Se oye con alguna insistencia, que los pueblos de América Latina están en una lucha contra la dictadura del capital. No deja de ser cierta esta versión. Sin embargo, en ese grupo o en esa lucha no corre el progresismo que hace vida y gobierno en esta parte del continente. El progresismo pretendió un imposible. Ha intentado darle un rostro humano al capitalismo, pero finalmente, el alacrán le hundió la ponzoña a la rana.
El progresismo viene perdiendo terreno con la derecha. Está Dilma, Lula en Brasil y ya se conoce lo acontecido en Argentina. El progresismo se creyó que el problema era la pobreza y que la solución era un paquete de bolsas.
Desde Venezuela se exhibe como un trofeo el acuerdo de paz logrado entre el gobierno de Manuel Santo en Colombia y la FARC-EP. Chávez, de acuerdo con la versión que circula, es uno de los artífices de esta paz. Buena la paz y bienvenida la paz.
No sé ahora, cuántas vidas de luchadores sociales se han perdido en Colombia después de este acuerdo. Parecen que son bastantes. Supongo que la dirección política de la FARC-EP realizó las evaluaciones de este acuerdo y consideró que esta lucha no tenía posibilidades de éxito y era beneficiosa para la FARC-EP y para avanzar en la lucha social en Colombia. En consecuencia; el acuerdo era la mejor opción para la dirección política de la FARC-EP.
Tengo dudas ahora de las verdaderas intenciones de este acuerdo de paz. Dudo de las intenciones de esta paz, considerando las intenciones de Estados Unidos. Estoy como tentado a pensar, que este acuerdo de paz, tiene su respectivo piquete. En Colombia, las heridas de la guerra son muy profundas y aunque el acuerdo consumió su tiempo y hubo su respectivo rechazo por parte de la oligarquía colombiana; la paz ganó. ¿Por qué allá si con el esfuerzo de Chávez y de Venezuela y por qué aquí no, con menos heridas que en Colombia?
La paz que supuestamente beneficia a la FARC-EP y a la lucha social en Colombia, no parece tener el mismo sentido para Venezuela. La “Paz” allá es como un alivio para el gobierno Colombiano para servir mejor a la política de EEUU contra Venezuela.
No sería una aventura afirmar, que la paz en Colombia es como una estrategia en el proceso de retorno de la derecha en América Latina y otro golpe al progresismo en esta parte del continente.