Se anuncia que el próximo congreso del PSUV será a finales de julio del presente año, de allí lo procedente de comenzar a reflexionar sobre el mismo. Un partido revolucionario debe mostrarse en lo interno como ejemplo de los ideales que pregona. El estandarte con que se inició el proceso Bolivariano fue el de la necesaria refundación de la República bajo un nuevo tipo de Democracia, la Participativa y Protagónica, ambos conceptos unidos en forma indisoluble, como lo están los vocablos “Independencia y Patria Socialista” que tanto popularizara nuestro eterno Comandante, y es que en honor a la verdad no puede ser de otra manera, sólo puede haber independencia en el Socialismo y durante los inicios de su construcción, pues en el capitalismo los intereses del capital privado mundial y sus aliados nacionales crean una total dependencia tanto en lo económico, como en lo ideológico – cultural. El capital imperial instauró una división mundial del trabajo en la cual nos impuso el proveer materias primas, incluso agrícolas, como las llamadas repúblicas bananeras, y hasta la de proveerles deportistas (ej. futbolistas, beisbolistas y otros) y demás, hasta médicos que nosotros formamos y después ellos se los llevan, sin incurrir en los gastos de su formación básica. Entonces, para no desviarnos del tema, en el capitalismo no puede haber verdadera independencia.
En la sociedad hay que enseñar – aprendiendo, a ver los acontecimientos desde la óptica de la lucha de clases, que es la verdad más allá de las apariencias; que sí no hay libertad, que no se pueden comprar dólares libremente. Quién dice eso, acaso Juanbimba que vive en un cerro y pasa las de Caín para comer, sin hablar de los gastos de salud de la familia, y los de educación, y los de vivienda, y paremos de contar. Y de quién son esos dólares que se pretende querer comprar, quién los produjo, acaso la burguesía importadora que no produce nada, o pertenecen a todos los venezolanos, en especial a las grandes mayorías no privilegiadas, y si es así, querrán ellos venderlas, o preferirán usarlas para beneficio de todos. Que difícil no desviarse cuando hay una cruenta lucha de clases, a veces física, pero cruenta contra el estómago y la conciencia popular. Pero volvamos al tema del título de esta reflexión.
Estamos en que el PSUV debe ser en su interior ejemplo de Democracia Participativa y Protagónica, pero tenemos que el partido no cae del cielo, nace en una sociedad capitalista e impregnado de sus vicios, y sólo a través de la lucha de clases ideológica que debe desarrollarse en su interior, puede deslastrarse de desviaciones y ser fiel guía de la lucha por la construcción del Socialismo. Esa es la verdad y enseñanza de la historia, no sé en otros planetas, y quien no lo reconozca está falseando la verdad y la historia con no claros intereses, por decir lo menos. Como bien afirma un Camarada, esa verdad fue la que llevó a nuestro Comandante a expresar en sus “Líneas Estratégicas de Acción Política” de 2011, las cuales lanzó como Presidente del PSUV, y en cuya segunda línea se lee: “Convertir la maquinaria del Psuv en un partido-movimiento, al servicio de las luchas del pueblo”, que “En el ámbito interno, es necesario reconocer que las aspiraciones de la militancia por lograr la democracia interna, en cierto modo, han sido frustradas por algunos militantes con cargos de dirección o de gobierno, los cuales manejan recursos y gestionan cuotas de poder, para imponer a sus lealtades personales por encima de los auténticos liderazgos populares, leales a los principios revolucionarios”. (subrayado mío)
En esta línea, no lo digo yo, lo señala el documento, se reconoce la aspiración de la militancia a la democracia interna y que ésta en cierto modo es frustrada desde cargos de dirección en las instituciones del gobierno, se usa al personal de instituciones para repartir kinos y demás propaganda, se usan locales y recursos de las instituciones a favor del incondicional del alto funcionario. Como dice el documento, “gestionan cuotas de poder, para imponer a sus lealtades personales por encima de los auténticos liderazgos populares”. Acaso ha cambiado esta realidad. En lo absoluto, primero porque no ha habido elecciones internas realmente transparentes, con una verdadera comisión electoral independiente de los liderazgos de altos funcionarios del Estado, sino que la han integrado ellos mismos, por más que altos funcionarios que la Dirección Nacional del PSUV deba designar la Comisión, pero dando ejemplo de honestidad y no buscando sumisión personal. Tengo buenos camaradas en el PSUV, y estoy en la revolución desde hace más de 40 años, por eso sé que no ha habido tal comisión, que los resultados se dan a conocer después de reuniones y no de inmediato, tan pronto se reciben, que en las mezas de votación no se realizan auditorías, que las denuncias de ventajismos se reciben todas pero ninguna se tramita o produce algún resultado, que me digan cuál y dónde. O es que el Congreso venidero estará organizado por inmaculados e inocentes. En la última y única elección de los integrantes de la Dirección Nacional, sí, el proceso lo tramitó el CNE, pero el CNE no anunció los resultados, los recibió una comisión de integrantes de la misma Dirección Nacional, como se dice Jueces y parte. Ni siquiera han respetado el dicho “la mujer del César no sólo debe honesta sino parecerlo”. Y para el venidero congreso, ya se anuncia que una buena parte de los delegados serán los Alcaldes escogidos a dedo por la cúpula política, y la metodología de escogencia se hará sin ningún tipo de consulta, chao a la participación protagónica de la militancia. Quién garantiza que esos Alcaldes u otros funcionarios no usarán imprentas y demás recursos a su favor o el de sus incondicionales. Se parecen más a la burocracia seudo socialista del siglo XX que a algo nuevo siglo XXI.
