Contraataque burgués y el recontraataque revolucionario

En sigilo y de forma abierta también, en Venezuela se da una de las confrontaciones de más intensidad, más significativa, en lo que va de siglo: están en el escenario de la lucha de clases, la capacidad de inteligencia como intelecto, pero también la inteligencia para mover las piezas más indicadas en el momento más idóneo para causar como consecuencia la imposición de un modelo político económico sobre él otro.

Dos modelos político-económicos se confrontan a muerte y el triunfo de uno dejará mal herido de muerte a su adversario, o será víctima de muerte súbita, de manera que las partes están conscientes de tal desenlace y de tal destino.

La ultra derecha fracasó con la fórmula de la MUD y con el candidato que lanzaron al ruedo electoral y en términos mediatos o inmediatos tendrán ahora que buscar una fórmula de Centro para sobrevivir y seguir manipulando a la población, mientras cuajan de forma social su proyecto neoliberal y de privatizaciones. Hay serios indicios que hasta el espacio natural del candidato nacional de la MUD está en riesgo de perderlo por la desatinada política de éste y de su cada vez desinflada significación social.

En términos nacionales, la oligarquía y el Imperio van en el rescate del Estado burgués para oxigenarlo, reanimarlo, y, por supuesto, colocarlo como siempre, al interés de los reducidos grupos de opresión que en Venezuela conforman el menos del 5%, que sojuzga y oprime al 95% del resto de la población venezolana del cual estos grupos de los apellidos han vivido decenas de años a través de la explotación de las fuerzas productivas del pueblo, además de apropiarse de la riqueza nacional.

El modelo minero-petrolero así como el diseño del Estado oligarca le garantiza a estos sectores apátridas la apropiación de la renta que se genera en estos rublos que son los que se producen fundamentalmente en el país.

Del otro lado, un novedoso e inédito modelo que se confecciona con la épica de la historia nacional, la teología de la liberación y las excelsas lecciones históricas del socialismo científico que tuvo la capacidad de diseñar con coherencia la argumentación que lo justifica como a la vez el diseño del régimen socioeconómico, el cual es de avanzada y la política es la bisagra para garantizar la construcción del socialismo bolivariano, entendiendo que la política es para llegar a éste régimen socio económico y no quedarnos exclusivamente en el terreno de la política, sino que entendamos para los efectos del presente artículo que la política es para: consolidar un régimen socio económico socialista bolivariano.

El tino político, la sistematización de la experiencia a nivel mundial en la lucha de clases, la consciencia de que nos enfrentamos al Imperio más poderoso de la humanidad y que tenemos al enemigo a menos de un palmo de distancia, que tenemos que refinar y dosificar nuestro recontrataque y guardar en reserva todavía medidas más profundas que den chance a desarrollar actividades de recuperación y reorganización de las fuerzas y educarla en la confrontación misma para la batalla final, para ello sirve de estímulo el muy interesante escrito de José Martí El Arte de Pelear.

Comprender que quien se desespera y quien no sepa hacer la lectura indicada, acertada y oportuna del momento, de la coyuntura, del hecho de descifrar las claves de la táctica y la estrategia, en consecuencia pierde y se pierde porque confunde su estado emocional, su personalidad, su exclusiva lectura, con respecto a la maduración de las fuerzas populares, internalizar que la política es cálculo interactivo y no según las aprehensiones, la emotividad o el grado de indignación que en un momento dado nos acompañe, o con que nos despertemos ese día, en política se debe medir cada paso y saber distinguir el papel de cada quien, cuál es el papel del Estado, cuál es el papel del gobierno, cuál es el papel del presidente Maduro, precisar el papel del partido y cuál es el papel del movimiento de popular de masa, cuál es el papel de la intelectualidad revolucionaria en éste momento histórico para no dislocar lo que se ha conquistado en menos de tres quinquenios, que es decir mucho.

El proceso político venezolano es inédito, sin parangón, no aparece en fórmulas expresadas por ninguna editorial, nadie puede ungirse como divino o divina, acá se revirtieron los parámetros, como alguien decía, Venezuela es un “desorden creador” donde el protagonista ha de ser el pueblo conscientemente organizado con una vanguardia esclarecida, paciente, pedagógica, corajuda, constante, sin arrebatos y sin caer en provocaciones y que asuma su liderazgo con sencillez, humildad al frente del combate, donde el gobierno y el pueblo no avisen tanto el golpe que van a dar y que actúe en el marco del derecho y de la justicia con mano rápida, sagaz y audaz y que con cada acción sea una lección bien explicada y con la audacia que requiere la pedagogía política.

No es menos cierto que se sopese la coyuntura latinoamericana y mundial, el Imperio tiene capacidad de maniobra, entreteje con habilidad conexiones dentro y fuera del contexto latinoamericano, de contraparte, la capacidad de los pueblos en estas latitudes le da la capacidad de darle por el hocico al Imperio cada que se aparecen los gringos por estos predios, pero no los subestimemos, ni hagamos que los matices que pudieran existir en filas revolucionarias por puntos de vistas y concepciones revolucionarias les permitan envalentonarse a los yanqui en estas tierras de esperanzas por omisiones, negligencias, conciliaciones, extremismos o tremenduras del infantilismo de izquierda, el enemigo también se infiltra para soliviantar ánimos, predisponer de forma inconsciente a sectores contra el propio proceso revolucionario por lo cual tenemos que inmunizarnos.

Tenemos que aprender colectivamente de la profunda y humilde confesión autocrítica del Comandante -también Supremo e Invicto- Fidel Castro Ruz: “el creer que alguien sabía cómo construir el socialismo”.

Para Venezuela hay que saber discernir muy bien, quién es un agitador, quién es un dirigente, quién es un líder, quién es un estadista y quién es una o un revolucionario dotado de genialidad para la paz y para la guerra.

Para mi modesta opinión, vamos bien en lo esencial e in crescendo en la curva de aprendizaje que por supuesto hay que ajustar donde se tenga que ajustar. La derecha está desconcertada, sus movimientos son incoherentes, golpistas, se pensó en la derecha que Nicolás Maduro no consolidaría el piso sociopolítico heredado pero que lección les ha sorprendido, no es menos la heroicidad en filas populares que están allí, presentes y consecuentes.

En el ámbito social y militar los logros son ostensibles, quedan pendientes otras asignaturas…pero el movimiento obrero y de trabajadores es fundamental ya que tiene que ubicarse en la vanguardia y debe deslastrarse desde sus propias entrañas de desviaciones y resignaciones, hay una ventaja: un presidente con la psicología obrerista, que viene de las luchas obreristas pero que también conoce de los males por la cual cojea el movimiento sindical.


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Gaspar Velásquez Morillo

Perfil de Gaspar Velásquez Morillo. Venezolano. Lic. en Periodismo egresado de la Universidad de la Habana Cuba. Master en Periodismo por la UNESCO. Candidato a Doctor en Ciencias para el Desarrollo Estratégico. Línea de Investigación: Gestión Pública Bolivariana. Especialista en Políticas Públicas. Especialista en Ciencia Política. Profesor Universitario en Pre y Postgrado. Facilitador de Procesos Socio-Políticos y Educativo. Asesor Político Comunicacional. Consultor de la Asamblea Nacional 2001 2005 en la Ley Orgánica del Poder Público Municipal y Ley de la Defensoría. 1er Secretario del Consejo Legislativo del estado Trujillo en la República Bolivariana de Venezuela, año 2000.

 gaspar_velasquez@yahoo.es      @gasparvelasquez

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