"Las elecciones y el descuido ideológico"

Dedicado a quienes vestidos de “rojo comunista” se comportan como “blancos reformistas”

Muchos análisis se han realizado sobres las recientes elecciones presidenciales del pasado 7 de octubre. Hoy, como tantos otros, nos sumaremos, de manera modesta, a esa larga lista de personas que aportan ideas para enriquecer el debate.

Partiremos de un hecho evidente que en los últimos días de la campaña electoral ocupó buena parte de la agenda del candidato reelecto de la Revolución Bolivariana, Hugo Chávez Frías: la persuasión de la clase media.

Un discurso destinado a convencer a ese sector de las bondades que ofrece el socialismo estuvo siempre presente. Pero, si profundizamos un poco, los hechos, reflejados en cifras, no se tradujeron en resultados favorables para las fuerzas de izquierda. El abanderado contrarrevolucionario, Henrique Capriles Radonski, resultó vencedor en los sectores medios, como generalmente ocurre con los aspirantes opositores, llámense Juan, Pedro o Antonio.

Lo contrario ocurrió en los estratos económicos más desfavorecidos: El antichavismo cautivó en las grandes ciudades del país a quienes históricamente han brindado su respaldo al Presidente; por suerte fue un escaso porcentaje. Mediante una política demagógica –muy bien diseñada en las grandes corporaciones mediáticas de la burguesía– los "líderes" del oposicionismo lograron captar a una pequeña parte de las zonas populares, como Petare, en Miranda; Miguel Peña, en Carabobo; Lagunillas en Zulia, entre otros. Aunque, insistimos, no fue significativo su auge, lograron crecer allí, en el seno del pueblo.

¿A qué obedece este giro? ¿Por qué un habitante de un barrio, quien se ha beneficiado con las misiones, votó por Capriles? ¿Tendrá esto que ver con algún descontento en las gestiones de algunos funcionarios o se debe, en primera medida, a la falta de trabajo ideológico?

Si no se toman en cuenta los correctivos necesarios pronto veremos una suerte de Síndrome de Estocolmo en las comunidades: crecerá el apoyo hacia sus propios verdugos.

Clase media y PSUV

Hay quienes aún insisten en “la reconquista de la clase media”, lo cierto es que no puedes recuperar algo que jamás te ha pertenecido. Se trata de continuar el trabajo en los “territorios semiricos”, pero sin descuidar, en términos de formación política, las comunidades populares, donde realmente radica la esencia revolucionaria. Que un iluso aspirante a millonario esté en contra de Chávez, es normal; pero que un integrante de la Misión Robinson sufrague en contra de Chávez, es difícil de asimilar, como quiera que lo pinten.

La dirigencia del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) ha descuidado ese trabajo en los sectores populares, sólo limitan su esfuerzo a conquistar espacios políticos-electorales mediante la poderosa maquinaria de movilización y logística que posee. Hay que ganar en todos los espacios, nadie lo discute, pero, a la misma vez, se deben formar cuadros que sean capaces de transmitir un correcto mensaje a las masas. Si un discurso no está acompañado de la acción, se queda en el aire y se disipa con el tiempo.

Entre cuadros y anticuadros

Decía el Che Guevara en su obra “El Cuadro, Columna Vertebral de la Revolución”, que todo régimen que inicie la construcción del socialismo, debe contar con personas que tengan un alto desarrollo político.

“Pero por desarrollo político no debe considerarse sólo el aprendizaje de la teoría marxista; debe también exigirse la responsabilidad del individuo por sus actos, la disciplina que coarte cualquier debilidad transitoria y que no esté reñida en una alta dosis de iniciativa, la preocupación constante por todos los problemas de la Revolución”.

¿Cuántos dirigentes “rojos-rojitos” hablan “sabroso” pero su gestión es nefasta? ¿Tenemos que seguir acompañando a sinvergüenzas que no cumplen con sus responsabilidades? ¿Hasta cuándo escucharemos las típicas frases encubridoras, “no es el momento”, “hablas como un escuálido” y, la peor de todas, “tú lo que eres es un pitiyanqui”?

Si algo debe agradecerle el pueblo al gobierno Chávez es que éste le ha dado argumentos y herramientas para reclamar a quienes, arropados en un circunstancial manto colorado, se comportan peor que el otrora caudillo adeco, Rómulo Betancourt.

Se hace urgente profundizar el debate sobre qué significa el socialismo, como fase inferior del comunismo. Quienes digan “no es el momento; estamos en una coyuntura electoral”, le hacen un flaco favor a la revolución.

Un socialista está para solucionar los problemas del pueblo. Desde recoger la basura y tapar un hueco, hasta construir el Estado Comunal. Nada, por pequeño que sea, le debe ser indiferente a un revolucionario.

Ministro, gobernador, alcalde o directivo de algún enramado burocrático que no comprenda que aquí no hay conciliación posible con la burguesía, y que su deber es servir al pueblo, le corresponde apartarse y darle oportunidad a los verdaderos cuadros que las mismas comunidades reconocen.

Si tú eres uno de los vividores de la politiquería, este mensaje va para ti: ¡Hazte a un lado espontáneamente o el poder popular te aplastará!


@OswaldoJLopez

siguels@gmail.com


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Oswaldo López Martínez

Periodista de @CiudadVLC/ Moderador del programa #EnLaCumbre, por @RNVcentral 90.5 FM

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