El pueblo de Venezuela tiene la encomienda constitucional de “refundar la República” así aparece expresamente orientado en el Preámbulo del texto constitucional de la República Bolivariana de Venezuela; de manera pues, que todo aquel o toda aquella que se considere pueblo-pueblo tiene ese inmenso deber, esa inmensa responsabilidad en su quehacer societal y en su quehacer institucional y en todos los ámbitos pero siguiendo y respetando las leyes de la dialéctica, se tiene que partir de lo concreto hacia lo concreto, porque decirlo en término generales es la mejor excusa para no hacer nada y la generalidad es muy apropiada para quedarse en vacuas abstracciones que más que aclarar…oscurecen.
Y se refunda la República “para establecer una sociedad democrática, participativa y protagónica, multiétnica y pluricultural en un Estado de justicia, federal y descentralizado, que consolide los valores de la libertad, la independencia, la paz, la solidaridad, el bien común, la integridad territorial, la convivencia y el imperio de la ley para esta y las futuras generaciones; asegure el derecho a la vida, al trabajo, a la cultura, a la educación, a la justicia social y a la igualdad sin discriminaciones ni subordinación alguna; promueva la cooperación pacífica entre las naciones e impulse la integración latinoamericana de acuerdo con el principio de no intervención y autodeterminación de los pueblos, la garantía universal e indivisible de los derechos humanos, la democratización de la sociedad internacional, el desarme nuclear, el equilibrio ecológico y los bienes jurídicos ambientales como patrimonio común e irrenunciable de la humanidad (…)”.
Ahora viene la pregunta: Cómo adelantar, materializar, construir, concretar las anteriores disposiciones puesto que de allí se fundamentan todos los títulos, capítulos, disposiciones transitorias y disposiciones derogatorias y sin dejar de lado, el minucioso estudio de la Exposición de Motivos como el cuerpo filosófico de dicho texto constitucional, donde a la postre está esbozado el diseño de país al cual aspiramos y que tenemos que concretar puesto que fue la voluntad del pueblo venezolano en proceso de consulta libérrimo donde el por el voto mayoritario se tomó esa decisión.
Si suscribimos las palabras leninistas en cuanto al Programa, Programa “es lo que se aspira y por lo que se lucha”, entonces el texto constitucional de la República Bolivariana de Venezuela es nuestro Programa, y dilucidar el Programa es lo que más ha costado y cuesta a cualquier proceso revolucionario en el mundo y sin embargo en Venezuela se cuenta con tan ansiado programa que en cualquier país inmerso en proceso de liberación nacional y por el socialismo anhelaría contar con él para emprender procesos de transformación revolucionaria; pero caso curioso, en Venezuela el Cmdte Hugo Chávez y contadas excepciones han abordado el estudio de la Lectura Programática del texto constitucional aplicado a su realidad concreta, ya sea societal y/o institucional, pero pesadas cargas todo por carencias estructurales heredadas, de correlación de fuerzas, complicidad y/o extravío programático, así como omisión del compromiso revolucionario porque como decía el Dr. Ernesto Che Guevara “el deber de todo revolucionario es hacer la Revolución”.
Ahora bien, CÓMO hacer esa revolución a escala en lo institucional o lo societal, no esperar a que toda la institucionalidad marche al mismo paso, hay que atreverse a dar jalones institucionales, arrestos de audacia, creatividad, formación e imaginación, además CÓMO avanzar “de lo concreto a lo concreto”, además de métodos científicos, apelar al autodiagnóstico, al estudio de la Doctrina Bolivariana, la lectura crítica de los clásicos universales y del Socialismo en el mundo y conocer con meridiana precisión nuestro decursar histórico para llegar a ser lo que somos hoy en día y como muy bien aseveraba el ya desaparecido Prof. Jesús “Negro” Rivero la investigación cualitativa con la investigación –acción y los nuevos paradigmas emergentes de la epistemología, la ontología y la axiología, además conocer y hacer uso acertado y oportuno de las Ciencias y Técnicas de Gobierno; pero sobre todo, pero sobre todo, pensar y actuar como Pueblo en clara contraposición al sistema capitalista – imperialista y sus teorías neoliberales y postmodernistas cada vez más sofisticadas pero incapaces de explicar por qué en los extremos de una línea recta en el mundo de un lado hay pocos ricos y del otro lado hay muchos, miles de millones de pobres.
Venezuela tiene el Plan Nacional Socialista 2013 – 2019, más el Gobierno de Eficiencia en la Calle, el propósito pues de cada institución y sus distintos departamentos, direcciones y secciones, así como en las comunidades según sea el caso es adecuar través de un método científico –repetimos- ese mencionado Plan Nacional Socialista 2013 – 2019, más las orientaciones expresas o tácitas del Gobierno de Calle a la realidad concreta de transformación de esa institución o de esa comunidad.
Ahora bien, cuando una institución ya vetusta y/o de reciente creación, muestra evidentes signos de agotamiento en el cumplimiento de sus funciones, de su objeto legal, de que ya por sí misma no cuenta con las posibilidades de cumplir los propósitos para lo cual fue creada, cuando ya no satisface las expectativas externas ni internas quienes las dirigen deben tener la disposición y decisión de refundar, de extirpar sus cánceres, contar con métodos científicos consuetudinario de autodiagnóstico para rehacer lo que se pueda rehacer y también para declararle la muerte por inacción y por carencia de servicio social. Además precisar muy bien si no se está a altura por “fallas humanas o fallas técnicas”.
Pero ese aditivo humano impulsor complementario importante para transformar donde se esté, donde se viva, donde se lucha, donde se trabaja, es la decisión irrevocable de decidirse a hacer lo que le corresponde hacer a cada quien en su lugar y en su momento histórico, esa es la diferencia que distingue a cada quien en un conglomerado, es la chispa de la ignición, es la demostración en la que no todas y todos somos iguales, es la decisión de actuar acorde a los dictados de la consciencia, de la historia misma, aún a riesgo de equivocarse, porque la perfección es la parálisis del actor creador, porque de las equivocaciones se aprende también, son lecciones de vida.
Ahora bien, si una institución o un ámbito societal funciona bien, todo según lo pautado en el Plan Rector particular adecuado al Plan de la Nación y con aceptable gobernabilidad en el cumplimiento de sus funciones, además con la participación – protagónica del pueblo que es vital ya allí se está refundando la República y si la institución o el espacio societal va marchando con el rumbo establecido y con gobernabilidad en los imponderables, allí se está consolidando la República Bolivariana de Venezuela.