La trayectoria de la izquierda venezolana, independientemente de su mal desempeño es mucho más compleja que una visión personalizada o una percepción encerrada en una o dos décadas. Hace muy poco, el amigo y camarada Mario Silva, en un esfuerzo por afincar la necesidad de la unidad de las fuerzas bolivarianas y de "racionalizar" un poco la crítica en los momentos que vamos aproximándonos a las parlamentarias, nos ofreció una provocadora reflexión y ella vino con un juicio a la izquierda.
Sostuvo el Camarada Mario Silva lo siguiente:
"A finales de los años 70, inicios de los 80, muchos teóricos e intelectuales de nuestra izquierda construían y destruían el mundo en la idílica y bohemia Sábana Grande, generalmente, frente a un trago de ron que era subvencionado por una beca del gobierno que tanto se criticaba; Fundayacucho o alguna institución cultural que los domesticó. Pura saliva y lengua. No estoy descalificando a nadie, pero sí estoy aclarando que eran muy pocos moralmente irreprochables que terminaron en el ostracismo, presos o asesinados por los aparatos represivos que parieron el SIFA y la DIGEPOL. Otros, degeneraron, formaron partidos, partiditos y grupitos que, somos testigos de ello, culminaron aplaudiendo a Carmona el 12 de abril de 2002. Y, debo finalmente honrar a aquellos que sobrevivieron y se atrevieron a soñar de nuevo cuando el Comandante Chávez apareció aquel 4 de febrero de 1992. Pero, hay otros que no aprendieron de la historia"[i]
No toda la izquierda venezolana de la década de los setenta y ochenta fue comprada con una beca de Fundayacucho. Eso pudo ser tan mal, como hoy vemos dueños de apartamentos de la Gran Misión vivienda colocando su casa bien equipada en venta.
Creo, que en un esfuerzo por entender a la izquierda venezolana, no se reduce a la trayectoria de esos años. La izquierda de esa época arrastraba una historia, que pudiera tener muchos lunares y poca brillantez, pero seguro estoy, no fue una izquierda que podemos despachar viéndola "frente a un trago de ron". Fidel y el Che de alguna manera fueron sus promotores e impulsores.
II
En la noche de este lunes 8 de noviembre, oí al Presidente Maduro hablar un poco de su recorrido por los barrios de Caracas en su época de militante joven de la izquierda. El presidente Maduro hace referencia algunas veces a ese recorrido. Era el camarada Maduro y su equipo y no la izquierda. Así se percibía esta anécdota.
Salvo esa mención, que alude a su trayectoria personal con algunos de sus amigos cercanos, no es muy frecuente oír alusiones más o menos afectiva a la izquierda de antes (décadas de los sesenta y setenta). Si observamos algunas menciones más reciente sobre esta izquierda, vamos observando ciertas calificaciones no muy afectivas. Se comenzó con la "izquierda trasnochada" y con ello iba la idea de una clara descalificación. No llevaba esta expresión de "izquierda trasnochada", un juicio crítico sobre su desempeño y utopía. No, la idea tenía el sello de la descalificación rápida y fácil.
A esta idea de la "izquierda trasnochada" se le viene agregando una nueva marca de descalificación. Tuvo un "ascenso" y ahora, además de trasnochada, tiene el remoquete de "vieja izquierda", pero no el sentido de una "vieja" que es querida, sino por el sentido de ese "ascenso"; la idea lleva la clara intención de ahondar más en esa descalificación.
Esa "vieja izquierda" o esa "izquierda trasnochada", viene de una ruta largo que no se reduce a los años ochenta. Se equivocaron mucho, como hoy también se equivocan otros. En esa "vieja izquierda" o en esa izquierda trasnochada, milito Gustavo Machado, Salvador de la Plaza, Jesús Farías, Américo Silva, Sáez Mérida, Noel Rodríguez, Pinto el del 23, Uzcategui y otros tantos que ahora no logro precisar.
Para ser más descalificada esta percepción de la "vieja izquierda", inmediatamente se sugieren ciertos nombres (Teodoro Petkoff y otros) y por ellos, toda la izquierda de los años sesenta, setenta y ochenta entra en esa ruta de "vieja" y "trasnochada".
Toda esta descalificación viene por la crítica y observó que parte de estas críticas no vienen de personas o figuras de ese tiempo. Si lo fueron, que no me parecen, no ocuparon un lugar destacado en estas organizaciones.
Esa izquierda, va tomando el perfil de indigente. ¿Casualidad? ¿Es una construcción intencionada o esa izquierda de verdad no valió la pena? "Esa izquierda", pudo ser un trauma, pero para entender ese trauma tenemos una herramienta (el psicoanálisis). Tuvo sus padres y uno de ellos está vivo y queremos que viva mucho tiempo más.
@evaromar
[i] Puede verse el artículo del amigo y camarada Mario Silva en el siguiente sitio:http://www.aporrea.org/actualidad/a199307.html