“…El ángel Gabriel le anunció a María, que en un pesebre Jesús Nacería”, con este villancico arranca la mejor historia de la humanidad, no hay otra mejor. Pues, ante nuestros errores y desaciertos, antes nuestras pasiones y pecados, habíamos sido destituidos de la gloria y destinados a condenación. Con el envío de su hijo a morir por nuestros pecados Dios nos ofrece otra muestra más de su infinita misericordia, de su inmenso perdón y de su eterno amor por toda la especie humana.
De allí que con este misterio y este pasaje teológico cristiano, arranca la propagación de las buenas nuevas por el mundo, llevando esperanzas y salvación a todos. A partir de allí quienes hacemos vida pública, quienes asumimos dirigencia, quienes somos funcionarios públicos desde la principal autoridad que es nuestro presidente Nicolás Maduro hasta el más noble de los humildes trabajadores de una pequeña empresa tanto pública como privada, estamos llamados a ser propagadores de “buenas nuevas”, que van desde el plano espiritual hasta el social y político.
Mucho no los recordó nuestro guía y Comandante Supremo, Hugo Chávez: “Cristo pudo ser el primer socialista, seamos como Cristo”. De hecho Jesucristo, lo afirmó por allá cuando caminaba descalzo por Galilea “Sean imitadores de mi”. Y ser imitadores de El, de ese gigante de todo el sistema de cosas que se mueven en el universo, nos lleva a valorar su capacidad de entrega, su humildad y su firmeza en sus convicciones, que no eran otras que las enviadas del Dios Padre.
A partir de allí, y en el plano que por ahora nos toca vivir, vamos todos en estas navidades que festejaremos el 24, a recordar el nacimiento del Hijo de Dios, Jesuscristo, para reflexionar y vigorizar nuestros postulados éticos y morales de continuar dando amor al prójimo, de construir los caminos de la igualdad y justicia social, para garantizar la paz entre todos los hombres. Las navidad nos recoge, nos hace avivar y vivir la hermosa experiencia de agradecimiento, de amor y de paz con la humanidad, con los amigos, con los más cercanos, con los familiares y, los más importantes: con los niños y niñas y nuestros hijos. Estamos llamados a movemos a ofrecer un juguete, al niño y niña que más lo necesite, a todos los niños de la Patria, a todos los niños del mundo…., del mundo mejor que todos anhelamos, donde todos los niños brinquen de alegría y sonrisas.
Esos son los deseos más profundos de nuestro proyecto Bolivariano, Chavista y Socialista: que todos los niños del mundo anden felices, porque eso nos permite a todos también estar felices. Por estos días de festividades decembrinas rogemos al Señor, a ese que dio la vida por nosotros, por todos nosotros, a ese que el 24 recordamos su nacimiento y cumplió su obra por salvar a la humanidad, que extienda su infinita misericordia y toque el corazón de los guerreristas del mundo que andan fabricando guerras, maldad, violencia y muerte, en otras latitudes del mundo. Ese imperio pecaminoso que asesina niños en el mundo, que siembra el dolor y el miedo destrozando familias, matando padres y madres, dejando niños huérfanos inoculando una profunda tristeza por el resto de sus vidas.
Llegó la navidad y nuestro proyecto político socialista debe seguir vigorizándose de amor y de paz, de la certeza que nos anima la verdad, la justicia y la libertad. Todos los hombres y mujeres de buena voluntad a cumplir con nuestra misión de seguir llevando las buenas nuevas de la patria, que no es otra que las mismas buenas nuevas de amor que nos enseñó el Maestro hace unos dos mil años, cuando despojado de todas las frivolidades mundanas pateaba y predicaba por las calcinantes y empolvadas calles de Nazaret.
De mi familia, de mi esposa y de mis hijos, deseamos que todas y todos pasemos unas feliz navidad y que los deseos de armonía y regocijo, estén siempre en el corazón de la patria bonita, exhortando a todos y todas a maximizar la prudencia y evitar los excesos para asegurar la tranquilidad familiar. Un abrazo fortísimo Barinas, Un abrazo fortísimo Venezuela. FELIZ NAVIDAD!
