Reflexiones en torno al 6D 2015

Es tiempo de preservar la independencia, proteger la democracia, defender los logros y conquistar la paz

Analizar el resultado adverso en las parlamentarias del 6D, 2015 para el proceso revolucionario bolivariano es un gran desafío; en virtud de que el mismo constituye una derrota en el plano electoral que pone en peligro el futuro político de la revolución. De manera que, lo acertado o no del análisis que hagamos de éste puede llevar a un retroceso estratégico o a la recuperación del chavismo y de las aspiraciones transformadoras del pueblo venezolano. De la lectura y las ideas que establezcamos de estos resultados dependerán las rectificaciones y propuestas necesarias para trazar las vías revolucionarias de la victoria. Supone hacer reflexiones y señalamientos que den en el clavo. Si no hacemos una correcta, interpretación de los hechos (con rigor), del mensaje del pueblo (chavista y no chavista) será difícil alcanzar conclusiones próximas a la realidad. Lo cual para bien o mal tendrá consecuencias estratégicas.

Así que para los revolucionarios, los militantes sociales y el pueblo comprometido con los destinos de la patria, es imperativo comprender a cabalidad los elementos de fondo y de forma implícitos en las causas de la derrota. Establecer qué responsabilidad tienen en esta; tanto los de la dirección política del proceso, como los que han desempeñado funciones de gobierno. En estas acciones, ambos actores actuaron de manera inseparable. Estado, gobierno y partido se mimetizaron (esto fue un desatino, se insisto así en los errores cometidos en los llamados socialismos reales). Se actuó bajo una visión piramidal, convirtiendo al Estado (burgués) en el constructor de los “cambios” relegando a las organizaciones populares a un rol subalterno en esta tarea. Esa pifia fue una más de las múltiples a identificar. Develar las verdades desde los tuétanos, explicarnos verazmente lo ocurrido será un logro revolucionario. Señalando las cosas sin medias tintas. Siempre con lealtad revolucionaria. Entender la política como un asunto ético, con mucha humildad.

Para juzgar las causas de la derrota deben oírse las opiniones de las diversas expresiones del chavismo (movimientos sociales, poder popular y todas, las fuerzas que respalden las aspiraciones del pueblo) en diferentes espacios y lugares que debaten lo ocurrido. Discusión entre revolucionarios que es un signo positivo. Decía Mao Tse-Tung, en el proceso de la revolución cultural China (entre los 50 y 60) Permitan que 100 flores florezcan y que cien escuelas de pensamiento compitan en la política de promover el progreso en las artes y de las ciencias y de una cultura socialista (…)”. Apoyarnos en las palabras del sabio revolucionario chino, cuando enfrentemos un nuevo desafío en el proceso revolucionario venezolano seria acertado. Este momento es una luz, mantenerla encendida implica disponer de una agenda, de una hoja de ruta precisa. Desde ahí podría dársele respuesta a las inquietudes del pueblo y de la militancia. De igual manera, éste será un medio para fortalecer y reconstruir el poder popular, como también repensar el papel del Partido. En este contexto es bueno preguntarse, sí el partido es guía, vanguardia o instrumento de apoyo del pueblo; ¿o qué vaina es lo qué es? Lo primero, es quitarnos de la cabeza que tenemos una “maquinaria electoral”. Ese mito con estos resultados del 6D, debemos tirarlo por la cañería de la historia. Valga también decir, que con esta discusión, puede desarrollarse la verdadera “escuela de cuadros” (desprendida de toda atadura escolástica y pulpito académico).

De lo antes dicho, se desprende que esta sería una tarea cuya responsabilidad recae principalmente en la dirección política, pero que a la vez convoca a todos los cuadros y militantes. “Repensar” el chavismo”, implica asumir las cosas desde una valoración crítica de todo lo que hemos hecho. Es medir, comprender y explicarnos cada una de las acciones llevadas a cabo por la Revolución Bolivariana, (conocer a fondo sus logros, el impacto y resultados de cada acción, también los desaciertos de la acción de gobierno). Sobre todo precisar los desaciertos sucedidos sin contemplación alguna. Cada acto realizado en el proceso de transformación revolucionaria en estos 17 años ha de evaluarse con rigurosidad. Es preciso hablar de los errores de la dirección política (PSUV, el Gran Polo Patriótico, partidos y grupos aliados). Entender a fondo el proceso de conducción del Estado por parte de quienes tenían funciones en éste: Ministros, Gobernadores, Alcaldes y Presidente de Institutos Autónomos, Diputados, Concejales. Cabe preguntarse, ¿Fue acaso sólo el distanciamiento de éstos con las bases del partido y del pueblo? ¿O existen otras explicaciones? Hay que bajarse de las camionetas 4 x 4 y de la arrogancia. Una discusión en ese plano, requiere sinceridad y honradez para evitar linchamientos morales y juicios a priori. Cuidado con la satanización de las cosas; sobre todo, por que venimos de sacralizar muchas.

