Pese a sus detractores y la incomprensión de algunos pocos militantes de las luchas populares, la mítica figura del Comandante de la boina roja, el verbo encendido de antimperialismo, de la construcción del proyecto integracionista de Simón Bolívar y las ideas renovadoras del Socialismo, está más que presentes y actuantes en su tierra venezolana y en todos los rincones de Nuestra América, abriendo brechas libertarias, desafiando las fuerzas neocolonialistas y neoliberales e impulsando la unidad, organización, educación y movilización de las fuerzas patrióticas, democráticas, progresistas y revolucionarios que en América Latina y el Caribe entienden la importancia de aprovechar estos nuevos tiempos de crisis de dominación del Capital, para producir los cambios fundamentales que requieren nuestras naciones para alcanzar la mayor suma de seguridad social, la mayor suma de estabilidad política y la mayor suma de felicidad posible; triada fundamental del Buen Gobierno definida por Bolívar en su célebre discurso del Congreso de Angostura de 1.819.
A ocho meses de su fallecimiento, el Comandante Chávez sigue recorriendo, como la Espada Libertadora de Simón Bolívar, todo el inmenso territorio de América Latina y el Caribe, en las luchas del pueblo trabajador, en las manifestaciones de los privados de tierras, vivienda y trabajo, en las marchas de los jóvenes inconformes, en las protestas de las mujeres por la falta de asistencia social a las familias y a los niños, en los indígenas, afrodescendientes, LGTBI y otras minorías sociales, por el desconocimientos de sus derechos y, en la acción unificada de los partidos y movimientos sociales por presentar sus programas políticos de cambio democrático, progresista y revolucionario del Estado y la sociedad, hoy mayoritariamente dominado por los grupos oligárquicos y fracciones burguesas y sus partidos antipopulares.
Esta omnipresencia política de Chávez en la región y su conexión orgánica con los gobiernos progresistas y revolucionarios y movimientos sociales de los más diversos signos políticos tienen en las elecciones a realizarse éste domingo 24 de noviembre, en la República de Honduras, una extraordinaria significación, toda vez que el centro político del debate lo constituye, muy a pesar de las fuerzas reaccionarias del país y sus aliados imperialistas, la propuesta estratégica del Comandante Hugo Chávez Frías de producir y desarrollar los procesos de cambio de los viejos Estados neocoloniales a Estados Democráticos y Sociales de Derecho y Justicia, mediante procesos en donde se active la Soberanía Popular para refundar esas Repúblicas, con un sistema que garantice la participación democrática y protagónica del pueblo, se incorporen todos los derechos económicos, sociales, culturales, políticos y civiles al nuevo texto constitucional y conságre mecanismos efectivos para su ejercicio pleno e incondicional.
Es innegable el extraordinario papel jugado por el Comandante Eterno Hugo Chávez Frías en la crisis política generada por el Golpe de Estado de 2009 contra el presidente democrático Manuel “Mel” Zelaya, por su condena a este nuevo atentado a la Soberanía Popular y a los derechos democrático del pueblo hondureño, el apoyo al presidente Zelaya para su restitución en el cargo, su salida de su asilo de la embajada de la República del Brasil en Tegucigalpa y refugio en la República Dominicana y, en el acuerdo con los presidentes Juan Manuel Santos, de la República de Colombia y Porfirio Lobo para garantizar la normalización política, y el regreso – con garantías de seguridad personal - del presidente Manuel Zelaya y de acción política para el Frente Nacional de Resistencia Popular, FNRP, y el partido LIDER; todo lo cual permitió direccionar, por la vía democrática e institucional, el conflicto político nacional.
Hoy, el vigoroso movimiento social y político democrático alrededor de la candidata presidencial Xiomara de Zelaya y su esposo el presidente Manuel Zelaya, se aprecia los resultados de una línea política justa y acertada en defensa de los derechos democráticos del pueblo catracho, violados por el Golpe de Estado militar-oligárquico de 2009, que permite que en las elecciones del próximo domingo 24 de Noviembre se presente esa fuerza social y política unificada, dotada de un Programa de Cambios soberanista, democrático, popular y latinoamericanista, con posibilidades ciertas de alcanzar el triunfo en la presidencia de la República y una importante representación en el Congreso Nacional y en los gobiernos locales.
Es importante decirlo: las iniciativas del Comandante Presidente Chávez, con el apoyo consecuente de su camarada, el hoy presidente Nicolás Maduro Moros, junto a sus aliados de ALBA, hicieron posible descreditar de toda base legítima el Golpe de Estado, aislar internacionalmente a los golpistas y gobierno de facto de Micheletti-Vasquez, la sobrevivencia y fortalecimiento del movimiento democrático de resistencia a los golpista y hoy, la existencia de una alternativa democrática que convocará, en caso de su posible triunfo, a una Asamblea Nacional Constituyente que reivindique el principio republicano de la Soberanía Popular y desligue a la tierra del general Morazán del yugo colonial que la oligarquía, sus generales golpistas y el gobierno de los Estados Unidos le han impuesto. Y ese es parte importante del verdadero legado del Comandante Eterno que nunca olvidará el pueblo hondureño y del cual estamos orgullosos el pueblo bolivariano venezolano.