A pesar del descontento a pesar de los problemas, de la crisis con su inflación, la inducida, y la otra, a pesar de la inseguridad, la corrupción y el desabastecimiento, a pesar de las cosas en las que no estemos de acuerdo con el gobierno democráticamente electo en Venezuela, no podemos rendirnos, no podemos abandonar de ninguna manera y por ninguna razón el espíritu revolucionario, antimperialista y anti neoliberal que ha inspirado nuestras luchas sobre todo desde aquella triste pero gloriosa fecha del 27 de febrero, digo gloriosa porque los venezolanos fuimos los primeros en revelarnos contra la dictadura imperial del neoliberalismo.
Podemos seguir criticando lo malo, los errores cometidos en estos años de revolución, y si queremos, podemos hacer catarsis echándole la culpa de todo al presidente Maduro o al “fracasado modelo socialista” pero eso no nos va a librar del futuro que el modelo neoliberal capitalista nos tiene asegurado, en caso de decidamos bajar los brazos y entregarnos.
Para saber cuál es ese futuro, en el terrible escenario de que el aguerrido pueblo venezolano decidiera por apatía o desencanto abandonar la lucha, solo debemos hacer un análisis crítico de cómo se encuentra el planeta, y el sistema mundo que las elites han instalado a sangre y fuego a través de los siglos. Cuando digo crítico, me refiero un análisis profundo, sin perder el concepto histórico de las cosas, y sobre todo sin dejarnos apabullar y confundir por los medios de comunicación al servicio de las corporaciones y sus elites dominantes.
Antes que nada, tenemos que entender lo difícil que puede llegar a ser el tratar de llevar adelante una revolución pacífica y democrática desde unas estructuras de estado burguesas y capitalistas, luchando contra las poderosas fuerzas de las mafias al servicio de las elites financieras que todo lo corrompen, y con una comunidad internacional manejada casi en su totalidad por una dictadura imperial global, que al menor signo de radicalización por nuestra parte, estaría dispuesta a atacarnos con todo lo que tiene!
Lo primero que debemos analizar, y tal vez lo más importante, es el aspecto económico del conflicto global en el que estamos sumergidos y como la mayoría de los problemas y las miserias de nuestros pueblos tienen que ver con un sistema perverso de colonialismo financiero internacional, que es un mecanismo de saqueo tanto legal (a través de la deuda externa permanente y a veces impagable) como ilegal (por medio de la fuga, el blanqueo y el ocultamiento de capitales en paraísos fiscales)
Aunque nuestras naciones han logrado ser millones de veces más productivas (en sus aspectos físico/biológico) que hace un siglo, todas nuestras riquezas han sido transferidas a los países centrales del imperio a través de la monetización de la economía, a costa de la pobreza, el sufrimiento de nuestros pueblos y una sobre explotación despiadada de nuestros recursos naturales, con terribles y catastróficos resultados para la madre naturaleza.
El problema principal, tanto en Venezuela, como en el resto de Latinoamérica es la total dependencia del dólar como moneda de acceso a los mercados internacionales, y en nuestro caso la casi total falta de una verdadera producción nacional, la mayoría de nuestros “empresarios” no producen nada, solo empaquetan y procesan materias primas importadas, o distribuyen artículos y productos importados.
Estas actividades han generado la creación de monopolios comerciales que tienen el poder de definir y legitimar los precios de la mayoría de los productos, convertir las ganancias en dólares, en nuestro caso por medio de la apropiación de la renta petrolera, y fugarla al exterior en complicidad con la gran mafia de la banca internacional y en muchas ocasiones, con la de funcionarios que se dejan corromper. Además estos monopolios criollos, junto a las transnacionales extranjeras que operan libremente en nuestro país, controlan la mayor parte de las redes de distribución.
SI recordamos bien, nuestras economías han sufrido crisis bancarias fraudulentas, muchas veces amparadas por gobernantes corruptos, que han debilitado enormemente las divisas nacionales, han provocado la pérdida de nuestros ahorros y el aumento de la deuda, generando una concentración de moneda extranjera que ha consolidado los monopolios económicos de las elites, en su gran mayoría estos capitales se han fugado, y siguen fugando, hacia el exterior. (Se calcula que anualmente se fugan de nuestros países por lo menos 430.000 millones de dólares, mientras que la inversión extranjera no llega ni a la mitad) Lo más triste es que a través de sus medios de des-información, nos quieren hacer creer que la culpa de la crisis es de los ciudadanos de a pie, por haber gastado de mas, o de los gobiernos progresistas, por haber invertido en el bienestar de sus pueblos en vez de seguir regalándole nuestras riquezas a las elites vende patria, quienes son, en verdad, junto a las corporaciones transnacionales y la fraudulenta banca global, los autores del permanente e inmenso saqueo, que es sin duda una de las principales causas de todos nuestros problemas.
