“Nuestros demócratas pequeños burgueses”, por el estilo de “nuestros socialrevolucionarios trasnochados de cafetín”, y sus hermanos carnales, los “socialchovinistas y oportunistas”, esperaban mucho más del proceso eleccionario del 16-D. Pero les salió el tiro por la culata.
Los pequeños burgueses democráticos, son más bien, un producto del puntofijismo que, al llegar a una determinada clase de corrupción, se ha dividido en antagonismos irreconciliables, que eran impotentes para conjurarlos. Y para evitar que este antagonismo, estas clases con intereses económicos en pugna, se devoraran así mismos y a Venezuela en una lucha estéril. Llegó el Comandante Chávez con la Revolución y los mandó a parar.
Con la ayuda de los cultores del sancocho y la cerveza polar: El oposicionismo ganó Miranda apoyados por la irresponsabilidad de muchos y que “revolucionarios” beneficiados con las Misiones de la Revolución, son los que más protestan, por los cortes de luz, sobre todo por la inseguridad; no quieren comprender que la seguridad es competencia del gobernador y sus policías; no quieren asimilar que los ricos tienen sus propios policías que los defienden pagados con los dineros robados. Y el pueblo qué. Estos indolentes no concurrieron a votar cogieron sus macundales y se fueron de parranda. También los hijos de la amantísimacolombiagranadina, toditos En cambote votaron contra Elías; pero uno va a un C.D.I., Mercal o PDVAL y encontramos estos sujetos por todas partes, y a algunos les entregaron viviendas.
Los “Camaradas del gallo rojo”, por ambición personal pusieron en riesgo la victoria en el Edo. Bolívar, y restaron votos en Portuguesa y otros; señores: a ustedes el pueblo no los quiere para gobernar. Tomen nota “Camaradas del gallitorojo” sin Chávez no van pal’ baile. Así, se perdió Miranda por culpa de su ambición indolente, ayudaron al Majunche fascista. Por eso, a la Revolución le falló Miranda, para que la “batalla fuera perfecta”.
El PSUV debe sin falta plantearse la tarea de ideologizar al pueblo y sobre todo a los consejos comunales, y constituir organizaciones que sean lo más aptas posibles para dirigir a las masas en estas grandes batallas (como las del 7-O y 16-D) u otras que se presenten y, en lo posible, en los pequeños encuentros. Debemos proponernos, en la época en que la lucha de clases se agudiza hasta llegar a la confrontación de las ideas con los “pequeños burgueses democráticos”, no solamente tomar parte en ella, si no también desempeñar la función dirigente en ella.
Al Comandante Chávez, el oposicionismo, le someten a constantes persecuciones, acogen sus ideas con la rabia más salvaje, con el odio más furibundo, con la campaña más desenfrenada de mentiras y calumnias. Tratan de engañar al pueblo chavista, castrando el contenido revolucionario, mellando su filo revolucionario, envileciéndolo. En esta batalla se dan la mano la burguesía, la quinta columna, los oportunistas y los chavistas sin Chávez; olvidan relegando a segundo plano, manipulan el aspecto revolucionario; así como también patentizan la tergiversación de estas ideas por el kautskismo hoy día imperante.
Los “pequeños burgueses demócratas” de la MUD, con su Paquetazo de gobierno, querían transformar toda la administración pública a espaldas del pueblo revolucionario, se proponían modificar la situación social de manera que fuera lo más cómoda y soportable para ellos. Ante todo pedían que los gastos públicos fuesen disminuidos, limitando la burocracia y aplicando los impuestos sobre todo a la clase media y los pequeños comerciantes. Reclamaban, además, que la presión sobre el gran capital desapareciera y permitiera el libre comercio de la oferta y la demanda. Reclamaban, por último, la supresión completa del sistema de impuestos a los ricos. En cuanto al poder, se les debía facilitar, limitando el derecho confiado al Estado del control de divisas. (Dólar libre)
Los derechos del pueblo trabajador, quedaba bien establecido que seguirían “siendo esclavos”, las únicas cosas que los “pequeños burgueses democráticos” deseaban de los trabajadores un mejor servicio laboral para garantizarles una existencia más segura. Esperaban llegar a ello con medidas de beneficencia; esperaban ablandarnos con limosnas más o menos disimuladas y romper la fuerza revolucionaria para hacernos la situación “provisionalmente soportable”. Las medidas son aceptadas, por todas las fracciones de la “democracia pequeñoburguesa” como propósito bien definido. Los “pequeños burgueses” aspiraban terminar con la revolución y los revolucionarios.
La obligación del pueblo trabajador, su deber, es apoyar y darle continuidad al Proceso, hasta que todas las clases más o menos poseedoras hayan sido expulsadas; hasta que el pueblo conquiste el poder y haya concentrado en sus manos las fuerzas productoras decisivas.
Para el pueblo no se trata de la transformación de la propiedad privada, sino únicamente de su desaparición; no se trata de camuflar los antagonismos de clases, sino de suprimir las clases; no de mejorar la sociedad actual, sino de fundar una nueva.
Y, en nuestros días mismos ¿Qué es lo más poderoso, lo más eficaz, lo más duradero que ha producido el clero y la burguesía? Una sola, una sola cosa, una frase: el socialismo es pecado, todo lo demás es funesto a esa charla vana y declamación huera.
¡Gringos Go Home! Libertad para los cinco cubanos héroes de la Humanidad.
¡Pa’Lante Comandante! Hasta la victoria siempre. Independencia y Patria socialista.
¡Viviremos y Venceremos!
¡Bolívar Vive!
manueltaibo1936@gmail.com