La Sexta República

En algún momento, desde que las palabras socialismo del siglo XXI, revolución bolivariana, revolución socialista, bolivariana y chavista se propagaron como esperanza transformadora, hemos escuchado o leído sobre una posible sexta república. Todavía conservo correos electrónicos de algunas discusiones en los cuales se hace referencia a esta propuesta. Se trató, las más de las veces, de una ruptura con la carga de problemas que enfrentaba la gestión gubernamental, para asumir desde la radicalización de los procesos transformadores de la sociedad, una nueva dimensión de la revolución. Y el mejor momento, se creyó, era el cambio del primer plan socialista al Plan de la Patria. La mejor escusa para entrar a lo que sería una VI República es la deuda política de la V República, que no ha podido todavía refundar el nuevo Estado socialista.

En el Primer Plan Socialista, estaba la pretensión de superar las dificultades en medio de una nueva ética socialista, dificultades estas devenidas de varias formas de comportamiento individual y colectivo, que son las agudas piedrecillas en los zapatos de quienes hacen el gobierno y quienes asumimos como compromiso acompañarlos desde las humildes tareas que requiere la revolución. Citaremos algunas, la burocracia parasitaria persiste en desvirtuar el propósito transformador de estos procesos, en su lugar, alarga los tiempos de respuesta, abandona procesos relevantes, promueve el negociado con sobreprecios de obras importantes para el beneficio de la sociedad, incentiva la importación masiva de toda índole de productos, desde bienes imprescindibles hasta baratijas, hace de la revolución un gran fiesta en la cual se negocia la parafernalia política con un alto costo para el país, la burocracia parasitaria aliada a la burguesía parasitaria, se corrompen, corrompen a otros y se recicla en vicios, que listarlos aterra por su forma y su variedad. El cáncer de la burocracia corrupta ha llegado a minar instituciones sobre las cuales descansa la defensa de la soberanía. Toda alcabala, se dice, tiene su precio. Y alcabala no es solo un puesto de resguardo de la GNB, es un registro público, una taquilla para tramitar documentos, lo fue CADIVI. No repensar la burocracia desde el compromiso transformador es advertir que las dificultades avanzarán hasta el caos. ¿Existe alguien que pueda explicar cómo sobre las inmensas reservas gasíferas hay gente de muy avanzada edad que hace largas e interminables colas para conseguir el gas?

Se puede pensar en equilibrar la distribución de la renta petrolera, pero de allí a hacer de algunas instituciones que manejan las divisas un desaguadero de complicidades, es una tragedia de gran magnitud. El Pueblo todavía espera se aclare el despilfarro de veinte mil millones de US$. Y ahora más, porque existe la presunción que algunos de estos beneficiarios del cadivismo pudieran estar sufragando las guarimbas. Una síntesis elemental del estado general del país es que hay avances significativos que huelen a las mejores flores de la diversidad tropical, pero hay espacios donde el olor a estiércol alerta que debemos hacer giros de 180 grados.

Imposible pensar que Chávez, el Comandante Eterno, no tuviera planes para salir de una vez por todas de estas aberraciones que se han colado y algunas sobrevivieron como herencia de la IV República

El planteamiento de una VI República, es y debería ser, totalmente diferente a lo que plantean otros sobre una conchupancia gubernamental con la derecha, o la que ven otros como salida política a la crisis actual. Nunca puede ser una cogestión de la revolución con las esferas económicas cuyo poder genera la escorrentía de los dólares de la renta petrolera para mantenerse en el control económico del país. Por el contrario, un cambio radical en la ruta de la revolución socialista, bolivariana y chavista, es tomar el Plan de la Patria y desde estas orientaciones impulsar de verdad un cambio importante en el modelo productivo, hacer la revolución en la agricultura, transformar el sistema educativo, repensar el sistema público nacional de salud y profundizar en una revolución cultural que nos lleve a percibir que las cargas demoníacas del rentismo y sus secuelas van desapareciendo.

La VI República dialogará pero no se postrará, porque si algo se logró con la V República fue hacer evidente el coraje del pueblo. Avanzar hacia el socialismo no se negocia, eso lo ha expresado con mucha claridad el presidente Maduro.

¿Será posible?

mmora170@yahoo.com


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Miguel Mora Alviárez

Profesor Titular Jubilado de la UNESR, Asesor Agrícola, ex-asesor de la UBV. Durante más de 15 años estuvo encargado de la Cátedra de Geopolítica Alimentaria, en la UNESR.

 mmora170@yahoo.com

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