El pasado domingo 20 de julio se realizaron las elecciones internas para escoger a las delegadas y delegados que van a participar en el tercer congreso del Psuv que se realizará en Caracas, desde el 26 de julio hasta el 31 de julio de 2014. Sin embargo, debemos destacar que hasta la fecha, viernes 25 de julio no se han dado cifras oficiales y definitivas del número de personas que fueron a votar.
Las especulaciones e interpretaciones sobre la abstención en el Psuv, ha tenido diferentes perspectivas de análisis, que van desde las más pesimistas y en algunos casos mal intencionadas, hasta las más optimistas que consideran que fue una buena convocatoria.
De manera extraoficial se habla de que alrededor de dos millones de camaradas asistieron al proceso interno de votación, siendo una cifra que podemos considerar como aceptable, pero haciendo la salvedad de que siempre los deseos son por tener una asistencia masiva y mayoritaria en éste tipo de eventos internos, que “no despierta” el mismo interés en el electorado, como por ejemplo, unas elecciones presidenciales.
Considero que no se debe dejar a un lado las molestias causadas en las bases del Psuv, ya que en algunos sitios del país las unidades de batalla Bolívar Chávez (UBCh) seleccionaron sólo a los candidatos y candidatas de la preferencia de lo que se conoce en algunas regiones como “grandes electores” que presionan de arriba hacia abajo, para que votes por sus candidatos, a través de “chuletas” o “quinos”.
A las y los 917 delegadas y delegados al congreso del Psuv, deben aprovechar ésta brillante oportunidad para impulsar un sacudón hacia lo interno de nuestra organización política: 1.- democratización radical de la estructura partidista, 2.- solicitar la rendición de cuenta de todas personas que tienen cargos de dirección a todos los niveles, 3.- revisar el componente ideológico y de formación, 4.- sistematizar las trece mil propuesta elaboradas por las UBCh, publicando y debatiendo las propuestas que más se expresaron.
Necesitamos repotenciar una verdadera unidad revolucionaria, efectiva y afectiva.