Son las cuatro y veinte minutos de hoy viernes 11-07-14, según mi reloj. Debía ir a una reunión social con viejos colegas en el Colegio de Profesores en Lecherías, fue un compromiso que contraje con anterioridad, pero la abundante lluvia que cayó hasta hace cerca de una hora me impidió salir, o por lo menos me dificultó hacerlo, además me dio flojera, suficiente como para abstenerme de tomar la calle hacia aquel municipio, sabiendo por la experiencia que las vías debían estar inundadas.
Quería ir más que todo por encontrarme con viejos compañeros de trabajo y luchas gremiales, entre los cuales habría unos cuantos que llevo bastante tiempo sin ver. Opté por sentarme frente al televisor a enterarme de algunas cosas y como es un hábito propio de mis ocupaciones tomar algunas notas.
Puse como automáticamente VTV, en mi receptor el canal 8, en el cual salió Elías Jaua, el canciller, dando un discurso en un acto y sitio, cuyos detalles no precisé. Al escucharle decir, “El partido, como dijo el comandante Chávez, debe dejar de ser una maquinaria electoral…..”, puse toda mi atención en él y hasta me entusiasmé, tal como lo hicieron quienes estaban en el acto, de los cuales la mayoría aplaudió con verdadero fervor. Por supuesto, no puedo decir nada acerca del por qué de aquel entusiasmo, como qué percibieron lo mismo que el suscrito, porque cuando agregó lo que transfiero a continuación volvieron a aplaudir con la misma emoción, lo que me dejó sin comprender nada acerca de lo que aquella gente pensaba exactamente sobre un tema tan vital como es la relación entre el Estado, gobierno y partido revolucionario. No sé si aplaudían sólo porque la primera expresión, como a mí, significaba para ellos una nueva toma de posición de conformidad con las demandas de alguna militancia que ha discutido y pensado mucho sobre el asunto.
Pues agregó Jaua, disolviendo mi entusiasmo: “….para convertirse en una fuerza que AYUDE AL GOBIERNO en su misión….etc.”
Para el canciller y figura prominente del alto mando del gobierno y partido, éste no sería más que eso, una herramienta que “ayude”; no habló de dirigir. De donde uno concluye que, para la importante figura de la cual hablamos, la dirección del proceso debe estar en otra parte; uno, al analizar con detenimiento su razonamiento, concluye que esa dirección debe estar en el gobierno. Recuerdo entonces los reclamos del PCV y algunos sectores del Polo Patriótico acerca de que el cambio, golpe de timón, en este asunto, debe significar crear una dirección colectiva y participativa, lo que iría más allá de la ayuda.
Pero no fue eso, lo dicho Jaua, lo sostenido con convicción por el presidente Chávez cuando le llegó el momento de opinar al respecto. Recuerdo que, recogiendo la opinión de mucha gente, escuchando a aquellos a quienes incitaba a hablar, “hasta las piedras”, llegó a afirmar que el partido debía dirigir al gobierno y no al revés. Los integrantes del gobierno, como militantes del Psuv o Polo Patriótico, no pueden colocarse por encima de estos; sería como una parte sobreponiéndose al todo. Debo volver a recordar como en la instalación del Congreso fundacional del Psuv, llamó a los alcaldes a retornar a sus municipios a ocuparse de los asuntos de su estricta competencia.
Por lo que la posición de Jaua pareciera no insertarse en lo que pensaba Chávez y lo que éste, tantas veces, nos dijo acerca del partido.
Pero después de escuchar a quien llaman “el protector de Miranda”, recordé parte de un discurso del presidente Maduro anoche, en un “jueves de vivienda”, donde entre otras cosas comentó, refiriéndose a la oposición, de manera despectiva contra los partidos. De esa disertación, por lo menos yo, creí entender que el presidente Maduro no le da a los partidos la importancia, el valor, que tienen. Llegó a decir, que el suyo no era un gobierno de partido; lo que estuviera bien si definiera el significado de la expresión y el rol del partido, distinto a buscar votos o el carácter de la relación desde su perspectiva. Consideró además que eso era “asunto del pasado”. Discurso muy del agrado de la vieja derecha y al parecer dirigido a un pequeño sector. ¿Entonces, de acuerdo a ese criterio, cuál es el rol del partido? ¿Sólo recoger votos? Pareciera haber falta de coherencia.
Desacreditar el rol de los partidos por los errores o abusos de los correspondientes a la era de la socialdemocracia o cuarta república, o mejor de sus dirigentes, es conducta que la derecha ha asumido antes contra ellos, como estructuras que intentan organizar al pueblo y sus luchas.
Si bien ellos – los partidos - no pueden ser fuerzas o intermediarios que asuman el rol del pueblo, de las masas, de los grupos que luchan y la suma de individualidades que deben reconstruir el mundo, tampoco deben dejar de ser los mecanismos que empujan a aquellos, encargados de recoger sus inquietudes, darle forma, sentido concreto y servir de conexión con el Estado y el gobierno. Deben ser algo mucho más que una organización que sólo “ayude” al gobierno, porque lo contrario, lo que pide Jaua, implicaría ponerse al servicio de éste. Más, sabiendo que el Estado venezolano, por razones materiales, estructurales, más allá de los deseos de uno, es un ente capitalista, atado en sus formalismos, circunstancia precisamente que tratamos transcender con el empuje del movimiento popular y la conducción del partido.
Cinco minutos después de la intervención de Jaua, el canal saltó hacia Anzoátegui para lanzar al aire un discurso del Gobernador Aristóbulo Istúriz, quien dijo “el pueblo no está solo, tiene en cada comunidad a las UBCH para luchar por sus problemas y en pro de sus conquistas”. Esta opinión de Aristóbulo, en mi buena fe y mejor deseo, pareciera estar más cerca de lo que uno cree, aunque debo reconocer que no envuelve un juicio preciso del rol del partido a través de sus organizaciones de base, con el resto del mismo y en sus relaciones con el gobierno a sus distintos niveles.
Me quedaré aquí porque lo que creo y aspiro está expuesto; resumiendo, idealista al fin, es que en el Congreso del Psuv, se haga una discusión libre, rica, profunda, olvidándose de los aplausos a la dirigencia, cuando únicamente ella habla sobre el papel del partido. Aquí están recogidos tres conceptos que podrían ser contradictorios y a partir de los cuales se puede discutir para intentar llegar a una definición que exprese el pensamiento del partido todo, los aliados, que en veces pareciera que en el pensamiento de algunos no cuentan, justamente porque evalúan con criterio electoral, cuantitativo. Esto envuelve también al Polo Patriótico y el pueblo en primera instancia.