Venezuela vive actualmente uno de los momentos más apremiantes de su historia reciente, proceso socio-político inédito que adquiere un matiz estratégica con la partida inesperada del Comandante Hugo Chávez Frías. Determinante para el resto de los países de Latinoamérica y el mundo, lo que pase en Venezuela será un faro que alumbre los procesos en pleno desarrollo. La revolución Bolivariana ha derrumbado todos los paradigmas tradicionales, complicando el parto de lo que está naciendo en el nuevo escenario global, debido al surgimiento de nuevas fuerzas políticas en pugna pos guerra fría que obliga a EEUU y Comunidad Económica Europea a redefinir la geopolítica y la geo-economía. La aparición del ALBA Y MERCOSUR y de data reciente el BRICS,sumado a los conflictos del medio oriente, la confrontación en Ucrania, y la intensificación de la confrontación entre Israel y Palestina, y la nueva incursión de EEUU en Irak, dejan claro el inicio de la nueva conflagración mundial. Venezuela como suplidor de petróleo, ya no solamente a los EEUU, sino a los países de mayor capacidad bélica como Rusia y China, la colocan en el ojo del huracán.
Hoy gracias a la visión geopolítica y geo-económica del Comandante, la agresión imperial esta focalizada y cualquier intromisión implica la atención directa de los gigantes mencionados por los intereses económicos suscritos con la revolución, de manera que Venezuela está en capacidad de jugar un rol fundamental en la búsqueda de la paz en todo mundo, dada su posición privilegiada. Sin embargo la guerra económica de cuarta generación desarrollada por el imperialismo asecha a lo interno produciendo una crisis económica que pone en riesgo los logros de la revolución, los factores políticos internos por hiper-criticismo, decadencia de sus concepciones ideológicas, interpretación errada de la nueva realidad geopolítica y geo-económica mundial, les ha impedido entender que Venezuela avanza hacia la consolidación de un nuevo principio de organización social y nuevos procesos de aprendizajes inéditos .
Los sectores opuestos no han podido comprender la nueva racionalidad socialista del Siglo XXI(una relación de fines y medios que tienen diversa aplicación en nuevo contexto socio-político que se construye sobre la marcha en oposición a la globalización neoliberal).La vieja concepción de que el socialismo es solo un sistema económico quedo atrás , el socialismo bolivariano del Siglo XXI va mucho mas allá, se alimenta de su propia génesis de libertad, sin embargo, hoy cuando vemos a la población hacer inmensas colas para adquirir los bienes de consumo y sectores de la misma población aprovecharse de la escasez y mercantilizarla, entendemos que la racionalidad socialista pasa por una evaluación económica para incentivar la producción nacional y abastecer los anaqueles de una diversidad de productos de primera necesidad, pero a su vez hacer efectivo los acuerdos internacionales para incorporar al mercado interno toda la gama de productos del ALBA - MERCOSUR y oros ámbitos supra regionales.
Aplicar el principio del comercio internacional de las ventajas comparativas y centrarse realmente en lo que Venezuela viene haciendo en las últimas décadas, como es producir petróleo y derivados, profundizar el desarrollo de las empresas ferromineras de Guayana y fortalecer al sector agrícola en rubros con grandes ventajas comparativas.
Reconocer que somos un país importador y por tanto debemos centrarnos con eficiencia en el sector servicios para que los productos realmente lleguen en términos oportunos al consumidor.
Fortalecer la distribución de divisas en función de las verdaderas necesidades del desarrollo y bienestar del país.
La racionalidad socialista pasa por ese entramado, derrotar el fetichismo de las importaciones de la sociedad consumista venezolana que juega al viejo modelo de décadas anteriores, ir más allá, el venezolano necesariamente debe salir de la deidad del consumo suntuario y el consumo necesario, debe saber diferenciar entre los valores de uso y los valores de cambio, debe dar prioridad al trabajo y no al capital.
La racionalidad socialista del Siglo XXI es verdaderamente un sismo de más de 7 grados en la escala de Richter, un verdadero sacudón que reubique a las instituciones del estado, la educación, los medios de comunicación y los movimientos religiosos en el nuevo camino que dejo el Comandante con el Plan de la Patria, no hacerlo es regresar a la barbarie, dado las implicaciones que significa un retorno, donde las grandes potencias se disputen nuestro petróleo y solo nos dejen las ruinas de intervenciones guerreristas de cuarta generación, con la frustración colectiva y secuelas de hambre y miseria a la que son sometidas los países poseedores de petróleo.
Ante un agotamiento de la gestión gubernamental es necesaria, e insisto en una coalición patriótica para que los partidos de la alianza y los frentes sociales refresquen la gestión de gobierno (El Presidente no lo hizo, seguramente la realidad lo llevara a retomar el planteamiento anterior)
Una racionalidad socialista( unos lo llaman sacudón) para preservar los derechos humanos y garantizar la justicia y la paz, dado que la guerra económica de cuarta generación dirigida por el imperialismo y sectores internos puede conducir a estallidos sociales producto del agotamiento definitivo del viejo modelo en la que el 65% de la población llego a vivir en pobreza extrema, y no como consecuencia del modelo socialista en la que la pobreza extrema se ha reducido a menos de un 8%(una racionalidad socialista para alcanzar 0% de pobreza).
En este sentido los futuros desenlaces a muy corto plazo, producto del agotamiento definitivo del viejo modelo, pasa por iniciar los cambios estructurales que se expresan en la defensa de nuestras propias identidades, con programas de acción muy concretos que alimenten de insumos políticos a todos los frentes sociales: Campesinos, obreros, sexo diverso, desempleados, religiosos en sus múltiples manifestaciones, ambientalistas, indígenas, para empuñar las banderas de lucha en contra de la globalización neoliberal y rescatar lo social y lo político que permita a los diferentes sectores sociales plantear esquemas alternativos para enfrentar a la racionalidad capitalista global como expresión de miseria de las grandes mayorías y deterioro del planeta, afianzarse en el poder popular para la preservación de la especie humana.
A este nivel se requiere de un gran consenso nacional con las fuerzas sociales y políticas emergentes dentro del dissenso necesario, que permita adquirir la madurez para las grandes transformaciones sociales, que no están a la vuelta de la esquina y mucho menos acelerar los tiempos(no colocar los caballos detrás de la carreta) , desplazar una vieja clase que se nutrió del poder y sus extravíos que genera la administración de la renta petrolera no es tarea fácil, esta vieja clase ha perdido en todos los terrenos en los últimos quince años. No podemos olvidar la lección del Comandante al llamar a identificarse con el pueblo en sus luchas, de manera que la gestión de Nicolás Maduro debe estar conectada con las bases sociales para frenar por la vía persuasiva al máximo, los estallidos sociales producto de las necesidades insatisfechas que aún permanecen y requieren de una nueva racionalidad y una razón de estado para avanzar a estadios superiores, articular una base social con los frentes sociales y los partidos del Gran Polo Patriótico es crucial para el nuevo gobierno, expresada en la profundización de la democracia participativa y protagónica del pueblo Venezolano.