Volvemos a escuchar con desconfianza, a algunos pandits de la política internacional, sacar de su sombrero mágico un nuevo bálsamo para todos los problemas del mundo llamado “derecha alternativa”
Cuando escucho esa palabra, alternativa, siempre tiendo a preguntarme, ¿alternativo a qué? Al parecer, debido al fracaso de las izquierdas gringas (léase el partido demócrata) y las europeas (o sea el PSOE, o el Sr Hollande y demás imitaciones baratas), las derrotas sufridas por algunos gobiernos progresistas de NuestrAmerica, (quizás a causa de su exagerado flirteo con las políticas neoliberales y la falta de radicalización, lo que defraudo y desmovilizo a muchos), y con el consiguiente resurgimiento en el mundo de todo tipo de fascismos, populismos y nacionalismos de ultra derecha, el único camino, según los expertos, es una nueva “derecha alternativa”. Que no sea completamente neoliberal, aunque mantenga la mayoría de sus esquemas económicos, que genere empleo y renueve la economía mundial, eso sí, siempre creando plusvalía para las elites, pero que redistribuya, según ellos, de forma más justa las riquezas y detenga la apocalíptica carrera armamentística. Un Capitalismo buena nota pues!
Ya hace años, escuchamos algo parecido, para combatir a Reagan y a la Thatcher, cuando el Tony Blair, quien resultó ser un farsante y un asesino planteó su “tercera vía” o como decía Carlitos Andrés, ni una cosa, ni la otra, sino todo lo contrario… o sea simplemente un espejismo, un nuevo proyecto que solo nos trajo más de lo mismo, un mundo cada vez más privatizado y en manos de corporaciones transnacionales a las que solo le interesa obtener el mayor de los beneficios y las mayores ganancias para unos pocos, sin importarle la salud o el bienestar de las grandes mayorías.Vuelven entonces las elites dominantes a introducir un discurso inteligente para maquillar el statu quo con el que nos han sometido y explotado durante siglos.
La derecha alternativa está supuestamente en contra de la corrupción de los ineptos gobiernos de la izquierda y del ladronismo de los grandes bancos y corporaciones, y promete poner reparos, volviendo a regular ciertos sectores, corrigiendo errores y convenciendo u obligando a las empresas a repatriar su dinero,…pero todo es una ilusión, simplemente una gran mentira a la que ya nos tienen acostumbrados y con la que nos mantienen hipnotizados los dueños del mundo, para ellos la única agenda real es lo que vaya en beneficio de su indecente acumulación de riquezas y poder. Es prácticamente imposible que el criminal se regenere a sí mismo y el auto perdón no solo es cuestionable, es más bien detestable. Los representantes de estas nuevas derechas son casi siempre jóvenes de muy buena presencia, bien educados y con muy buen discurso, miembros de partidos relativamente nuevos pero con muchos recursos. Algunos se hacen llamar descaradamente progresistas, o son “empresarios” exitosos, dueños de grandes compañías.
Mientras la economía mundial se derrumba, víctima de deudas impagables y de un sistema financiero que no es más que una gigantesca estafa ponzi, la nueva derecha habla de desglobalisacion, dinero digital y nuevas formas de comercio virtual…pero detrás de todos sus planteamientos posmodernos, todo sigue igual, nadie habla de lo verdaderamente importante, el desmontaje del sistema autocrático, patriarcal, jerárquico y autoritario que las elites le han venido imponiendo al mundo durante siglos. Un sistema opresor y explotador, injusto y antinatural al que hay que comenzar a cambiar cuanto antes.
Aunque siempre caigamos en un lugar común, para algunos de nosotros la única alternativa a este sistema son los estados comunales, autogestionados, autosustentables, descentralizados y ecológicos tanto en lo ambiental como en lo social, produciendo y consumiendo localmente, comerciando con ética y honestidad, basados en las energías limpias y renovables, viviendo y compartiendo en paz el único y hermoso planeta que tenemos, el cual, de seguir las cosas como están, seguirá cambiando de peor para peor.
Estos estados comunales, tan diferentes a los estados burgueses existentes hoy en día no se crearan de la noche a la mañana, ni pueden inventarse por decreto, verticalmente, deben ser creados horizontalmente, en colectivo, por hombres y mujeres muy diferentes a los que hemos conocido hasta ahora, una humanidad consiente de sus valores intrínsecos de justicia y solidaridad. Un mundo donde los intelectuales estén verdaderamente comprometidos con la creación de una nueva y mejor realidad, donde el destino del planeta este en las manos de los movimientos sociales organizados y no de unas elites dementes. Será un camino largo y difícil pero es necesario emprenderlo de una vez antes que el sueño de un mundo mejor se nos escape de las manos.