Enterremos el fascismo reescribiendo y enseñando la historia

Si la dirección de la revolución bolivariana y la comunidad organizada sabemos utilizar los resultados de las investigaciones que realiza la Comisión por la verdad y la justicia, juramentada en la Asamblea Nacional tenemos en nuestras manos la mejor arma para enterrar al fascismo agrupado en la mal llamada Mesa de la Unidad Democrática.

Lo primero que debemos hacer a través de nuestros diputados en la Asamblea Nacional es vía legislación, establecer como asignatura obligatoria desde el tercer grado de educación básica hasta el décimo de diversificada, la historia del siglo XX, completa, bien sustentada y con la investigación de todos los episodios por parte del estudiantado, para que de esta manera nuestros jóvenes no sigan siendo víctima de la manipulación de una derecha criminal, que pretende olvidar, la sanguinaria aventura de los días 11, 12 y 13 de abril y el paro patronal de 2002 , que dejó cientos de muertos y 20 mil millones de dólares en pérdida a la economía nacional. Todo lo que fueron cuatro décadas de saqueos de nuestras riquezas naturales, asalto al erario público por parte de los presidentes y sus colaboradores, entrega de la soberanía del país a empresas transnacionales, al Fondo Monetario Internacional, Banco Mundial y  demás órganos del imperialismo mundial. Asesinatos, torturas y desapariciones de dirigentes políticos, campesinos y estudiantes,  en su mayoría muchachas y muchachos,  que no pasaban de 25 años. Estos crímenes los cometían con el asesoramiento de la CIA, Mossad y la Escuela de las Américas en Panamá, organización del Pentágono para formar criminales de guerra y cuya evaluación era condición sine qua nom, para ser un “buen policía” o un “buen soldado”, de hecho esa era la academia donde se formaban los integrantes del cuerpo de “Cazadores”, grupos élite formados para matar y, con los cuales  perseguían a todos los patriotas que desde los liceos, escuelas técnicas, universidades, campos y fabricas adversaban esa suerte de plaga que durante más de 40 años azotó a Venezuela y a los países de nuestra América a excepción de Cuba, que gracias a la valentía y decisión de los Comandantes Fidel Castro, Ernesto “Che” Guevara, Raúl Castro, Camilo Cienfuegos, Almeida y todo un pueblo decidido a ser libre, alcanzó su independencia en enero de 1959.

Pero a parte de esa enseñanza, en las aulas de escuelas, liceos y universidades, la Villa del Cine, debe convertirse en un centro de investigación y producción de cintas cinematográficas, con esas historias de muerte, hambre y represión que signaron al siglo XX de nuestra historia. Los canales de TV, deben también ser utilizados para a través de seriados, novelas, bien elaboradas que para eso en la revolución sobra talento, llevar esa historia a nuestro pueblo. De lo malo, tomemos que extraer  lo bueno, aprendamos de Hollywood, que es el mayor laboratorio de dominación que tiene el imperio a través de sus películas que copan los espacios de entretenimiento en el mundo, con su propaganda alienante para perpetuar el capitalismo y sus crímenes. Nosotros utilicemos esa práctica para educar y quitémosle los espacios a las cursilerias rosas y a la promoción del narcotráfico que desde Colombia y México, nos envían los imperios de anti valores, representados por los grandes consorcios de la televisión, multiplicadores de la vasofia de  Hollywood.

La respuesta de la revolución no,puede ser la del boxeador arrinconado en las cuerdas del cuadrilátero. La respuesta tiene que ser la del púgil que va con todo a llevarse la diadema de la división. Tenemos que hacerlo y ya, desmontar esa farsa, de 40 años, de una supuesta democracia representativa. Tenemos que sembrar en el imaginario de nuestras nuevas generaciones la verdad, verdadera, que se trató de cuatro décadas de dictadura ejercida por cipayos al servicio de potencias extranjeras.

Así  como hemos rescatado la memoria de nuestros libertadores, que venía siendo borrada por una educación castradora que respondía a los intereses de la burguesía, rescatemos la memoria de quienes fueron asesinados, desaparecidos y criminalizados por el solo hecho de poner sus vidas al servicio de la dignidad de la patria, de la libertad y soberanía.

Si bien es cierto que no tenemos el poder, al menos tenemos el gobierno y desde allí podemos trabajar en función del rescate del poder para el pueblo. Cuando decimos que no tenemos el poder, aclaramos que eso está  harto demostrado y ahora más que nunca con la guerra económica que nos han declarado los centros de poder económico y el crimen organizado que se ha fortalecido con el ingreso al país de nuevas  mafias extranjeras, que se han apoderado de lo poco que restaba en la cadena de distribución de alimentos, bienes y servicios.

Por eso debemos hacer acopio de todos los medios a nuestro alcance, para responder a esta ofensiva, no con movimientos defensivos, sino con ofensiva que nos lleve a desenmascarar y a plantar ante la justicia a quienes fueron actores de esos oscuros 40 años de asesinatos, robos, persecuciones y desapariciones. La justicia debe predominar y condenar, a quien sea,  no importa que haya muerto o huido del país. La decisión debe ser implacable, es declarar la culpabilidad de quien haya tenido que ver con esa parte terrible de nuestra historia, para de esa manera limpiar la memoria de nuestros compatriotas y poner en evidencia a los criminales.

Porque concretamente en lo atinente al 27 F, todo el mundo de se pregunta ¿Donde están los cómplices de Carlos Andrés Pérez en esa matanza? CAP, ya sabemos que murió y está sentenciado por el pueblo como uno de los criminales más abominables que conoce la historia. Pero el gobernador del Distrito Federal,  el Alcalde de Caracas y el Comandante de la Policía Metropolitana, para el momento, están vivitos y coleando, el Ministro de la Defensa del momento, está feliz, disfrutando de su jugosa pensión y todos los beneficios, que le confiere la ley, como general en retiro. Los parlamentarios que en su momento aplaudieron aquella masacre al lado de los empresarios de la comunicación social, que también están gozando de buena salud. Entonces camaradas, activémonos, digamos no al olvido, no a la impunidad y enterremos el fascismo, reescribiendo y enseñando la historia.

CNP 2414   cd2620@gmail.com



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Cástor Díaz

Periodista CNP 2414

 cd2620@gmail.com

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