Entendiendo su disposición e inmenso esfuerzo por la consolidación y continuidad de un proceso político-social-económico de igualdad y bienestar, y convencido de mente, alma y corazón que la salvación de la especie humana y del planeta tierra no está en la depravación estructural del sistema capitalista-neoliberal, es sin embargo, necesario hacer de su conocimiento señales claras, precisas y contundentes de cómo, desde el accionar económico y financiero, ¡nos están derrotando!
Mientras en la vanguardia de la batalla política las victorias hacen estragos sobre la dirigencia y en las filas opositoras, aquí, en la retaguardia estamos perdiendo la batalla económica. Para quienes desde la “clase media”, profesionales en su gran mayoría, trabajamos en el sector público y privado y que por enésimas razones no militamos en las colas diarias por busca de insumos o alimentos “regulados” o a “precios justos”, el costo de la vida aumenta exponencialmente. Nuestros recursos financieros son en extremo y totalidad destinados a la adquisición de alimentos cada vez más costosos dejando pendientes las “cuentas por pagar”.
En su condición de obrero, nadie mejor que usted, y como Presidente, nadie más que usted, debe saber y entender que esta situación, en extremo delicada, puede llevar en corto o mediano plazo a una derrota irreversible del proceso político y social que usted dirige. En tal sentido, entendiendo todo el esfuerzo y que no es cuestión de varitas mágicas, considero que si se tienen “soluciones” es de extrema urgencia y necesidad su inmediata aplicación.
Tengamos presente la importancia estratégica asignada por el General Bolívar a la retaguardia y su encomienda de protección y defensa a quien más tarde sería llamado el Gran Mariscal de Ayacucho.