Con suma tranquilidad podemos decir que ahora, más que nunca, la revolución está viviendo un álgido momento que nos permite esa capacidad creativa y evolutiva de reimpulsarnos como proyecto social de alta convicción ideológica y de concretos resultados socialistas.
Esta lamentable fase por la que atraviesa con mucho pundonor, optimismo y fortaleza nuestro líder el comandante y presidente Hugo Chávez, ha abierto las puertas para que el poder popular venezolano se reagrupe y relance como fuerza motora capaz de hacer posible lo que para muchos pudiese ser irreal.
Este episodio de la vida en que se nos ha planteado una dura prueba, las grandes mayorías revolucionarias están convencidas que el camino es el de la unidad, como forma más viable para enlazarnos en solidaridad, amor y paz, para seguir mirando más allá del horizonte donde pintamos paisajes de una Venezuela potencia, libre, soberana, independiente que enarbola la bandera de la autodeterminación de los pueblos en contra del nefasto modelo depravado y depredador del capitalismo salvaje.
Es justamente esto, lo que tiene vuelto trizas la tranquilidad de los opositores, lacayos del imperio, los delincuentes mediáticos, la vocería infame de las mentiras y engaños que provienen de los más oscuros lugares de los intereses de grandes capitalistas mundiales, quienes están interesados en volver a ponerle las manos al petróleo venezolano, el cual saquearon a diestra y siniestra en los gobiernos cuartorepublicanos dejando pequeñas dádivas a escasas familias dominantes del país y llevando a la pobreza a más del 80 por ciento de la población venezolana.
Es por ello que los opositores se la mantienen inventando que en el seno del partido Psuv existe una pelea a muerte entre su militancia y sus dirigentes. Ese es el sueño de ellos, ese es su deseo que los desvela, esas son las miserias por la que ellos mismos transitan cada vez que se van a escoger un candidato y allí tienen su disputa por los venideros comicios para elegir las autoridades municipales.
En esas mentiras han querido pretender decir que nuestro vicepresidente Nicolás Maduro y Diosdado Cabello, presidente de la Asamblea Nacional, se encuentran viviendo en una eterna disputa. Falso, falso de toda falsedad, ambos dirigentes del Psuv no sucumbirán ante las redes de la traición porque han demostrado ser leales y consecuente con Chávez, con el pueblo y con el proceso revolucionario.
Nicolás y Diosdado están fuertemente unidos, están hechos de la misma madera del comandante Chávez, de la misma naturaleza Bolivariana, zamorana y robinsoniana, árbol de las tres raíces que jamás cederán ante los intereses particulares que mueve las entrañas de los opositores.
Nos enrumbamos a un nuevo proceso electoral para escoger los líderes municipales, allí llegaremos más unidos que nunca, más convencidos de nuestros objetivos colectivos, más socialistas que nunca donde seguro volveremos a dar otro triunfo más al pueblo venezolano, a la revolución bolivariana, y a nuestro comandante Hugo Chávez Frías.
*Diputado AN
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