Fuimos a juramentarnos desde la mañana, llegamos primeros los que trajeron desde lejos, los que no están nunca, los que viste formando algarabía y llamaste la atención para que se concentraran en lo que estábamos haciendo algunos, otros no. Entre los que viste tú, los que vi yo y los que vieron cada uno de los que fuimos a juramentarnos de verdad, eran bastante.
Les pido amigos míos insistir en el juramento, no todos lo hicimos de verdad, la revolución no puede hacerse con juramentos chucutos, con juramentos incompletos.
Tenemos que buscar que nuestro juramento sea del alma, que dejemos de arrastrar esos vicios recalcitrantes que tanto daño han hecho a la patria y empecemos a meterle lavado a nuestros lideres para que boten todo lo podrido que tienen por dentro y sepan: que esta revolución no es como la de los adecos, que se deshizo en el tiempo porque no se alimento la conciencia del hombre y dejamos que el tiempo nos tragara dos generaciones completas y hoy estamos pagando las consecuencias de no haber parado el desastre a tiempo.
Envenenaron con droga una parte de nuestra población, que según encuestas hoy en día la consume el 30 por ciento de nuestra juventud, sin contar la penetración cultural que tiene el imperio en nuestra patria, obstruyendo la formación de valores.
Yo quiero insistir en el esfuerzo de fortalecer con un amor superior al que hasta ahora hemos tenido, es importante que el esfuerzo se multiplique, una revolución no esta completa hasta que la mayoría de sus miembros no este dispuesta a defenderla con la vida.
Compatriotas que tienen responsabilidad en este proceso (todos), yo quiero hacer un llamado como lo hace el HOMBRE QUE EMPUJA, si en verdad queremos patria, tenemos que trabajar por ella.
Vamos es necesario ayudar en la construcción del hombre nuevo y a su alrededor la patria, de que sirve una patria si no tenemos hombres dignos que la representen.
EL HOMBRE QUE EMPUJA y la mayoría de este bravo pueblo quiere patria y estamos invitando a los que no han entendido, que es necesario hacer un esfuerzo para tenerla y luchar por ella, que vengan con nosotros, pero limpios de conciencia y de espíritu, para luchar por lo que nos merecemos.