El antichavismo y el antimadurismo son reacciones similares de la oligarquía y el imperialismo contra la revolución bolivariana. Cuando el Gigante alcanzó su máximo esplendor había incubado, sin excluir a significativos sectores populares, afortunadamente una minoría, el mayor de los odios que la burguesía le haya profesado a Presidente alguno en Venezuela. También nuestro Libertador, Simón Bolívar, fue vilipendiado por la oligarquía Bogotana y Caraqueña apadrinadas por Santander y Páez. Igual que hoy también sectores del pueblo están contaminados por el odio de las clases dominantes.
La memoria es frágil y cuando uno ve la cayapa antimadurista, protagonizada por la derecha nacional e internacional, olvida que lo mismo o peor ocurría con Chávez quien los volvió locos, sin cambiar el sistema, con sólo anunciar sus propósitos revolucionarios. Es una necedad tratar de medir con un odiómetro la menor o mayor cantidad de odio acumulada contra Chávez o Maduro por sus enemigos, pero sí hay que precisar, por parte de sus adversarios, su misma procedencia, iguales métodos y la incapacidad para arrodillar a las mayorías populares a su favor.
No se puede ser chavista y antimadurista al mismo tiempo, eso no tiene ninguna lógica, pero la oposición, dentro de su perversidad maquiavélica, se encarga de estimular ese contrasentido absurdo y algunos indecisos que tienen dudas, diferencias y resentimientos con la revolución bolivariana lo asumen sin discernimiento. Chávez y Maduro no son iguales, no lo son ni los hermanos gemelos. Entonces es natural que dentro de la revolución bolivariana se hagan críticas y comparaciones, pero poner a Maduro de enemigo principal hasta el punto de propiciar su derrocamiento eso es otra cosa, eso no tiene sentido sino para los que son antichavistas por la calle del medio.
El mayor parecido entre Chávez y Maduro, si eso puede servir de algo para la consideración de los confundidos, es que ambos, el Comandante y su pupilo, tienen los mismos enemigos. En el plano internacional más claro no puede estar. Los enemigos de Maduro, que los fueron antes Chávez, son principalmente EEUU, Israel, la OTAN y las oligarquías latinoamericanas, agrupadas ahora en el Grupo de Lima. Por otra parte los eternos amigos de Chávez son los mismos de Maduro, Rusia, China e Irán además de Cuba, Bolivia, Nicaragua, el Caricon y los que ya no están en funciones de gobierno Cristina, Lula, Correa, Pepe Mujica, Lugo y Zelaya.
Yo no sé pero todos los chavistas que conozco quienes ahora son virulentos antimaduristas están sollozando por la herida de haber perdido cargos y prebendas o están frustrados por no haber conseguido las posiciones de poder que aspiraban. Lo que sí hay es muchos revolucionarios, entre los cuales me cuento, que apoyamos a la revolución bolivariana y a sus dirigentes, sin dejar de tener posiciones insumisas ni subordinadas a ningún centro de poder político que no esté totalmente parcializado con los intereses emancipadores de las clases populares identificadas con el socialismo y el antiimperialismo.