Culminación de la farsa

El chavismo es un sainete con ribetes de farsa."

Domingo Alberto Rangel

La Asamblea Nacional Constituyente acordó la realización de un Referendo para la aprobación de la nueva Constitución surgida de su seno. Era la guinda que le faltaba al coctel para culminar la farsa. Es de suponer cuál será el resultado de dicho Referendo, que no es lo importante, sino, el aparentar la culminación de un evento "democrático" que, deja de serlo, desde el mismo momento que se convoca a la Asamblea Nacional Constituyente sin la consulta popular.

El resultado final de este bodrio constituyentista no interesa, por cuanto, según declaraciones de sus proponentes, la ANC no fue convocada para elaborar una Nueva Constitución que remplace a la "mejor Constitución del mundo", sino, para perfeccionarla. Lo que no se dice ni se puede decir es, que fue convocada para darle visos de legalidad al golpe de Estado que le permita a Maduro tener poderes plenipotenciarios hasta la fecha de finalización de su mandato, para confrontar la avalancha multitudinaria de protestas a escala nacional por hambre, escasez, carestía, inflación, desempleo, parálisis del aparato productivo, quiebra de la economía, ruina y desastre nacional de los servicios de todo tipo y repudio al entreguismo de las riquezas del país (empresas mixtas, Arco Minero, CAMIMPEG). Además de la condena de la comunidad internacional por la abierta violación de las normas democráticas. La ANC fue convocada con un solo objetivo, legalizar el golpe de Estado que le permita al chavismo culminar el período presidencial de Maduro. Golpe de Estado que rompe con la fórmula tradicional y se acoge al nuevo esquema experimentado en Honduras, Paraguay y Brasil. El que hace la Ley hace la trampa. Las leyes están sometidas a la interpretación de quien tiene el poder. La democracia es asunto de conveniencias. La democracia se ajusta al interés circunstancial del gobernante de turno. Tan democrático era Pinochet, como lo es Maduro. Es asunto de conveniencias o de interpretaciones.

La idea de la Constituyente originaria no es del chavismo. La idea surgió de la Asamblea Nacional mudista -nombre que le viene por el mutismo, timidez de Ramos Allup - la cual, al tener mayoría, pretendió hacer del gobierno chavista, borrón y cuenta nueva. Eran tales las pretensiones de dominio de los diputados de la MUD, estaban tan llenos de venganza contra el chavismo, que el odio los cegó y dejaron de hacer lo que tenían que haber hecho: convocar el Revocatorio ¿Que era más fácil, el Revocatorio o la Constituyente? En lugar de seguir el sencillo camino constitucional del Revocatorio, deliraron por la Constituyente. Invirtieron el orden: primero el Revocatorio y una vez liquidado el gobierno madurista, proceder a convocar la Constituyente para "perfeccionar", conforme a sus intereses, la Constitución "más perfecta del mundo". Durante 200 años de vida republicana, siempre el bando que llega al gobierno, con la consiga de cambio, elabora su Constitución, adecuada a sus intereses. En los últimos 70 años Venezuela ha tenido cuatro Constituciones (1946, 1952, 1961, 1999) y vamos para la quinta, en caso de ser aprobada, la nueva Constitución por el referendo acordado por la ANC. Lo cual es secundario, por cuanto el interés que priva, es la permanencia de Maduro en el gobierno, dos años más. De esa manera, el Referendo aprobatorio, es la culminación de la farsa. A partir de ese momento al chavismo se le cierran todos los caminos, para, de manera definitiva, ser enterrado en el abismo de sus inconsecuencias e incapacidades.

La Asamblea Nacional mudista, en lugar de concretarse a la realización del Revocatorio (1976), lanzaron la idea de Asamblea Nacional Constituyente Originaria. Realizar el Revocatorio contra Maduro, era más fácil que pegarle un tiro al suelo. Pero, como dicen por ahí, "la avaricia rompe el saco". Por esa causa, el país, en su momento, no salió de Maduro y se encuentra ahora sumergido en esta audaz, pero temeraria dictadura de la ANC. La medicina que la MUD pensaba aplicarle al chavismo para liquidar sus elucubraciones revolucionarias, bolivarianas y socialistas, es la misma que ahora el chavismo le suministra al país con la atroz dictadura. La Constituyente chavista no fue convocada para elaborar una nueva Constitución, ese cuento vale para la galería. Fue convocada como fórmula para perpetuase en el gobierno o al menos culminar el periodo de Maduro.

El que la ANC haya acordado la realización del referendo aprobatorio, de la nueva Constitución, es simple anuncio para aplacar la condena de la comunidad internacional por la violación de los derechos humanos. Es aparentar el retorno a la democracia. Es aparentar que existe el juego electoral. Es aparentar la legalidad del fraudulento proceso que condujo a la realización de la ANC. Es lo que Juan Pablo Pérez Alfonso denominaba las dos Venezuela: la de las apariencias y la de las realidades.



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León Moraria

Nativo de Bailadores, Mérida, Venezuela (1936). Ha participado en la lucha social en sus diversas formas: Pionero en la transformación agrícola del Valle de Bailadores y en el rechazo a la explotación minera. Participó en la Guerrilla de La Azulita. Fundó y mantuvo durante trece años el periódico gremialista Rescate. Como secretario ejecutivo de FECCAVEN, organizó la movilización nacional de caficultores que coincidió con el estallido social conocido como "el caracazo". Periodista de opinión en la prensa regional y nacional. Autor entre otros libros: Estatuas de la Infamia, El Fantasma del Valle, Camonina, Creencia y Barbarie, EL TRIANGULO NEGRO, La Revolución Villorra, los poemarios Chao Tierra y Golongías. Librepensador y materialista de formación marxista.

 leonmoraria@gmail.com

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