La Tecla Fértil

La ANC, más imagen Show que argumentaciones de regulación sociopolítica

*La regla, en estos procesos electorales, es que todo lo prohibido es permitido.

Todos, aquellos que infraccionaron contra la República Bolivariana de Venezuela, no deben tener derecho a ser candidatos a alcaldes, gobernadores o funcionarios de jerarquía en alguna institucional del país. El pueblo, considera estar ya cansados de los principios continuos o de alternabilidad de estos hombres que aspiran de una u otra forma ser candidatos al ejercicio de la Presidencia de La República o, simplemente funcionarios.  Es que, estas infracciones, que van desde el orden público hasta la violencia deben constituirse en un delito de traición a la patria.

La Asamblea Constituyente, debe argumentar un conjunto de principios jurídicos que elevados a la Sala Constitucional,(TSJ), deben asentarse, vía sentencia en ley y no debe ser irrespetada por nadie, al igual que la inmunidad  parlamentaria, donde, solo el congregante debe ser protegido cuando cumple sus funciones jurisdiccionales y, en nuestro país- Venezuela- hay suficientes leyes para proteger al ciudadano, tenga nacionalidad venezolana o extranjera, de cualquier delito o acción contra motivaciones adversas al orden público.

A través del ejercicio electoral, el poder electoral dispone un conjunto de acciones que le da continuidad al ejercicio civil, contemplado en la Ley Penal o Civil. Incluso, al ejercicio presidencial.

La Asamblea Nacional Constituyente, debe esgrimir criterios válidos para su funcionamiento y atender los programas macroeconómicos del Estado Bolivariano de Venezuela, hasta los momentos su accionar es un profundo abismo, que, los electores solo deseamos una línea de continuidad en su lucha por construir al Estado- Nación. Pero, es una línea, una agenda económica- política que debe cumplir y las presiones que recibe, son peligrosas para el ordenamiento causal, a que fue llamada.

Mientras, el pueblo sigue en una profunda inseguridad social, hiperinflación, devaluaciones continuas y, niveles de pobreza y desempleo.

Todas las instituciones estatales son incapaces de actuar por sí solas. Sus directores, solo esperan la voz presidencial para actuar, resultan unos incapaces con autonomía en un solo pensamiento bolivariano. Los niveles e aceptación son mínimas, luego de ser elegidos para tal o cual cargo. En consecuencia, critican a los miembros del parlamento- antiguo Congreso Nacional- que son iguales que ellos, por la inexperiencia que tienen en los cargos.

Mientras esto sucede a la vista de todos y con la complacencia de los organismos llamados a evitarlo, por violar flagrantemente las normas que prohíben aprovecharse del poder para la campaña electoral, dentro del ámbito del sector privado ocurre algo similar. Nunca como hoy la empresa privada ha estado tan amigable con el gobierno ni los gremios, otrora contestatarios, han estado tan dóciles y complacientes. Es muy posible que se deba al hecho de que poderosos empresarios han estado a las puertas de la cárcel y de que la dirigencia gremial ha sido descabezada y acusada en los tribunales. Lo destacable es que, contrario a lo que acontecía en gobiernos anteriores, desde estos sectores solamente se escuchan aplausos y felicitaciones para el gobierno, aunque resulte patente la persecución en su contra, como el hostigamiento fiscal en el caso de los empresarios.

En contraste, los candidatos de la oposición tienen que luchar contra el embravecido oleaje de las conspiraciones en el seno de sus partidos, promovidas, evidentemente, desde el gobierno, contra las veleidades de algunos líderes y contra la reticencia de quienes ayer, desde la empresa privada, solícitamente contribuían, proporcionalmente, con todos los candidatos y hoy, presas de pánico, creen, que, de hacerlo, serían víctimas de la cólera presidencial.

La MUD- unidad, es un nido de chismosos. La traición, late en sus cuevas.

En el escenario político, su papel ha sido transparente, proyecta un  modelo político ha implantarse en el Estado, ante la vulnerabilidad, en éste caso, de nuestro sistema jurídico- político, hay fragilidad en nuestras instituciones y una gran incapacidad de la sociedad política, civil y económica frente a los abusos de alianzas extranjeras que hacen vida activa en nuestro seno, pero, también es preocupante que el venezolano es una vasija vacía y poco se preocupa por luchar por los ideas del país, sean de derecha o de izquierda.

De ser así, bien merecido lo tenemos



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Emiro Vera Suárez

Profesor en Ciencias Políticas. Orientador Escolar y Filósofo. Especialista en Semántica del Lenguaje jurídico. Escritor. Miembro activo de la Asociación de Escritores del Estado Carabobo. AESCA. Trabajó en los diarios Espectador, Tribuna Popular de Puerto Cabello, y La Calle como coordinador de cultura. ex columnista del Aragüeño

 emvesua@gmail.com

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