Por otra parte, no haber desmontado el Estado paternalista, propio de la 4ta República, el modelo rentista (petro-estado), es un asunto que pesa en esta derrota. Indagar acerca de la influencia de este modelo en la gestión revolucionaria es importante. Pues parece evidente que se afianzo –en buena medida- el modelo petrolero en tiempo de revolución. Preguntarnos por qué nos ayudaría a entender la situación actual. Ojo, no es solo desde lo electoral que debemos revisar las cosas; sino también ver ¿por qué hasta ahora no hemos superado este patrón de desarrollo petrolero rentista y construir otro? De modo que, resulta imperativo comprender la dimensión estructural y cultural que envuelve este modelo en la subjetividad del pueblo venezolano. Dice Edgardo Lander que: En Venezuela se tiene una visión muy amplia de lo que son los derechos, pero una noción muy limitada de que esos derechos sólo son sostenibles sobre la base del trabajo colectivo, del esfuerzo común, pero aquí hay petróleo y muy pocas responsabilidades”. Este modelo de más de un siglo, generó el facilismo, la picardía y el consumismo voraz como nueva identidad del venezolano, quien hoy reniega del país, fijando de referente a lo gringo, lo europeo.

Esta visión tuvo un impacto enorme en nuestras relaciones con la sociedad, sobre todo con el sector popular y los jóvenes. No creamos un discurso y una pedagogía liberadora; que educara políticamente al pueblo en base a otros valores. Se impuso la simulación. Así, la revolución fue atrapada en una trampa cuya existencia se sabía de antemano. Educamos para el consumismo y afianzamos el individualismo entre el pueblo, precisamente entre los jóvenes (por ello en ese segmentó de la sociedad, al parecer es donde menos hemos avanzado. Una revolución sin la juventud es muy difícil que avance). La “regaladera” de tabletas y carros –taxis- fue un desacierto. Ese discurso a mucha gente del pueblo no le ayuda deslastrarse de los valores del capital, al contrario por vía del facilismo y el derroche se identifico aún más con la cultura capitalista. Por ello no es de extrañar el que muchos jóvenes, una mayoría –creo yo- votó por la oposición.

De manera que, hoy nuestras tareas hacia el sector juvenil deben ser repensadas y reorientadas seriamente. Para comprender esta realidad, es bueno dejar claro el hecho de que, no solo no hay avances en ese sector, sino que más bien se ha experimentado un profundo retroceso. La oposición desarrollo una estrategia de penetración hacia las universidades y misiones creadas por el gobierno y ha tenido éxito allí; en tanto que nosotros sustrajimos a los jóvenes del escenario comunitario para convertirlos en burócratas del Estado. Mientras por ejemplo, los estudios en la UNEFA se regían bajo criterios o paradigmas que solo conducen a identificarse con la lógica del capital. Un modelo educativo nada crítico. También percibimos, como lamentablemente, en la Misión Sucre, la encargada de formar los médicos integrales comunitarios (MIC), entre otros, se forma un profesional con sed de replicar el modelo de las universidades tradicionales/autónomas y privadas. Por ello, no es de extrañar como entre sus estudiantes/egresados existen integrantes de Primero Justicia o de Voluntad Popular. Entonces, ¿qué valor tiene decir que se dispone de una de las primeras matrículas del mundo a nivel universitario, si estamos formando hombres y mujeres para reproducir la cultura capitalista?. “No podemos construir el socialismo con las armas melladas del capitalismo”, decía el Che Guevara. Así resulta imposible educar hombres/mujeres en principios y valores socialistas y solidarios. Los pensum de estudios anacrónicos y tradicionales que guían este modelo educativo expresan el paradigma de la modernidad, a la visión eurocéntrica, al capitalismo en su lógica y principios neoliberales. Caímos en la trampa al crear o ampliar unas instituciones con el fin único de “graduar” médicos, abogados, enfermeras, entre otros. Con lo cual solo animamos el espíritu hedonista, narcisismo y afán de competencia. ¿Porqué extrañarnos que los estudiantes y egresados de este sistema voten o siguán las ideas y valores de la derecha?

