El asunto en Venezuela, no es de revolución, sino de administración, porque lo primero está referido a militancia e ideología, lo segundo a la estructura del Estado- Nación. Y movilización de los habitantes en una comunidad, los franceses y británicos, antes de convertirse en invasores, nos enseñaron a conformar desde la Revolución francesa el campo industrial y urbano en Comunas, es para defender a esas poblaciones de quienes se osaban cruzar sus líneas fronterizas, Gran Bretaña, colonizó a los norteamericanos y bajo el concepto de Dios avanzo hacia las colonias indígenas, desplazándolos de su territorio y quebrantando sus hábitos como costumbres. Hoy es la misma percepción, pero, las fuerzas de acción van dirigidas a controlar el sistema agroalimentario y energético
Lo increíble es que, su campo de defensa son los paramilitares y drones que cubren los cielos, con fines bien claros.
El gran problema en Venezuela, es el desconocimiento que tiene el Poder Judicial y la Corte Suprema de Justicia de su propia verdad, poco obedece a su legitimidad constitucional y se rige por los patrones de un partico político, creado para ganar elecciones ante la ignorancia del venezolano, pero nunca para crear un prototipo de Estado País.
Es una verdadera lucha de clases y de élites para preconizar el caos y determinar formas de conductas ambivalentes que, le permitan controlar las fuerzas públicas, ante los cuerpos de seguridad que ya se visualizan como parapléjicos y una GNB, que por carecer de focos estratégicos de dimensión territorial han equivocado sus planes de trabajo de resguardo territorial y cayeron en lo último, gasear a nuestros jóvenes y controlar el sistema agroalimentaria junto a un hampa desbordada a nivel nacional que, el presidente Nicolás Maduro Moros no desea abordar ese liderazgo ante la crisis del país que, precisamente no es económica, sino de desorden y de acción delincuencial frente a un paramilitarismo anclado en Venezuela desde hace aproximadamente cuarenta años y que tuvo su principio en el manejo de fronteras.
Me recuerdo, cuando niño que, con un arreo de mulas y burros, llegaban a Santa Bárbara del Zulia, Bobures, Caño de Agua, El Zamuro. Un grupo de hombres llamados forasteros a buscar alimentos, un animal unido a otro por mecates y guayas para cruzar el rio Chama, armados y le decían forasteros, provenían de la frontera. Hoy, es el mismo problema fronterizo y los mismos agentes cuidadores, la Guardia Nacional Bolivariana y los funcionarios aduanales, protegidos por el Seniat.
Es un solo ejemplo de la tristeza que nos agobia como indígenas y pueblo liberado por verdaderos Libertadores en la colonia.
Nadie, absolutamente nadie ha estudiado nuestra Constitución como debe ser. La escasez de investigadores es muy limitada y sí da una opinión eres contrario al oficialismo y catalogado como traidor. Un asunto absurdo en esta Venezuela Contemporánea. En una oportunidad, encontré en una vieja librería de un gran centro comercial, dos textos de colección referidos a los discurso del maestro y abogado Jóvito Villalba, él junto a Andrés Eloy Blanco, constituyen la verdadera imagen del antiguo Congreso Nacional, temario que fue asumido por el joven comandante Hugo Chávez Frías para tematizar y visionar el nuevo país, bajo el resumen de un novedoso campo ideológico, Socialismo del Siglo XXI y, que país no se determina en éste tiempo como socialista, somos nosotros, quienes lo destruimos al no respetar los valores y crear caos, porque las autoridades no son competentes, ni tienen a estructura para cumplir los planes trazados, ya todo existe, somo basta ejecutarlos.
Hay que troncar el camino a quienes contravienen la dirección del partido con actitudes adversas al sentir nacional, son traidores a un sentimiento de participación y el Pentágono norteamericano se alimenta de estas alimañas que poco racionalizan su contexto geopolítico. Aquí, no debe existir apasionamientos y sentimientos de difícil confusión o aclaración de términos.
La República Bolivariana de Venezuela es una sola, y quienes buscan dividirla en tres sectores políticos, deben ser enjuiciados como traidores de la patria y enviarlos a la Isla del Burro o la antigua Pica, sin derecho a la defensa. Atrás, están Francia- España, México- Estados Unidos de Norteamérica, Rusia, China- Irán Gran Bretaña. Todos, conformando una sola área de destabilización política y territorial
Son tres planes de guerra contra un indefenso territorio. La Constituyente no solventara esta situación, jamás ha existido el interés de hacerlo por arte del ejecutivo nacional. El comandante Chávez hizo demasiado, solo el programa ferrocarrilero le llevó mucho tiempo y fue paralizado en este gobierno del presidente Maduro, con la muerte aunada de sindicalistas de la construcción y metalúrgico apegados a ese programa. Nadie, se les ha ocurrido traer nuevos trenes al Metro de Valencia, (Carabobo), desde la época de Francisco, Paco, Cabrera. La gestión de Edgar Parra, solo sirvió para darle áreas territoriales de seguridad alrededor del aeropuerto o zonas deshabitadas a grupos familiares extranjeras que se dejaron infiltrar y controlar por el Estado Delictivo Las Iglesias Protestantes fueron las beneficiadas con suficientes terrenos y ya, sabemos que sus centrales son portavoces del Pentágono, alrededor de La Isabelica y el aeropuerto hay focos de perturbación pública, con anterioridad estas zonas reflejan su sensibilidad.
Así que, no hablemos gafedades, entregándole cédulas a extranjeros, territorios, es claro, que tenemos un buen número de paramilitares acantonados en el país y a través de La Misión Vivienda, muchos de ellos, han salido favorecidos.
Seamos optimistas, debemos ir a un cambio, pero, no con la actual estructura del gabinete y con un presidente que no se dejó respetar. En las colas de los sistemas bancarios es clara esa forma burlesca, algunos bancos cancelando diez mil bolívares y las maldiciones hacia la figura presidencial, implica muchas realidades y variantes, con un solo miramiento, su desplazamiento del poder dado por una mayoría de venezolanos, nacidos en esta tierra de lucha federalista. Así que estamos controlados y quién dirá la última palabra, Allup, Falcón o Julio Borges. Claros, traidores del sentimiento opositor venezolano. ¿Y, los nuestros? Quienes serán, ya lo sabemos.