El proyecto de economía global ha desestabilizado a los bloques neoliberales, con lo cual se agudizan las contradicciones del capitalismo, que cae en el estado de crisis que definió Carlos Marx, donde el modelo se hace insostenible. La actual situación de la economía mundial, que coloca frente a frente a dos mundos, con dos modelos antagónicos acelera los acontecimientos que son inexpugnables, cuando el capitalismo llega a su fase superior, como lo señalara en su doctrina política el gran pensador V. I. Lenín, fundador del primer ensayo socialista real, que no se consolidó por los errores cometidos por algunos de sus dirigentes y la traición interna de la cual el caballo de Troya fue Mijail Gorbachov, que ahora como Jaime Lusinchi, quien asumió que la banca le engañó, el ex presidente de la URSS, dice que occidente le engañó.
La crisis entre ambos modelos tiene su máxima expresión en la cuna de la democracia y la filosofía, Grecia, cuyo pueblo cansado de los abusos y del peso de la bota alemana que por segunda vez, junto a sus socios trata de pisotearlo nuevamente, dijo no a la dictadura terrorista de la Troika, FMI, BCE y UE, dando un espaldarazo al partido revolucionario Syriza y a sus líderes Alexis Tsipras y Yanis Varoufakis, quienes tuvieron bien puestos los pantalones y dijeron a los terroristas de la troika, primero está el pueblo, su salud, educación y alimentación y después las consideraciones sobre la “deuda odiosa”, fabricada por los banqueros y políticos corruptos, que robaron y saquearon a espaldas de la nación. Varoufakis, tuvo que renunciar para bajar las tensiones, pero ya su misión fue cumplida, ahora queda en la jugada pero de bajo perfil.
Estados Unidos y Alemania, como los “padrotes” de la arremetida capitalista en busca de consolidar su hegemonía, pugnan por una Europa, sometida, prejuiciada y racista, que tiene como eje la Unión Europea y su Euro, que someten a la ignominia a los países periféricos de los países élites, liderados por Alemania. Para este bloque la causa de pobreza, no son sus políticas económicas, sino la incapacidad, irresponsabilidad y pereza de los deudores periféricos, encabezados por Grecia.
Pero como dice una expresión popular de nuestro pueblo: “No hay mal que dure 100 años, ni cuerpo que lo resista. La recolonización de América, el Caribe, Asia y Äfrica, por parte de las potencias occidentales, beneficiadas con la Segunda Guerra, ha tocado techo, con el regreso de los pueblos a sus raíces, la toma de conciencia y la catapulta de su autoestima, en lo cual ha jugado preponderante papel, la gesta del Comandante Eterno Hugo Rafael Chavez Frías, con su bolivarianismo, demostrando que otro mundo libre de criminales y con justicia social es posible.
Este intento de imponer la hegemonía económica y financiera a escala planetaria, ha encontrado una respuesta coherente, en los países del mal llamado tercer mundo, con el ALBA, UNASUR y CELAC, que son proyectos de integración humanista de Suramérica, Centramérica y el Caribe, que aunados al grupo de los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Suráfrica), conforman la plataforma perfecta para una nueva arquitectura económica, cultural, política y militar, que permita avanzar hacía un mundo de paz, de justicia, respeto por la autodeterminación, con el paradigma del reconocimiento del otro, para la unidad en la diversidad.
Claro que frente a esta subversiva estrategia, el gendarme planetario y sus pajes de la Unión Europea, juntan esfuerzos y estrategias, para buscar desarticular ese entramado de liberación para la humanidad, en busca de consolidar su hegemonía neocolonial, que día tras día sufre fracturas y derrotas, como la que propinaron Hugo Chavez y Nestor Kirschner,en Rio de la Plata al ALCA, que fue sustituída por el ALBA, mecanismo de integración endógeno de la América Hispana, al cual seguirían UNASUR, Petrocaribe, CELAC y otros en marcha. Por eso la conspiración montada desde Guyana, a través del actual gobierno títere contra la amistad entre CARICOM y la Revolución Bolivariana, mientras que en la zona euroasíatica atizan el conflicto en Ucrania, para tratar de aislar a Rusia y por allí golpear a los BRICS, que son otra amenaza con su banco, que cava la fosa p'ara el FMI y el BM, con la solidaridad del naciente Banco del Sur.
No cabe duda que el imperio está acorralado y con el agua al cuello, con su crisis capitalista y la insurgencia de nuevas economías y bloques de integración, que lejos de lanzarle salvavidas lo empujan al abismo. El imperio y sus socios echan el resto. Una demostración es el despliegue militar de Estados Unidos en Europa del Este, en busca de rodear a la Federación Rusa y en Suramérica, con la mira puesta en los gobiernos bolivarianos. La historia nos enseña, que recurrir a la fuerza militar, es acelerar el fracaso de las potencias imperiales, ejemplos claros: España, Gran Bretaña, Holanda, Francia y Portugal, que lo perdieron todo y tuvieron que regresar a sus cotos con las tablas en la cabeza, tras la insurgencia de los pueblos. El nuevo imperialismo surgido al norte de América; por mas de 100 años ha tratado de imponer su hegemonía y ahora en su desesperación se llevará a las profundidades del fracaso a la Unión Europea, a la cual Grecia le acaba de dar una peligrosa estocada, que también toca a Washington, con la rebelión popular en contra de las recetas neoliberales, acción que pone en peligro a la zona Euro, mientras a los helenos se les abre un mundo solidario en Europa del Este, China y América Latina. En definitiva son dos mundos en punga y una nueva guerra fría en puertas.