Nuestro presidente Nicolás Maduro en los días que lleva ejerciendo la presidencia, ha demostrado con hechos, ser un revolucionario a carta cabal, un internacionalista y un hijo de Chávez. Su lucha sin descanso en contra de los corruptos estén donde estén y caiga quien caiga lo demuestra con hechos fehacientes. El combate contra la inseguridad, el acaparamiento de productos alimenticios de primera necesidad, así como su alza indiscriminada de los precios, atacando con uno de los mejores cuadros del proceso Samán, desde INDEPABIS estas mafias de comerciantes desalmados, cuyo único Dios es el dinero que logran recaudar desangrando los bolsillos del pueblo. Samán duro con ellos.
En el campo internacionalista, las recientes declaraciones del presidente Maduro, dejan clara la posición de Venezuela Bolivariana en contra de la intervención descarada e injusta de los imperios en contra del pueblo sirio y de su presidente legítimo. Un claro no, que condena la intervención en Siria de los piratas de la OTAN.
El presidente Maduro con su gobierno de calle barrio por barrio, estado por estado, continúa escuchando los problemas del pueblo para encontrarles juntos a una solución real inmediata. Miles de casas de la Misión Vivienda sigue su marcha en todo el territorio bolivariano dotando de viviendas a los más necesitados.
Su trabajo incansable en pro de este proceso y de la patria sigue camino a la victoria de la mano del Comandante Eterno, el poder popular y las comunas obreras.
Y……....este “más penes por panes”, es como aquel “vuelvan carajos” del general Páez, en las Queseras del Medio, palabra con la que califica a los enemigos en su retirada. Este es un nuevo vuelvan carajos, un llamado a la lucha frontal contra el enemigo del proceso, porque no decirlo, enemigo que conspira y sigue conspirando desde el paro empresarial hasta el paro petrolero, pasando por el golpe del 11 de abril, contra el presidente Hugo Chávez, que genera la victoriosa reacción popular del 13 de abril y la frase inmortal para la historia patria: “Todo once tiene su trece”.