Estos métodos de ingeniería financiera legalizan y perpetúan el saqueo de las riquezas de nuestros pueblos a través de las deudas permanentes con elevados intereses, y un acceso al crédito manipulado por las tres principales agencias de calificación de crédito, con sede en Nueva York, que son manejadas y responden a los intereses de los mismos acreedores de la banca global y sus fondos buitres.
Aunque el modelo capitalista está en crisis, es solo por medio del fraude, el crimen y las guerras que las elites y sus lacayos logran mantenerlo con vida. Para lograr seguir implantando este capitalismo corporativo de acumulación por despojo, las elites han venido implantando una “ignorancia manufacturada”, un proceso de despolitización y continua alienación de las masas. A través de sus industrias culturales, y las redes sociales, van poco a poco destruyendo la memoria histórica de los pueblos y nuestra capacidad de análisis crítico, convirtiéndonos en un ejército de zombis descerebrados, desesperados por consumir cualquier cosa que nos vendan las corporaciones.
Cualquier país que trate desviarse aunque sea un poco de este modelo de control fascista y depredador, es atacado, intervenido o invadido, y sus líderes demonizados, derrocados y muchas veces asesinados, la historia reciente está llena de ejemplos.
Aprovechando la baja de los precios de las materias primas, y el descontento generado por la continua crisis que desde el 2008 atraviesa el capitalismo, (crisis creada por ellos mismos y de la que salieron enormemente beneficiados) estas elites globalistas han desatado una feroz guerra contra todo modelo progresista que pueda servir de ejemplo a otros pueblos bajo el yugo dictatorial del imperialismo financiero, y que demuestre que otro mundo, con otra forma de relacionarse, es posible. Esta guerra, en nuestro país, ha tomado características muy complejas que junto a varios errores cometidos por el gobierno y el saboteo continuo de las fuerzas de oposición, nos ha sumido en una situación económica y de crisis de valores sumamente complicada, donde los que más tienen siguen beneficiándose y el ciudadano corriente ve como día a día se deteriora un nivel de vida que había aumentado continuamente en los casi 18 años de una revolución que comenzó un proceso de cambios graduales para favorecer a los mas desposeídos.
La democracia y el capitalismo no son compatibles, esto puede verse en la miseria y la desigualdad que el modelo neoliberal ha sembrado, en especial en los últimos años, el austericidio que se va implantando incluso en sus propios paises y el avance de las fuerzas totalitarias de extrema derecha en el mundo, especialmente en Europa y los Estados Unidos. El caso de Grecia, la cuna de la democracia, es digno de estudio, hoy esta nación se ve obligada a transferir todos sus bienes públicos por 99 años a la Unión Europea, todo el dinero de los rescates fue utilizado para pagarle a la banca europea y otros acreedores, y el pueblo obligado a la más terrible austeridad.
Hoy se crean amenazas inexistentes, y se fomentas algunas reales como el “terrorismo”, apoyado y financiado por las grandes potencias. Se desestabilizan y balcanizan naciones por medio de sangrientas guerras que solo benefician a los más poderosos y se obliga a las naciones a aumentar su presupuesto armamentista en detrimento de la inversión social. El peligro de un conflicto nuclear es hoy una posibilidad cada vez más real y los desastres y destrozos ambientales debido a la sobreexplotación son ya irreversibles. Todo culpa del “modelo” de desarrollo infinito del capitalismo salvaje.
Es por eso que no podemos rendirnos, no es tiempo de divisiones ni de reculeos, no podemos dejarnos confundir por las campañas de rumores y falsas noticias con las que quieren hacernos creer que todos en nuestro gobierno y nuestras fuerzas militares son corruptos y narcos. Tampoco nos podemos dejar convencer que todos los que se oponen al Chavismo bolivariano son capitalistas vende patria,(muchos solo están confundidos o totalmente alienados) ni que los venezolanos somos flojos y tramposos por naturaleza. Los venezolanos al igual que la mayoría de los latinoamericanos, somos gente de trabajo, creativos y rebeldes, y de una tremenda y calurosa calidad humana. Somos una esperanza para este mundo en crisis, y podemos seguir creando una alternativa al mal gobierno de las elites financieras racistas y fascistas y a su destructivo proyecto globalista.