Igualmente ocurrió y esta ocurriendo en los urbanismos construidos por el gobierno (la Gran Misión Vivienda). Aquí el gobierno debía y debe tener una política que explique cuáles son los criterios para asignar las viviendas a cada familia. Con ello se evita el riesgo de aparentar que ésta es una entrega gratuita (“lo que nada cuesta hagámoslo fiesta” dice el refrán popular). Por esta vía delincuentes y revendedores se hicieron de casas; y bien equipadas. La oposición se dio el lujo de atacar ésta –a la mejor política social que ha diseñado la revolución- diciéndole a las y los adjudicatarios, que ellos no tenían la propiedad del inmueble. Que la oposición le otorgaría el respectivo “título de propiedad” a cada familia. Esta fue parte de su campaña. Mucha gente beneficiada por el gobierno atraída por este anzuelo, votó por la oposición. Ministros, gobernadores, diputados y hasta el mismo Presidente de la República nunca dieron respuesta a este discurso demoledor de la oposición. Nos jodieron de manera impune. No es suficiente con decirle a la gente que “nosotros no creemos en la propiedad privada”. El pueblo si cree en ella, y por mucho tiempo seguirá creyendo en esa vaina. Aquí tenemos un enredo ideológico. Basta de seguir hablándonos a nosotros mismo. Esto es una prueba de que en estas elecciones no construimos un discurso para los ni ni, no le hablamos a los independientes y a la clase media. Nuestro discurso a veces parecía dirigido a los chavistas más radicales y comprometidos.

Igualmente al no desburocratizarse el aparato de Estado, que era una tarea importante se dejó un conducto por donde se filtra la corrupción y se deterioran los servicios públicos. Ojo, cuando hablo de desburocratización, no me refiero a que debía o debe despedirse a los trabajadores de la administración pública no afectos al chavismo. No, lo que se requería o se requiere es superar, principalmente, los procedimientos, las normas y estilos de atención generadores de vicios que crean esa corrupción. Lo más lamentable es que esto se repitió en las instituciones y ministerio creados por el Gobierno Revolucionario. Nos acostamos con el enemigo en la misma cama.

Asimismo, no se impulsó y apoyó a fondo el desarrollo de las Comunas en tanto espacio productivo y socialista capaz de construir nuevas relaciones sociales y de producción; eso fue algo criminal. Avanzar en la construcción de un modelo productivo que respondiera a criterios liberadores y socialista era imprescindible para la revolución bolivariana. Era llegar al punto de no retorno. Al contrario se afianzó la “economía de puerto”, reforzándose la importación de productos foráneos y se echó a un lado nuevamente –como en la 4ta República- la producción nacional en el campo y la ciudad. Esto con la cultura del cadivismo creó un nuevo tipo de delincuente, “el raspa cupo”, que junto al “bachaquero” penetro los poros, venas y arterias de la sociedad. Un capitalismo rapaz y salvaje se engendró en las relaciones económicas entre los venezolanos. Fue así como la construcción de las Comunas, la auténtica acción revolucionaria, muchas veces fue dejada en manos de burócratas que no creían en ésta. Se desoyó el discurso de Chávez, el “Comuna o Nada”, y el Golpe de Timón se dejó a un lado. Un error fatal, de consecuencias estratégicas.

La guerra económica y errores en el manejo del programa de seguridad alimentaria.sa

Percibir los aspectos de la derrotas, es precisar cómo fue que se perdió en lugares que son bastiones histórico del chavismo, caso de la parroquia Miguel Peña en Valencia y el 23 de Enero en Caracas. Tal vez ello no obedezca solamente a las colas (a los efectos de la guerra económica), pero ocurrieron casos como el hecho de que PDVAL, Mercal y los Bicentenarios los responsables del manejo de la política alimentaria del Estado, en plena campaña electoral dejaron las bodegas y abastos de esta red en zonas como estas sin alimento para la población. Precisamente, en el mes clave, noviembre. Implotamos. Suficiente era con la especulación, el acaparamiento, el bachaqueo, la inflación inducida y el dólar paralelo (dólar today) que hacía estragos en una economía, presa –sitiada- por los delincuentes y empresarios parásitos, para que además, como colmo de males, la burocracia también viniera a echar vaina.

