Confieso que no soy muy activo por las redes sociales, mi viejo teléfono no me lo permite, si pertenezco a unos pocos grupos del así llamado Wassap, y allí leo los mensajes, veo los memes y demás, y sigo convencido de que casi siempre, las informaciones y comentarios son los mismos replicados por la mayoría de las redes, así que creo no perderme de mucho.
Fuera de la propaganda que a veces circula, preocupa en demasía la creciente tendencia a la depresión y el desánimo que afecta a muchos compatriotas revolucionarios. leemos continuamente alertas y quejas sobre la situación del país, los elevados precios de las mercancías que han ido misteriosamente apareciendo por todos lados y que al parecer han sufrido una liberación de precios de facto, sin que nadie sepa con qué tipo de dólares se han importado, ni que tipos de permisos o impuestos los “importadores” están pagando.
Nos preocupa a todos la corrupción que al parecer existe a todo nivel, la impunidad, y la falta de claridad en la información proveniente del estado, lo que vuelve quizás más efectiva a la propaganda fascista.
Vemos con tristeza a compañeros disque chavistas, apoderándose de los taxis chery para convertirlos en vehículos privados, a gente de las UBCH, de los consejos comunales, y de los partidos (de ambos bandos), desviando productos de las bolsas de los clap hacia el mercado bachaquero.
Vemos con rabia, obras que se inauguran en las cuales el papel dice que se instaló esto y aquello, a tal y tal precio, pero donde en realidad no existe ni la mitad de lo que el estado pagó, la excusa casi siempre es “ este gobierno de ladrones hace lo que le da la gana, así que porque no voy a robar yo?” o el típico “ bueno si no lo cojo yo, se lo lleva otro, y yo por lo menos estoy trabajando y haciendo labor social”.
Y si, vemos con rabia y tristeza el quítate tú pa ponerme yo, (tan adeco), ese jueguito de las sillas en donde rotan las caras y los nombres, pero donde no existe verdaderamente el siempre anunciado sacudón.
Es para muchos muy difícil echarle paja a un socio, vecino, amigo o compañero de partido, además de que las denuncias cuando se hacen, casi nunca tienen una respuesta verdaderamente efectiva, la terrible infección capitalista del amor al lucro puede atacar al más pintado, además del siempre presente peligro de la retaliación de los mafiosos. Esto lamentablemente nos convierte en una sociedad de alcahuetes.
Salen personas muy respetables a decir que es falta de liderazgo, otros comentan que es falta de gobierno, de mano dura, y por supuesto sobran los que le echan toda la culpa al presidente Maduro. La oposición se mantiene con su narrativa de que todo es culpa del “modelo” que se ha venido instaurando desde la llegada de la revolución.
Me gustaría preguntarle a los que se llaman revolucionarios, si se han detenido por un momento a pensar y analizar con profundidad y pensamiento crítico, la difícil situación en que nos encontramos, y hacerles una pregunta, ¿quisiera alguno de ustedes estar en los zapatos del compañero Maduro? y a los venezolanos que siguen a la oposición, ¿en verdad creen ustedes que alguno de los presidenciables de la derecha puede jugar un mejor papel, o conducir con éxito el país ante la terrible tormenta que nos azota? Será que poner en cargos importantes a “profesionales” de la derecha, cuando sabemos por experiencia la cantidad de odio que la mayoría cargan contra todo lo revolucionario, y su total falta de honestidad y ética ayudara a solucionar los problemas? Donde encontrar cuadros verdaderamente preparados para enfrentarse a un cargo en un estado que todavía funciona con las estructuras y “las armas melladas del capitalismo” y su total poder de corrupción?
A los que creen que el “modelo” fracaso, les recuerdo que en los años que se lleva tratando de instalar un sistema de gobierno diferente bajo el ataque constante de la derecha nacional e internacional y del saboteo permanente de la inevitable quinta columna y los vendidos y traidores, en Venezuela se ha logrado erradicar el analfabetismo,( ojo! esto no quiere decir que estemos mejor educados, sobre todo políticamente), se han creado miles de consejos comunales, cientos de movimientos sociales que luchan por una mejor sociedad, se le han entregado títulos de propiedad a miles de campesinos, se han entregado mas de un millón de viviendas y miles de títulos de propiedad de terrenos urbanos al pueblo organizado, se le han otorgado pensiones a miles de nuestros viejitos, se ha ido creando contra viento y marea el sistema de misiones y grandes misiones, llevándole salud y educación a los que siempre fueron olvidados e invisibilisados por los gobiernos anteriores. Millones han salido de la pobreza extrema y el pueblo en general aumento su capacidad de consumo exponencialmente, Lo que explica en parte, junto la baja producción de nuestros empresarios “empaquetadores” la escases de algunos productos.
Venezuela siempre fue y sigue siendo un país brutalmente capitalista, ahora díganme en que otro país capitalista se ha hecho tanto para favorecer al pueblo. Nada más veamos la situación del pueblo argentino que hoy vive, bajo el gobierno de Macri, una situación muchísimo peor que la que tuvo bajo los gobiernos de los Kirchner. Tarifasos, represión y un regreso al austericidio neoliberal impuesto por la mafia financiera internacional son los Beneficios del gran cambio anunciado por el nuevo presidente, que más gobierna para sus amigos que para el pueblo.
En Venezuela, las elites financieras locales y sus “empresarios” se dedicaron solamente a apropiarse de la renta petrolera y durante todo el siglo veinte no hicieron más que acumular riquezas, que de paso se llevaron al extranjero, jamás apostaron (salvo algunas honrosas excepciones y en estas no incluyo al bachaquero mayor Mr. Mendoza ) a la industrialización ni a la producción nacional, estas elites solo aspiran retomar el poder para recuperar los privilegios perdidos, y en ese afán son capases de llevar al país a la catástrofe, alentados y apoyados por sus compinches internacionales, aunque en estos años de revolución nuestro benignos “empresarios” han especulado y hecho más plata que nunca antes, a costa del bienestar de todos los venezolanos.
La apuesta del comandante Chávez fue tal vez construir un nuevo país paralelo al viejo, educando al pueblo y tratando de crear las nuevas instituciones populares para que algún día estas lograran, tras el derrumbe del estado burgués, dar nacimiento a un nuevo modelo económico, muy diferente al capitalismo salvaje al que estamos demasiado acostumbrados. Esa tarea titánica apenas estaba despegando cuando el comandante fue “neutralizado”.
Al compañero Maduro, le toco, por lealtad a su líder y a su pueblo, tomar las riendas de la patria en los peores momentos, nacionales e internacionales, para tratar de seguir adelante con el proyecto revolucionario.
Los venezolanos nos dimos en el 99 una de las constituciones más progresistas del planeta, donde no solo se nos permite participar sino que convierte la PARTICIPACION Y LA DEFENZA DE LA PATRIA EN DEBERES ciudadanos.
Lo repetiré hasta el cansancio, la revolución no puede decretarse verticalmente, ni podemos los ciudadanos esperar que desde el gobierno se nos construya una revolución a la medida, nuestra revolución debe ser creación heroica del pueblo. El estado y los partidos políticos deben ponerse verdaderamente al servicio del colectivo, guiarlo y respaldarlo en la construcción de las nuevas instituciones, ningún revolucionario debe aspirar y mucho menos sentirse a gusto con un cargo en el estado burgués capitalista, la función del revolucionario es transformarse radicalmente a sí mismo y apoyar al pueblo en la realización de los cambios necesarios para lograr una Venezuela más digna y justa, que se vuelva luz e inspiración para el mundo entero en estos oscuros y terribles tiempos que nos toca transitar.