Quizás por eso nos consideren una amenaza! La corrupción es un mal netamente capitalista, producto del afán de lucro y el egoísmo que este sistema promueve. La continua creación de dinero fiduciario, sin ningún respaldo y la total financiarisacion de la economía global, promovida por las elites financieras, lejos de crear empleo y trabajo, los destruye, solo tenemos que observar lo que realmente está sucediendo en Brasil y Argentina, desempleo, pobreza, una acelerada privatización de todos los bienes públicos y un aumento desbocado de la deuda con su respectiva fuga de capitales.
No nos equivoquemos, los banqueros, las corporaciones internacionales y sus lacayos, nunca han buscado ni buscarán el bienestar de las mayorías, su egoísmo exacerbado solo los impulsa al lucro desquiciado y sin ningún tipo de control.
Las ruinas de los edificios que vemos en las noticias, en Libia, Siria e Irak fueron alguna vez pujantes urbanizaciones de clase media, y muchos de los cientos de miles de desplazados que hoy escapan de las sangrientas guerras imperiales, fueron pujantes ciudadanos con un hogar propio y un futuro por delante y hoy se ven sometidos a todo tipo de vejámenes en las fronteras y en los terribles campos de refugiados. Deberíamos vernos en ese espejo.
Las Bandas paramilitares y los sicarios son el estado islámico de NuestrAmerica, no nos puede caber ninguna duda sobre las intenciones de caotizar nuestras sociedades, dividirnos y doblegarnos para poder continuar con su saqueo de siglos. Los desplazamientos forzados, los desaparecidos, el asesinato impune de miles de líderes campesinos y activistas sociales, son solo algunas de las formas de sembrar terror y despojarnos de nuestros territorios ancestrales.
Los latino Americanos, y en especial los venezolanos debemos estar muy atentos, percibir la realidad del momento histórico y no dejarnos confundir por la propaganda de los medios imperiales. En especial el pueblo venezolano, tanto de derecha como de izquierda, si queremos cambiar las cosas,( y hay mucho que cambiar todavía!) debemos empezar por nosotros mismos, acabar con el bachaqueo, el amiguismo y la alcahuetería, la compra y venta de dólares en el mercado ilegal, la especulación y la mal llamada viveza criolla, deshacernos de ese afán desmedido por el lucro, todos males sembrados en nuestras mentes por la “mala cultura” capitalista. Debemos sincerarnos, revisarnos y tratar de revivir nuestro amor por la patria y nuestro sentido de dignidad, ponernos de pie y luchar por nuestra integridad, nuestra soberanía y por la paz en nuestro país, paz que hoy está en alto riesgo en la región, al igual que en el resto del planeta. Pero sobre todo debemos cumplir con la constitución y PARTICIPAR en la defensa y la construcción de la patria.
Desde el gobierno, los funcionarios deben acompañar y facilitar la real transferencia de poder al pueblo, no basta con nacionalizar empresas o bancos, hay que socializarlos, volverlos transparentes, bajo estricta contraloría y con un estricto seguimiento.
Algunos de nosotros comprendemos que la situación geopolítica actual, requiere la toma de ciertos tipos de decisiones que a veces pueden parecer contradictorias para los revolucionarios más radicales, e incluso podemos aceptar que se duerma con el enemigo, pero solo bajo nuestras condiciones, NUNCA LAS DE ELLOS!
Lo que no podemos aceptar es la falta de impunidad, la falta de información sobre la situación de ciertos altos funcionarios que de pronto desaparecen del radar, después de haber sido responsables de decisiones que afectaron gravemente a nuestro país, algunos de ellos como en otras ocasiones, imagino aparecerán después acusando, mintiendo y confundiendo, siempre a la orden de sus amos imperiales. No podemos seguir tolerando el abuso de los dueños del capital, ni los desalojos forzados de campesinos y colectivos culturales, con participación de jueces y de algunos en la guardia nacional y las policías, incluso a veces con colaboración de funcionarios de gobernaciones. No podemos seguir aceptando el saboteo de algunos “empresarios” y sus monopolios vende patria, y la especulación de los comerciantes que se hacen cómplices de la trampa.
Necesitamos un estado fuerte y honesto que haga cumplir las leyes, y un pueblo consiente honesto y organizado que siga llevando adelante el proceso revolucionario.
Sigamos profundizando la revolución bolivariana! Con ética, con honestidad y con total entrega, como nos enseñó el comandante Chávez!