Teniendo en cuenta los resultados de las elecciones en Venezuela y en medio de esta tragedia que ha sufrido la izquierda latinoamericana a raíz de la aplastante derrota del chavismo, me permito sacar las siguientes conclusiones con el ánimo de contribuir al debate franco y abierto que debe generar este revés entre los sectores de izquierda:
1. El primer triunfador ha sido el imperialismo norteamericano que de manera abierta y descarada influyó con sus dólares y los grandes medios para "torcer el brazo" de la revolución bolivariana después de la muerte del presidente Hugo Chávez.
2. Igualmente salió fortalecida la ultraderecha antidemocrática (de corte fascistoide) a nivel mundial. Hoy más que nunca este sector está más poderoso y utilizando las mismas herramientas que tradicionalmente estaban escrituradas por la izquierda como las movilizaciones masivas y tomas de calle con un lenguaje de presunta defensa de la democracia y la libertad, y en donde ha hecho que su discurso sobre LA LIBERTAD llegue más a la gente que el discurso de la izquierda sobre LA IGUALDAD.
3. El resto de gobiernos progresistas y de izquierda (al igual que el resto de organizaciones de izquierda) en Latinoamérica están más preocupados por sus problemas internos que hacer una coordinación efectiva de integración que enfrente al poder imperial. Ante esta arremetida del imperio y sus secuaces cada uno de estos países se queda solo en la lucha (porque los mecanismos regionales, llámese ALBA u otro han sido ineficaces), mientras que el imperialismo y la ultraderecha actúan de manera conjunta, unida y coordinada como si fueran una sólida organización internacional cuya cima esta en los centros de poder de Washington y Madrid. Ayer fue Argentina, hoy Venezuela, mañana van por Brasil y puede seguir el efecto dominó.
4. El caso colombiano es patético. La derecha colombiana liderada por Uribe y el Gobierno de Santos (todos unidos) fue la punta de lanza contra la revolución bolivariana y sin embargo nuestra izquierda legal y parlamentaria, a decir verdad, nunca simpatizó con el chavismo y su revolución bolivariana. En el fondo detestaron la figura de Hugo Chávez y a través de los grandes medios, cuando tenían la oportunidad, nunca mostraron un discurso en defensa de la revolución bolivariana porque siempre están pensando en los dividendos electorales (un ejemplo de lo anterior es Canal Capital). Aquí la excepción fue la ex-senadora Piedad Córdoba, que perteneciendo a un partido de la derecha tradicional, nos ha dado un ejemplo de lo que es el compromiso revolucionario y la solidaridad militante sin temor alguno.
5. Lo que paso el 6D en Venezuela fue un tsunami que ojalá no tenga efectos devastadores contra toda la izquierda en la región que hasta el momento no ha tenido capacidad de respuesta ante lo ocurrido en Buenos Aires y Caracas. Lo cierto es que a pesar de todo, el PSUV debe rectificar, hacer un viraje y modificar su discurso y su praxis porque la situación de hace 18 años no es la misma de ahora. Ahora tiene nuevos retos como radicalizar el proceso hacia transformaciones anticapitalistas en vez de hacerle culto a la política meramente asistencialista, pero a la vez solucionar los problemas de escases de productos y desabastecimiento en el comercio, frenar la inseguridad reinante y acabar con el burocratismo y la corrupción que lo que más daño hace a cualquier revolución.
6. Con la toma de la Asamblea Nacional, la derecha venezolana pasará factura sin misericordia alguna (incluyendo la represión y los casos de juicios contra líderes del PSUV), y tratará de revertir todos los logros de la revolución, incluyendo hasta el nombre de la república con el cual nunca se han sentido identificados tal y como hizo la derecha rusa con la caída de la URSS.
7. Por último, con la revolución cubana queda demostrado que si los procesos revolucionarios no se radicalizan ni se profundizan con transformaciones anticapitalistas, toda revolución, como afirmara el Che, no será más que una caricatura de revolución.
ANIBAL