Cuando incursionamos en ciertos campos debemos hacerlo con responsabilidad y no tirando piedras y que le caigan al primero que se atraviesa, como quien dice: "Al que le caiga que la chupe". Esa no puede ser la posición honesta de ningún revolucionario, que si bien es cierto debe ser irreverente en la discusión, no puede en nombre de esa irreverencia convertirse en un francotirador contra la revolución.
Vemos apasionados "revolucionarios", "marxistas", "internacionalistas proletarios", que derraman su odio sobre el presidente Nicolás Maduro y las acciones que en resguardo de la integridad de la nación ha tomado, frente a un asedio y ataques sin cuartel, que nos viene desde Colombia a través del plan de la oligarquía anti-venezolana, que solo juega al fracaso no de Maduro, sino del legado de Chávez, que representa la unidad latinoamericana y caribeña.
Es muy fácil, de manera irresponsable, hacer analogía entre los "progoms", que ejecutaban los nazis contra el pueblo judío, negro, latino, sexo diverso y todo lo que no fuese ario, con lo que legítimamente está haciendo el gobierno nacional, contra las bandas que desde la frontera saquean al país y agudizan la crisis económica que nos agobia desde hace dos años.
Aceptemos que ha habido desviaciones en la conducción económica del país, respecto al pensamiento de Chávez, porque se ha dado muchas largas a las medidas contra la oligarquía parasitaria y la burguesía explotadora del recurso del Estado. No podemos negar la desaparición de mas de 30 mil millones de dólares a través de los empresarios de maletín, que hasta ahora no sabemos quienes son. No podemos negar que la borrachera electoral, a veces nos lleva a descuidar situaciones bien puntuales y caemos en muchas prácticas de la socialdemocracia. Pero de allí a que vengamos a hacer causa común, con el señor Juan Manuel Santos, presidente y máximo representante de la oligarquía de Colombia, Alvaro Uribe Velez, ex presidente y fundador de la AUC y enemigo jurado del proceso bolivarianos y del Comandante Chavez y con Donamaris Ramírez París, alcalde de Cúcuta y jefe de Los Rastrojos, en su venenosa posición contra nuestra patria y la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, hay una abismal distancia.
Es inaceptable que manipulando los principios del marxismo y de la dialéctica revolucionaria caigamos en la irresponsabilidad de repetir como loros, las infamias de las cadenas RCN y Caracol de Colombia y de CNN en español, vertiéndola a manera de opinión y apoyándonos en el marxismo, para hacer creer que somos revolucionarios y que la vía es condenar y derrocar al "Régimen Socialdemócrata", aunque para ello tengamos que hacer pactos hasta con el mismo diablo del "Uribismo" y sus derivados.
Los propios colombianos, representantes de los más de 6 millones que han sido acogidos con los brazos abiertos en esta patria bolivariana, por el pueblo venezolano y su gobierno apoyan la justa posición del gobierno venezolano. Esto evidentemente contrasta con esas poses de quienes dicen ser "venezolanos y revolucionarios.". Una cosa es la solidaridad internacionalista, que la demostramos de sobre, con la tolerancia y el apoyo ofrecido a los hermanos de otras latitudes que vienen en busca de patria y a los que vienen en busca de salud y otra es la irresponsabilidad que permitiría que las bandas paramilitares hagan de nuestra querida Venezuela, lo que han hecho con la hermana república de Colombia.
Finalmente queremos hacer un llamado a la sensatez, a la lealtad, no para el gobierno, sino para nuestro pueblo, para el legado del Comandante Eterno Hugo Chavez y para el respeto bien ganado que en el ámbito internacional, tiene la República Bolivariana de Venezuela, a quienes cual "demonios", se han lanzado en contra de la patria que les vio nacer. La disidencia no puede desembocar en la traición a la patria, los desencuentros, con quienes tienen las riendas de la república, no nos pueden llevar a la estulticia de creernos los más "puros revolucionarios" y caer en las falsas poses marxistas y de internacionalismo proletario, frente a la actual crisis.