Mucho antes de las elecciones, Julio Escalona en un artículo publicado en Últimas Noticias el 21-10-15, escribió lo siguiente: “La derecha, promoviendo el bachaqueo y las colas, ha ido demoliendo el tejido solidario y lleno de esperanza, haciendo renacer el individualismo y prácticas capitalistas. Si hay retroceso electoral este será un factor decisivo. No se derrotará (a la derecha) con jingles, marchas... La agitación no es la prioridad. Requiere provocar un esfuerzo de reflexión, prácticas solidarias y un ejemplo de humildad y solidaridad de la dirección política. Sin privilegios y sin "chapeo". No puede haber un pueblo sufriendo y una burocracia dispendiosa, como una nueva clase. El ejemplo del presidente Maduro debe ser emulado. Sin Chávez, está enfrentando problemas más difíciles.” No era suficiente con el camión que le hecho Maduro a la campaña; esta era una acción del pueblo. Pero buena parte de ese pueblo –el que acompaño a Chávez en el Paro Petrolero- estaba y sigue en las colas enfrentando –solo- esa guerra económica. Fue aquí, donde se germinó una arrechera contra la actitud de policías, guardias nacionales y otros funcionarios quienes en contubernio dejaron actuar impunemente a comerciantes inescrupulosos, acaparadores y bachaqueros. La gente canalizó su rabia culpando al gobierno con el voto castigo. Los que estaban detrás de la gigantesca operación, EE.UU, los grandes empresarios que escondían los productos, (Polar, Procter & Gamble, entre otros salían ilesos) quedaban inmune.

Una gestión pública muchas veces alejada de criterios revolucionarios

Por otra parte, frecuentemente se produjo hacia los militantes del chavismo una persecución inexplicable en las instituciones que “ganaba” la revolución con el voto y apoyo de estos militantes. Muchas veces alcaldes, gobernadores y directores se rodeaban de sectores adversos al proceso revolucionario, so-pretexto de que estos harían una “buena gerencia”. Una racionalidad (reaccionaria) gerencial donde lo técnico prevalecía sobre lo político. Esta actitud creó desanimo, rabia y decepción en las filas revolucionarias, desmovilizó a los sectores populares que no compartían este procedimiento.

Del mismo modo siempre fue criticable la gestión gubernamental sustentada en el enroque, la rotación de cargos y la imposición arbitraria de líderes y gerentes. Ministros con cuatro cargos, secretarios y directores con múltiples responsabilidad. Ese estilo de gerencia se repitió a nivel del gobierno nacional, de gobernaciones y alcaldías chavistas. A este hecho se añadió el nepotismo y el autoritarismo en la gestión pública y el liderazgo político del proceso. Si hiciéramos una encuesta de manera transparente en la administración pública, podríamos concluir que buena parte de los cargos en las gestiones “chavistas”, no están bajo la responsabilidad de revolucionarios.

Era obvio que ese estilo gerencial, con poco control social –vigilancia del pueblo-, sin un sólido corpus ético y un serio compromiso solidario, en muchos espacios fuera penetrado por los vicios, valores y cultura de la corrupción. Eso minó espacios del chavismo, atrajo a las corrientes más frágiles de éste, (a la derecha) que ha cohabitado –por intereses más que por camaradería- con sectores progresistas y revolucionarios. Por esa vía se llegó a la derrota; a pesar de que como señala Clodovaldo Hernández, “ésta fue una catástrofe política que llegó luego de demasiadas advertencias”. Poco se atendió a la crítica y mucho se ataco al mensajero.

