Digamos que en estricto sentido de la teoría psicoanalítica, sería muy cuesta arriba concluir que lo que viene pasando en el PSUV en una aplicación de un procedimiento o terapia que pudiera incluirse como una tradicional práctica del psicoanálisis.
Pero algo hay de eso. Hay un hecho real e incuestionable; la sociedad venezolana en la última década del siglo XX, manifestó su enfermedad. Comenzó a sentirse mal e inconforme. Veníamos de una movilización dirigidas a exigir reformas que el sistema respondió con la llamada COPRE. Todo en resumidas cuentas, concluyó en montones de informes y libros. Las exigencias de la sociedad (energía/el ello) no fueron siendo satisfechas y se acumularon en el inconsciente y alcanzaron un alto nivel de presión, que terminaron por explotar con el gran viraje.
IIAsí más o menos sucedio en en las tres últimas décadas de la llamada cuarta. Los alzamientos militares y movilizaciones sucedidas antes de 1998, busacan una solución a ese conflicto que quedó acumulado en toda la sociedad y que se sintió en algunos segmentos de la sociedad como la antipolítica o sentimiento de descontento e incornformidad ante los partidos.
III
En la Página del PSUV (www.psuv.org) puede ver y leer que a nivel del estado Carabobo se habían formulado 17 mil propuestas que son parte de 122.025 mil que se ha dado a nivel nacional[i]. Leyendo esta información no dejé de pensar en cómo nuestros líderes han venido convirtiéndose en toda una autoridad del psicoanálisis. Digamos que en una versión tal vez no muy ortodoxa, pero ha venido rindiendo sus frutos. Todo está en el PSUV tranquilo, porque hay una terapia que usa el placer como mecanismos para evitar la acumulación de conflictos.
La Idea entiendo yo, pasa por generar una situación de placer que se asume como un mecanismo homeostático/equilibrio. Esa sociedad enferma, desequilibrada y con trauma desde la niñez, tuvo su momento de explosión, vino la constituyente y se elaboró un constitución con un prologo extraordinario que contenía una tratamiento terapéutico: Democracia protagónica.
Hay una energía que subyace en la sociedad, que puja por participar y los líderes del PSUV entienden que es una necesidad sentida. Sabiamente para no acumular presión en uno de los niveles de la conciencia; el PSUV crea o fija por anticipado un mecanismo que produce placer artificial, pero sirve. Llama a la militancia que escriba (descargue) sus tensiones en asambleas o por internet y una vez escritas o expuestas, se siente la necesidad de un placer satisfecho y el ciclo se cierra. La posibilidad de un desequilibrio se aborta y la sociedad revolucionaria, siente que su necesidad ha sido satisfecha (placer) con el haber escrito o descargado sus tensiones.
De una manera muy práctica y sencilla; Maduro y Cabello que son las cabezas visibles del PSUV hoy, tienen su equilibrio garantizado, pero eso no resuelve definitivamente la posibilidad de un conflicto. El placer por ahora, sirve de medida terapéutica. El PSUV, que en este caso es controlado por Maduro/Cabello han sabido manejar las emociones y a través de estas “consultas protagónicas”, que producen placer y satisfacción
