en la vida dejará una enseñanza en nosotros si reflexionamos. Me apoyo en el dicho "nadie escarmienta en cabeza ajena y en el Proverbio, 14:15,16, que reza, "El simple todo lo cree, pero el prudente mira bien sus pasos. El sabio teme y se aparta del mal, pero el necio es arrogante y descuidado".
Las recientes elecciones parlamentarias vividas por los que hemos tenido la dicha de nacer en esta tierra bendita por Di-os, observada muy de cerca y desde el espacio por todo el mundo existente conocido y desconocidos, han dejado unas cuantas enseñanzas claras si actuamos como seres racionales y no como simples mortales, necios e irracionales en cuerpos humanos.
Se le hizo creer al mundo burdas mentiras de Venezuela que hasta hace poco fueron consideradas verdades, algo de eso como, "miente, miente, que algo queda", o, "una mentira dicha muchas veces se convierte en verdad", principios Goebelianos, que individuos de todas las raleas habidas y por haber creyeron y refrendaron.
Se dijo que el Gobierno Bolivariano no quería elecciones parlamentarias y eso del estado de excepción y el cierre de las fronteras como medidas contra el contrabando de gasolina, alimentos, bienes, paramilitarismo, hampa…era la excusa, aunada a la denuncia de violación del espacio aéreo territorial por un avión de reconocimiento norteamericano, y, la advertencia de la 5ta flota gringa en aguas caribeñas. El 06/12/15/, hubo elecciones en santa paz, el pueblo ejerció su derecho y el Gobierno garantizó que así fuera, como estaba previsto. La elección número 20.
Desde hace mucho tiempo, por 17 años y en 20 elecciones, se dijo que el CNE siempre ha cometido fraude, que no es confiable, que una vez más haría fraude. La madrugada del 07 de diciembre el ente comicial en pleno y en voz de su Presidenta hace saber los resultados favorables al oposicionismo, resultados que jubilosamente fueron aceptados con la gran diferencia que ahora no ladraron ¡Fraude!, como lo venían haciendo irresponsablemente en las otras 18 elecciones donde los resultados habían sido adversos y que nunca presentaron la más mínima prueba.
Otra burda mentira convertida en verdad fue la de que el tan vilipendiado CNE no permitiría ni acompañantes, ni veedores, ni entes internacionales. Nada más y nada menos, fueron acreditados 19 acompañantes de EEUU, Argentina, Honduras, Ecuador, Colombia, Dominicana, Reino Unido; expresidentes, intestinos enemigos del Gobierno como, Jorge Quiroga, de Bolivia, de no muy buena reputación y que groseramente se atrevió a inmiscuirse en nuestras cuestiones electorales; Andrés Pastrana, colombiano, promotor de la resolución No. 8 del año 2000 del Banco Central de Colombia y que ha sido parte del desangramiento por la frontera; Mireya Moscoso, Panamá; Laura Chinchilla, Costa Rica y Alberto Lacalle, de Uruguay, invitados flamantes del oposicionismo; Rodríguez Zapatero y Martín Torrijos, expresidentes por la Misión de Acompañamiento
Internacional; Unasur, Consejo de Expertos Electorales de Latinoamérica…constataron y confirmaron que el nuestro es el mejor sistema electoral del mundo, inviolable, seguro, confiable y el más auditable, que muchos quisieran tener en sus respectivos países.
Otra, fue la que ni el Gobierno, ni la FAN, ni el pueblo afecto al Proyecto Bolivariano reconocerían el triunfo oposicionista. El primero en reconocerlo fue el Gobierno en pleno en voz del presidente Maduro, Padrino López por lo castrense y el pueblo chavista noble, fiel, valiente, todos, aceptaron la segunda derrota con hidalguía, lo que por ende derrumba la rancia mentira de réeegimen dictatorial atribuido al Gobierno Bolivariano, por si había duda. En dictadura no hay elecciones libres y mucho menos se acepta ni se reconoce derrota.
Otra mentira era que el PSUV seguía siendo mayoría. Con la abrumadora derrota sufrida, cerca del 80% de participación, el oposicionismo obtuvo 112 curules, mayoría calificada; por 55 curules, del lado oficialista, ya no. Resultados atribuido a la guerra económica, bajos precios del petróleo, descontento, burocracia, ineficiencia, políticas herradas, impunidad…con todo, como dicen muchos, y la gran inversión social del Gobierno en materia de educación, infraestructura, vivienda, pensiones, salud y alimentación (estas dos significativamente deficientes). ¿Voto castigo?
Quedó demostrado que "no todo el que dice ser, habla y se viste de chavista, lo es", (ver: La doble cara del voto: (http://www.aporrea.org/actualidad/a163678.html), y que "el movimiento revolucionario genuino es la "gran" minoría. Ante la derrota: seguro se replegarán, reorganizarán, reflexionarán y volverán a la ofensiva", como dijo, Rodríguez Torres.
Bueno, ante el nuevo panorama, con la ayuda del tiempo y Di-os mediante, todos seremos testigos si el cambio tan cacareado y votado sin lugar a dudas por la mayoría, no empeorara la situación en cuanto a: estabilidad, escases de alimentos bienes y servicios, inflación, largas colas, eliminación de las misiones y logros alcanzados, seguridad social, calidad de vida, salarios, inseguridad…y pare usted de contar.
"Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora", Eclesiastés 3:1.