Por otra parte, el no desarrollo integral de la política de salud a través de la promoción y prevención de las enfermedades, cosa que se intentó durante en el inicio del programa Barrio Adentro, ha producido efectos terribles que han prorrogado una crisis de dimensiones enormes en el sistema público de salud. Además de los muchos desaciertos, de malos/as ministros/as, a ello se une el bloqueo que la industria tecno-médica y farmacéutica lleva a cabo contra el país. En dicha área es esencial corregir de fondo las políticas en materia de salud. Superar esto requiere disponer de criterios que coadyuven a superar el perfil biomedicalizado que prevalece en los planes del Estado en materia de salud. Visión que opera del mismo modo en el imaginario colectivo –en el pueblo-; desde estas visiones se hace énfasis extremo en lo curativo, marginando lo preventivo, por una parte, y, por la otra ocurre una absoluta dependencia de la industria tecno-médica y farmacéutica que afecta los intereses del pueblo, socavando cada vez más la soberanía del país en el plano científico y tecnológico; atándonos a perpetuidad a los designios del gran capital. Aquí es indispensable privilegiar lo preventivo sobre lo curativo, fortalecer la red ambulatorio que es dejada en un segundo plano por la red hospitalaria. Asimismo debe revertirse la manera como invierte el Estado en la salud. El gobierno gasta en el pago de los seguros privados, el doble de lo que invierte en todo el sistema público de salud. Para tener una idea, ello representa el 75% del ingreso de las clínicas privadas.

Empero, ciertamente son muchos los elementos causantes de la derrota electoral del 6D. Derrota que no es culpa de Maduro; o al menos no de él solamente. Esto no se resuelve con cacerías de brujas. Por ello, es esencial la crítica y la autocritica revolucionaria. Esta es una medida o acción clave para superar el burocratismo que sucede, no solo entre los líderes políticos y altos funcionarios gubernamentales. También para reconstruir procesos colectivos entre los militantes de base, en el poder popular. Superar el caciquismo, el “liderazgo” que monopoliza todo en manos de poco en las comunidades es también una tarea importante. Solo con humildad y una conducta revolucionaria seria se transformará ésta derrota pasajera en victorias futuras. Es vital saber que: la historia no es un hecho lineal; es decir, no es un siempre ganar y ganar. En los procesos históricos se gana y se pierde, se sube y se bajo. Ninguna acción humana es perfecta.

Después del 6D nos enfrentamos a la derecha internacional. A todos sus poderes.

El 6 de Diciembre de 2015, no fuimos derrotados por la MUD. No, ese día perdimos una batalla contra el imperio (EE.UU. -el gran capital-) y los poderes que éste maneja mundialmente; quienes son los verdaderos dueños del circo que encarna la oposición venezolana. Una oposición desnacionalizada, entregada a los más sórdidos intereses foráneos. Por eso, quienes ahora controlan el Parlamento, (la Asamblea Nacional) simbolizan la violencia, el saqueo al país, el contrabando, la especulación, el narco-paramilitarismo y la corrupción. En fin, la violación de los derechos humanos, tal como se manifestó durante la Guarimba en el 2014. Esta es expresión de la guerra continua que promueven en el mundo los fabricantes de armas y sus agentes financieros. ¿Acaso no es un hecho notable el que la denominada MUD guarde un silencio absoluto frente a las acciones del terrorismo que avala Estados Unidos en el Medio Oriente y otras partes del mundo o, ante la agresión de Israel contra el pueblo palestino?

De manera que, la oposición “venezolana” obedece en buena medida a ese minúsculo 1% de los más ricos a nivel mundial, a los que se han ido apoderando de todo en desmedro del 99% que menos poder y riqueza posee, de los cuales nos habla Dussel (2012). A ese 1% que dispone del 40% del capital de las naciones, que son la expresión de una dictadura mundial, que actúa en nombre de la “libertad de prensa”. Esa oposición es servil a los señores del capital, a los que constituyen ejércitos para la manipulación y la violencia, que día a día se apodera del mundo, donde imponen la guerra, que definen a quiénes, cómo y dónde hacerle esa guerra en nombre de la “libertad” y de la “democracia”. Esos dueños del capital (sin rostro), son los que usurpan el discurso de los Derechos Humanos, al disponer del gigantesco complejo mediático transnacional (fue así como Lilian Tintori se convirtió en vedette mundial) desde donde acusan de “tiranos”, “dictadores” y “narcotraficantes” a quienes les confrontan y denuncian. Los que por esa misma vía van minando y fracturando la soberanía de los Estados, de los que por ahora no responden a los intereses políticos que postula la doctrina económica neoliberal. De manera que con ese compromiso y entrega, el discurso de la oposición sobre las pensiones y la cesta ticket para los viejitos, los títulos para los y las adjudicatarios de la Gran Misión Viviendo, no es más que un vulgar acto de cinismo y demagogia que debemos denunciar.

