Los camaradas antes mencionados son parte de lo que hoy día en el chavismo reconocemos como personalidades criticas, y algunos llegaron a detentar figuración pública notoria y altos cargos en el gobierno bolivariano.
La mayoría tienen en común haber venido a “menos” producto de sus críticas y ser menos visibilizados o tomados en cuenta en el rumbo de la revolución, a pesar de tener cierta popularidad y apoyo en el seno del chavismo.
Quien no veía la hojilla alguna noche, quien no aplaudía las expropiaciones promovidas por Samán durante su gestión o la medidas que le imponía a las empresas privadas en su momento, quien no leía debe vez en cuando un grano de maíz….en fin, eran figuras públicas reconocidas dentro del chavismo.
Otros han destacado más recientemente con la “pluma” acá en aporrea, con sus diferentes estilos Nicmer, Javier y Víctor han generado más de una polémica dentro de la izquierda venezolana.
En la actual coyuntura política y en el marco del próximo desarrollo del III Congreso a muchos nos parecería positiva la participación de estos compañeros en el mismo, las preguntas serian: ¿están dispuestos?, ¿será posible en el mar de contradicciones del partido?, ¿tendrán alguna vinculación de base con militantes del PSUV? O ¿militan en el partido?, sino ¿en cuál otra organización?
Seguro su participación sería más enriquecedora que la de más de un delegado “nato” al Congreso, es decir, de algún gobernador corrupto o reformista.
Lo que nos atrevemos a afirmar es la necesidad de una revisión profunda del partido, de la situación político-económica actual y el papel del partido frente a: el burocratismo, la corrupción, democracia interna, una latente devaluación del bolívar, un ajuste al precio de la gasolina, el papel de los medios de comunicación en revolución, el control obrero y la propiedad de los medios de producción, entre otras.
Además para dilucidar si nuestra contradicción principal actual será entre imperialismo y la patria o entre la gran burguesía y el conjunto de la clase trabajadora y explotados en general, y en ese sentido el dialogo con factores de esta burguesía representada en Fedecámaras, Lorenzo Mendoza, la MUD y compañía para generar una “paz social” y evitar una intervención directa del imperialismo yankee, o el dialogo con factores de la clase trabajadora y el poder popular para garantizar la continuidad del legado del Comandante Chávez, del proceso revolucionario y generar una dirección colectiva y cohesionada, producto de un proceso de crítica y autocritica para superar los embates de la contrarrevolución.
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