¿Será posible con todo el aprecio y respeto por Lusby y muchos de los que han denunciado todo este asunto del Arco Minero, que vayan más allá de las tonterías y groserías hacia ustedes de un presidente desesperado por recursos y se den cuenta que es lo que está en juego con las decisiones tomadas?...¿Será posible que logremos una lectura de los hechos desde una verdadera perspectiva de totalidad poniendo el argumento sobre un juego delicadísimo de correlaciones de fuerza en donde aún hoy podemos como clase trabajadora y como resistencia popular a favor de la naturaleza, salir ganando en un asunto trascendental?....¿Será posible dejar ese oportunismo argumental acostumbrado a demonizar a Maduro y bendecir a Chávez cuando ambos han sido el fruto de una misma historia, terrible y divina a la vez donde no hay malos ni buenos sino revolución y contrarevolución en un mismo proceso, siendo ellos y nosotros tan responsables dentro del mismo?....¿Será posible que los denunciantes averiguen en qué situación viven ciento cincuenta mil trabajadores mineros, cuatrocientos mil habitantes de comunidades, cincuenta mil indígenas, y el desastre que es hoy en día (ecológico, militar, económico, social) dentro de un territorio invadido por cuerpos paramilitares sostenidos por las mismas instituciones militares y regionales del Estado?...¿Será posible hacer una reflexión menos ególatra, lejana y pequeño burguesa sobre el problema ambiental, y entender que si no se "toca" con toda la fuerza de buen Estado y buen Pueblo esa inmensa región desde Bolívar hasta Amazonas, eso de verdad puede acabar en un ecocidio gigantezco que reviente las grandes cuencas del Caroní, La Paragua, el Cuyuní, el Caura, y partes del Ventuari y Orinoco, es decir, en lo que ustedes más les duele pero que ven al revés como un problema ligado a la firma de unos contratos de exploración con un conjunto de transnacionales (son solo cuatro territorios y la incógnita del coltán)?...¿Será posible que dejen de verlo como un problema a futuro si entran estas compañías y no una situación que viene provocándose desde la colonia hasta ahora y en donde la irresponsabilidad y la interferencia de una corrupción mafiosa que nadie ha querido encarar?...¿Será posible que los seres humanos mas que cuidadores extraños y externos nos sintamos tan naturaleza como los pajaritos, y dentro de la más importante para América tengamos los cojones de verdad de meternos en ella y en vez de cuidarla con pancartas y computadoras desde Caracas se ayude al movimiento minero, indígena, a revertir por completo esta historia colonial?...¿Será posible que se investigue bajo qué condiciones se podrá hacer minería y que ella por el contrario sirve por la renta generada a reconstruir áreas naturales destrozadas, comunidades donde hay más licorerías que abastos y escuelas, donde se sella toda la explotación histórica que se ha hecho de nuestros recursos y de nuestros trabajadores?....¿Será posible que entendamos que allí está el futuro de un país desgastado por entero en sus costas dependientes de economías especuladoras y de puertos pero que podemos reconstruir desde el sur si de verdad entendemos y nos involucramos a fondo en esta tierra y sus habitantes?....¿Será posible que vean que si al fin ganamos una y aprovechamos la inversión transnacional para obligar al Estado y a ellas a reconstruir un territorio y generar una economía muldimensional de producción en esa zona (en buena partetotalmente alternativa a la minería) bajo control directo de comunas y organizaciones, podemos empezar a ver algún foco real de emancipaciónen nuestra tierra?.