Finalmente, ante el avance –evidente- de la derecha fascista que promueve el odio, a través de sus representantes mas desquiciados, es trascendental promover la organización del pueblo para garantizar la independencia del país, proteger los valores democráticos, los DD.HH y la conquista de la paz. Evitar la violencia y ahorrarle a la nación el dolor de una confrontación entre hermanos, siempre fue el planteamiento y la actitud del Comandante Chávez; nosotros como defensores de su legado debemos ser garante de este principio. El chavismo y el bolivarianismo desde los poderes del Estado, incluso fuera de esas responsabilidades, si se diera el caso, siempre seremos garantía de la paz como un valor humano esencial para la vida.

Profundizar la Revolución es continuar las tareas que tenemos asignadas.

En lo social:

  • Avanzar en la construcción y fortalecimiento de los procesos de organización de los trabajadores, seguir desarrollando las tareas de concienciación de la clase obrera, sin desmayar un minuto ni retroceder un centímetro.

  • Defender las conquistas y logros fortaleciendo la unidad de los trabajadores y sus organizaciones (sindicatos, consejos de trabajadores, comités, movimientos, frentes, entre otros).

  • Asumir la defensa de la salud pública como un derecho humano fundamental al alcance de todos y de acceso gratuito y garantizar medicamentos a las personas que requieren tratamiento de alto costo.

  • Retomar espacios entre los sectores populares. Particularmente entre los jóvenes y las amas de casa. Reforzar el liderazgo juvenil con un discurso creativo y esperanzador. La ecología, la cultura y el deporte son espacios en las barriadas para agrupar al sector juvenil.

  • Recuperar los programas y actividades por la educación y la defensa de los derechos humanos, en la región y en el país. Este fue un espacio de la izquierda y de los revolucionarios, ¿Por qué dejárselo a la derecha? Estos junto a la democracia son discursos nuestros.

  • Defender los derechos sociales y conquistas del pueblo logradas en 17 años de revolución que están ahora bajo amenaza de la derecha fascista.

En lo político y gubernamental:

  • Restructuración del gabinete y disminución del número de ministerios.

  • Incorporar a distintos factores del polo patriótico a la gestión de gobierno

  • Democratización del PSUV y sus estructuras. Elección por la base de sus dirigentes.

  • Quien sea gobernador, alcalde, ministro no debe tener responsabilidades partidistas.

  • Superar el sectarismo, que junto individualismo y la arrogancia tiene efectos negativos en el proceso de organización y construcción colectiva en el seno del pueblo.

  • Facilitar los procesos de contraloría social de la gestión pública en todos los niveles de gobierno. Cada funcionario electo o no en altos cargo debe presentar memoria y cuenta a sus electores.

  • Impulsar los espacios-escuelas de formación de los cuadros, líderes y militantes políticos y sociales desde el hacer, desde la praxis colectiva para promover la conciencia y sentido de la responsabilidad.

En lo económico:

  • Fortalecer el aparato productivo generando valor agregado.

  • Venta de productos al costo real: tales como la gasolina, el gas, la electricidad, el agua y los  alimentos.

  • Que el Estado asuma el control directo de las importaciones y la distribución de alimentos y bienes básicos para la población.

  • Reducción del gasto (suntuario y militar).

  • Re-significar PETROCARIBE (mantener la solidaridad y condiciones especiales, pero no pagos a 20 años, ni pago en especie).

  • Eliminación del IVA. Aumentar progresivamente el impuesto a los más ricos.

  • Transformar las empresas estatizadas en empresas mixtas, pero no en el caso de las empresas básicas.

  • Aumento del salario real de los trabajadores, que esté en correspondencia con la cesta básica y les permita vivir dignamente.

Lealtad y solidaridad revolucionaria

 

¡¡Ahora sí; vamos todos a la calle!!

 

Viva Chávez, Viva Nicolás Maduro. ¡Viviremos y venceremos!


sabinol28@yahoo.com



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