Se acercan las elecciones municipales, ya en pocos días tendremos un nuevo mapa político en el país en materia de las regidurías en los municipios, lo novedoso, como debe ser, son los candidatos del PSUV. En la mayoría de los municipios hubo renovaciones importantes, sobre todo porque se incorporó a jóvenes patriotas que sin duda representan una esperanza para la consolidación de la revolución en los principios del socialismo bolivariano que no es otra cosa que una constante transferencia del poder al pueblo, punto que desarrolló Chávez con su aporte del socialismo territorial que establece al ser humano como un ser que crece en la medida que crece el colectivo y éstos se interconectan hasta copar todo el territorio. Pero hay algo mucho más valioso desde el punto de vista de esta consolidación de la revolución, se trata de llevar a la práctica una nueva forma de hacer y ejercer la política y el poder. Si algo caracteriza al chavismo es precisamente que se trata de una corriente que propugna una vía para hacer la revolución en donde el centro protagónico es el colectivo más que la individualidad, sin negar el perfil individual que se destaca gracias a sus capacidades, verbigracia el propio Chávez. El Chavismo, es la síntesis de profundas creaciones humanas que se acercan a la teoría marxista propiamente al llevar a la práctica de una manera heterodoxa la teoría liberadora con la práctica en el ejercicio del poder de una manera no ortodoxa, apegada a la idiosincrasia. El Chavismo representa muchas cosas que nos circundan, que forman parte de nuestra identidad como pueblo; que nos conecta históricamente con luchas ancestrales y que se nutre de las corrientes universales pero tomando como vértice principalísimo lo nuestro, lo propio.
En este orden de ideas, así como rescatamos la esencia del cristianismo, pero no de la boca para afuera, sino en la práctica diaria, nuestras luchas aborígenes están en el centro de la batalla de hoy. Lo del cristianismo se expresa cuando vemos los programas de protección al pueblo que ha lanzado el presidente Maduro a través del carnet de la patria, es la esencia más cristiana que hayamos visto en el ejercicio del poder alguna vez en nuestro país, quien diga lo contrario que lo demuestre.
Sin duda que Chávez es el creador de todo esto, el propulsor de una teoría macerada con la práctica y el ejercicio del poder, pero sin duda Maduro ha sido el alumno aventajado en este sentido. Maduro avanzó con pasos agigantados en este particular, para ello se apoya en la tecnología, pero también avanza en lo referente a una nueva forma del ejercicio del poder y de aquello que llamó Chávez el MANDAR OBEDECIENDO, es decir, el poder obediencial. Esto nos lleva a una visión integral del tema y colocamos en el centro al que más derecho tiene de ser atendido con prioridad. Es decir, el ciudadano más golpeado, el más pobre, el más excluido es quien tiene más derecho, aunque todos tenemos derechos, esto debe desparramarse hacia la actividad política y ya se pone en la práctica al coptar a candidatos y candidatas que seguramente en unas elecciones internas no hubiesen llegado a ser candidatos y candidatas, no porque sean malos, sino porque se hubiesen impuesto las maquinarias internas en manos actualmente de quienes detentan poder.
Hago esta introducción para adentrarme en el tema de lo que debe ser, a mi manera de ver, el proceso municipal de consolidación de la superestructura del poder chavista en un ámbito súper importante como son los municipios. Ese concepto tradicional del ejercicio del poder local no puede ser concebido en los cánones tradicionales del ejercicio casi omnímodo de una persona, el alcalde. Los alcaldes y alcaldesas, en sus competencias tienen concentrado el poder, claro está, la llamada descentralización fue concebida por la burguesía cómo un vulgar reparto del poder entre los distintos factores de la política nacional, la revolución bolivariana heredó toda una maraña de viejas prácticas que han permeado y se han mantenido en el tiempo. Poco o nada se ha avanzado en cambiar esta forma de gobernar, y las alcaldías, sin quererlo, algunas veces, queriendo otras, se han convertido en muros de contención al poder originario del pueblo, es decir, tenemos años arrastrando un peso muerto muy grande que nos imposibilita avanzar en la organización popular para que ejerza el poder.