En fin, todas estas denuncias sobre el Arco Minero, llenas de grandes argumentos apocalípticos, sin objetivos y para que no suceda nada mas que la continuidad de la historia colonial y mafiosa que día a día se acrecienta sobre muertes de seres humanos y naturaleza en el sur de nuestro país, no ha servido mas que para confundir y evadir el principal problema en juego. El desespero del gobierno por recursos finalmente lo ha obligado a empezar a abrir lo que todas estas mafias internas y externas al Estado (entiendan en Venezuela se produce –solo la pequeña minería lo hace- el veinte por ciento de la producción de oro en el continente y toda ella sale por los circuitos de bandas de contrabando que lo legitiman como producción de otros países, es decir, lo perdemos todo) se han negado, presionando porque se haga imposible todo proyecto de producción y liberación en una zona que poco a poco van devastando. La ley de nacionalización del oro que generó Chávez parecía que abría el camino pero para ello se necesitaban instituciones centrales que la viabilicen, y un apoyo al movimiento minero, indígena que ponga manos y cabeza en su ejecución. Esto fue imposible y por el contrario toda la basura del Estado y su inmensa impronta sobre las decisiones de gobierno con Chávez y Maduro lo hicieron imposible, hasta desgastar no solo política sino socialmente toda una cantidad de comunidades y organizaciones de trabajadores que ya desde el año 95 hasta el 2005, se rebelaron por entero contra las condiciones de dominio colonial-capitalista imperantes en la zona.
Para que se entienda lo delicado y trascendental del asunto hoy en día que al fin se abre este problema del Arco Minero. Sea cual sea su visión del mundo y sus intereses propios es imposible para el gobierno obviar el interés de ciento cincuenta mil trabajadores, y que desde sus dirigentes más consecuentes desde hace décadas han generado visión y proyecto. Por ello en la discusión al interno de este asunto del Arco Minero, no solo ha tenido que asumir el problema ecológico para lo cual estarán obligados Estado y transnacionales a enfrentar a través de tecnología gravitatorias y acabando con todos los tóxicos de la minería, abandonando la explotación de los bordes de los ríos y priorizando sobre la minería de veta. Esto es el asunto de los mundos verdes y acuíferos y como conservarlos y reconstruirlos. Pero hay un asunto igualmente crucial donde el pueblo aún puede revertir por completo la fatalidad colonial. Hasta los momentos -¡A victoria!- solo se han designado 4 áreas de exploración y eventual producción transnacional, y un conjunto indeterminado para medianas empresas nacionales que trabajarán en coordinación con los mineros. Luego dos áreas son otorgadas a Coninpeg, respondiendo a los intereses militares que aspiraban a todo, pero que también van a tener que aclarar sus relaciones con los trabajadores y mineros, bajo su premisa ¡socialista y bolivariana! (las palabras, símbolos y sus usos también terminan obligando), mientras que a una minería integral pequeña y mediana (integral porque es ella mas todos los proyecto agrarios y alternativos que la acompañan), con garantías de legalidad y financiamiento interno y externo, le corresponden 17 áreas que constituyen lo que sería el 70% del arco. Luego, efectivamente estamos ganando territorialmente. Pero además, premisa establecida por el mismo Maduro, el 60% del 60% que le corresponde al Estado en la formación de las empresas mixtas va a la inversión social y manejo directo de recursos de una organización poblacional que urgentemente tiene que terminar de tomar su forma comunal y de empresas sociales. Es decir, la clase trabajadora y comunidades si asumen su reto podrán comenzar a construir el paraíso sobre su tierra que los sueños de los rebeldes mineros del 95 empezaron a tejer. Esto nada tiene que ver con el rentismo con el extractivismo y la minería devastadora y colonial que se le ha impuesto a tantos pueblos nuestramericanos.
Como ustedes entenderán se trata de la posibilidad de una victoria histórica donde no vamos a acabar el capitalismo señor Valderrama y demás grandes socialistas, pero se le puede quebrar el espinazo a sus consecuencias más nefastas social, cultural y ambientalmente, garantizando un poder autogobernante que en este caso esté manejando una mayoría importante de la renta minera.
La dialéctica de los desesperos y los defalcos producidos por la pobredumbre burocrática y empresarial, han forzado este escenario con posibilidades históricas. Defendamos nuestra tierra, los trabajadores que se funden con ella en minas hoy en día terribles, en vez de ser ciegos e irresponsables frente a ellos y ellas, pájaros y humanos. Ante algo que podrá servir no solo para salir del actual desmadre y pérdida de soberanía en la casi tercera parte del país sino sacar de la pobreza y la fragmentación socio-política a millones de compatriotas, si se organizan bien las cosas.
Roland Denis