El título de este libro, "El Evangelio según San George", escrito por Eliades Acosta Matos, Ex Presidente del Consejo de Directores de la Asociación de Estados Iberoamericanos para el Desarrollo de las Bibliotecas Nacionales (ABINIA), no tiene nada que ver con el tema cristiano de nuestra Semana Mayor. Se refiere más bien al pensamiento oculto del movimiento neoconservador norteamericano, nueva religión laica del imperio, que es desentrañado desde sus orígenes en el texto indicado, donde se explica la influencia de este movimiento, durante la administración guerrerista del nefasto George Bush, después de los trágicos sucesos del 11 de septiembre de 2001, clave para comprender la locura del actual monarca imperial y de los acontecimientos propios en nuestro país.
Lo más increíble de la rigurosa investigación realizada por Acosta Matos es haber precisado la conexión entre el movimiento neoconservador norteamericano, instalado en la Casa Blanca después del 11 de septiembre, con los fundadores en los EEUU de la izquierda comunista o trostkysta. Cito a Acosta Matos: "… los fundadores del movimiento se pasaron al campo enemigo con armas, bagajes y las tácticas de lucha aprendidas a las que han seguido dando uso, cambiándoles apenas el signo y volviéndolas contra sus antiguos camaradas."
En Venezuela pasó lo mismo, después de la derrota en el 60 de la lucha armada, con los que saltaron la talanquera del socialismo al neoliberalismo entre quienes se encontraban casi todos los integrantes de la Dirección Nacional de la Juventud Comunista en 1958, con algunas excepciones, y también parte del Buró Político del PCV con Teodoro Petkoff y Pompeyo Márquez a la cabeza quienes terminaron instalados en Miraflores con Rafael Caldera. Estos procesos históricos nacionales e internacionales hay que estudiarlos muy bien para correlacionarlos con la disidencia de la revolución bolivariana aplaudida por el imperialismo norteamericano.
Es el caso del ex jefe militar defendido y reclamado sospechosamente, el 22 de marzo de 2018 por la confusa petición del Gremio Nacional de Abogados norteamericano (National Lawyers Guild), donde seguramente la CIA debe tener metida su mano en cumplimiento del pacto acordado entre ambas partes. A este apoyo internacional, al ex jefe de inteligencia policial, se suma el del ex gerente petrolero quien se encuentra fugitivo, en plena actividad conspirativa contra el sistema democrático y constitucional. Este angelito pareciera que anda buscando indulgencia con escapulario ajeno. No hay mejor forma de congraciarse con el imperio, por quienes apenas cambiaron el signo de sus luchas, que unirse a la cruzada de la derecha internacional contra la revolución bolivariana.