La naturaleza de las alcaldías chocan con la propuesta chavista de las comunas; los alcaldes muchas veces están más pendientes de cómo mantenerse en el poder y otras tantas se convierten en enemigos en la práctica de la propuesta chavista de la transferencia del poder al pueblo. En torno a los alcaldes y alcaldesas se nuclean grupos que jalan en sentido contrario a la propuesta del poder popular, entonces se convierten en tutores, colocan en esas responsabilidades a cuida puestos y no a verdaderos revolucionarios que se liberan y ayudan a liberar al pueblo para que éste vuele y se empodere como debe ser.
Pues como todo lo que tiene que ocurrir bajo del sol tiene su hora, pues llegó la hora y nada mejor que una buena camada de jóvenes para que asuman esta tarea. Ellos tienen la voluntad, tienen la capacidad, tienen la fuerza necesaria para echar a andar una profunda revolución local a través de las alcaldías. Necesariamente esto debe ir hacia allá, lo contrario sería abortar un proceso que no puede estancarse so pena de pagar las consecuencias y caer en desviaciones peligrosas. Viendo el panorama de las candidaturas, y teniendo la certeza de un triunfo arrollador de las fuerzas chavistas, solo queda tener clara la táctica y la estrategia para hacer realidad aquello de convertir las alcaldías en puntales para la transferencia del poder al pueblo organizado.
El presidente Maduro ha hablado de la municipalización del carnet de la patria, este instrumento no será la panacea, pero si será una herramienta poderosa en avanzar en la organización del pueblo. Obviamente que el pueblo debe elevar la capacidad organizativa a través de los distintos instrumentos, para lograrlo, sin embargo, debemos tener en cuenta que esto será exitoso en la medida que se aplique aquello de que lo principal es la orientación más que el tutelaje que termina siendo subyugación; tampoco podemos correr el riesgo de caer en el desorden y el bochinche, tan característico en nosotros, algunas veces por conveniencia, la mayoría de veces por falta de conciencia. La orientación es para ayudar a liberar, eso se logra con una profunda consciencia política y con un elevado colectivo del nivel político revolucionario de todo el pueblo, incluyendo al que hoy vota por la oposición, sin exclusión, sin egoísmos, sin sectarismos, allí nos falta mucho y debemos armarnos de valor para lograrlo. Nadie mejor que los alcaldes y alcaldesas para liderar este proceso. Que nuestros alcaldes y nuestras alcaldesas tengan mucha claridad en este sentido es vital; que no se consuman en la cotidianidad del montón de problemas que afectan a las alcaldías y los municipios, que no se dejen atrapar por los grupos que medran en torno al poder local y comienzan a decirte... "de aquí pa' la gobernación"... "de aquí a la repetición". Toda alcaldesa y alcalde que tenga ese entorno fracasará indefectiblemente en esta tarea, si se deja atrapar por grupusculos y sectarismos el fracaso será inminente, ojo con ello.
Resolviendo el problema de la organización popular poderosa, lo demás es tarea sencilla, de eso no tenemos duda. La organización popular garantiza que nos preparemos para afrontar la batalla más dura. Cambiar la cultura política de la derecha, es decir, la cultura política capitalista para avanzar a una nueva cultura, la cultura política chavista, cuyo centro está en servir, servir a la gente, así de sencillo. Quien ejerza el cargo de alcalde no puede pensar que es un beneficiario del poder, al contrario, es el principal responsable, es el más sacrificado, es el centro de esta batalla contra el capitalismo. Dura como todas las batallas, pero ésta será en grado superlativo.
El país en su conjunto posee grandes riquezas naturales, enormes posibilidades, pero lo más importantes es la inversión que hacemos en la fortaleza del recurso humano, en parir al hombre y a la mujer nueva, que éstos corten el cordón umbilical con el pasado, con la vieja forma de hacer la política y el ejercicio del poder. Sencillamente se trata de formatear el disco duro, pero no solo es eso, se trata también de avanzar y recargar ese nuevo disco duro con la esencia teórica chavista, que es, como dijimos, un compendio de lo más avanzado en el planeta en materia de teoría revolucionaria para la acción revolucionaria enmarcada en un mundo convulso, complicado y donde la mente es el centro de la batalla, tengamos esto en cuenta por cuanto conspira contra la esencia teórica chavista.