Lo que acontece, anunciando que la mayoría de los delegados al Congreso saldrán de las UBCH, me recuerda lo sucedido a la muerte de Lenin, cuando después de la XIII Conferencia del partido, Stalin impulsó el ingreso al partido de una llamada promoción “Lenin”, que aportó más de doscientos mil nuevos afiliados que engrosan los efectivos del partido en más de un 50%, no de militantes con experiencia en la lucha por la revolución y formación ideológica, sino de personas más pendientes de conservar sus trabajos y de sus problemas inmediatos, completamente influenciables y manejables, que siempre siguen a los dirigentes porque son los mismos que les bajan los recursos, los que siempre ven en la TV y la prensa, algo en lo cual esos dirigentes han sido celosos. Que no aparezca nadie no perteneciente a su grupo u otros del mismo tipo. Estos delegados del partido, representantes directos o indirectos de sus grupos, por su número, le garantizan a los altos líderes el bloqueo de cualquier crítica, por constructiva que sea, y la continuación de su mandato y el usufructo de sus posiciones. Olvidan que el futuro de la Patria, de sus niñas y niños, es responsabilidad de todos los que quieran participar. Es deshonroso manipular al pueblo para en base a privilegios, obligarlo a decidir sólo entre ellos con la amenaza de que si no, puede regresar al poder la oposición apátrida.
Lo que debiera hacerse es cumplir cabal y verdaderamente con el principio estatutario de la democracia interna y el Centralismo Democrático, consultándose a los diferentes niveles del PSUV, y sobre todo parándole a la consulta, que no sea pura apariencia, sin madrugonazos como el de ahora. Ello se garantizaría nombrando una Comisión Electoral plenamente independiente, conformada por destacadas personalidades de la izquierda, como Alí Rodríguez Araque, Eleazar Díaz Rangel, Luís Britto García, Vladimir Acosta, hasta José Vicente, en fin, personas que no se presten al juego de intereses personales, sino al servicio del pueblo, que establezcan método de postulación, reglas de propaganda para evitar el ventajismo, forma de escrutinio y auditoria, anuncie los resultados, etc.. Y sancionar con contundencia, suspensión y hasta con expulsión la interferencia del grupismo, que como bien dice el escrito, no proviene de las bases, sino de “militantes con cargos de dirección o de gobierno”, en fin. La Democracia Participativa no puede ser sólo para puertas afuera del PSUV, debe ser consecuente ejemplo interno hacia el pueblo, que sólo se suspendiera ante circunstancias “excepcionales” como una guerra civil, un golpe, la clandestinidad, o situación análoga. Mientras no se den esas circunstancias debe permitirse sin persecuciones ocultas, la existencia de corrientes y tendencias internas, el franco debate ideológico, y la libre participación sin privilegios en los procesos internos, sin vetar a quienes poseen posiciones critica constructivas. Recordemos como ya dije, que se enseña con el ejemplo, y sin contradicciones entre el discurso y la práctica. Recordemos.
Digamos con el Comandante: “Irreverencia en el debate y Lealtad en la acción”
“INDEPENDENCIA Y PATRIA SOCIALISTA”
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