4.- MARIÁTEGUI Y LA REVOLUCIÓN BOLIVARIANA
El principal acercamiento entre el esfuerzo teórico-político de José Carlos Mariátegui y la Revolución Bolivariana reside en el punto de partida de ambos: la reelaboración de un pensamiento propio, nacido de las especificidades del Perú en un caso y de Venezuela en el otro. A partir de allí se desprenden búsquedas, encuentros y desencuentros con las teorías universales vigentes; interpretación del Perú; redescubrimiento de Venezuela; identificación del papel de las grandes mayorías, de la mujer, del indio, del hombre, del imperialismo. Es mediante la construcción de ese pensamiento original, interpretando el marxismo según la particularidad peruana, que Mariátegui va hacia el descubrimiento de la historia, la tradición e importancia del Incario. La dignificación del indio, la reivindicación de su historia. De igual modo, es esa particular manera de asumir la obra de Marx que lo conduce al humanismo marxista, puente de comprensión entre las ideas avanzadas de la Teología de la Liberación, la Ecología, el Humanismo, el respeto a los géneros humanos, entre otros, y las propuestas de Liberación Nacional. Así mismo, es en ese redescubrir al Perú, su historia, su economía, su sociedad, la desigualdad de clase y la alianza de clase entre los sectores burgueses y el imperialismo, que Mariátegui entenderá que la única forma del Perú y Nuestramérica ser libre, soberana y autónoma es enmarcando su acción en un programa de liberación anti-imperialista, socialista e indo-americano.
En el caso de la Revolución Bolivariana encontramos que ese punto de inicio –la reelaboración de un pensamiento propio, en este caso, el bolivarianismo-, dará continuidad a su proceso histórico y sentido de pertinencia: la lucha de hoy es la misma emprendida por Guaicaipuro y los suyos, José Leonardo Chirinos, Bolívar, Zamora. Es el inventario del largo peregrinar de las masas populares bajo el sometimiento de los oligarcas, desde Páez hasta Gómez y desde el primer Betancourt hasta el último Caldera. Es el reconocimiento de las minorías indígenas, de los negros, de los explotados de siempre. Encuentro con el hombre, con la mujer de carne y hueso, dándole ese carácter humanista al proceso bolivariano. También es la lucha contra el imperialismo y el esfuerzo por la integración latinoamericana.
Otro aspecto interesante cuando observamos la relación entre la obra de José Carlos Mariátegui y el proceso venezolano, esta en lo que respecta la elaboración de la teoría de la revolución. Mariátegui subraya la correspondencia entre el hecho revolucionario y la continua reelaboración de la teoría revolucionaria (El marxismo como una filosofía de la historia apta para enriquecerse con otras vertientes filosóficas). Proceso de teorización de la praxis como conjunción de elementos objetivos y subjetivos, de necesidades y exigencias en consonancia con lo dialéctico-histórico dado, que forma y conforma la totalidad social como síntesis del decurso histórico y discurso teórico. Permitiendo la misma afirmarse o sucumbir ante los nuevos agregados teóricos-prácticos. Disposición de la voluntad de acción para la transformación en la transformación, como un proceso individual y colectivo que no termina en la incorporación al aparato, el partido o movimiento, sino que es allí donde ha de iniciarse. Estableciéndose un paralelismo entre; la realidad histórica-social (incluyendo en ella la teoría, el arte, lo ideológico, lo social, lo económico) y el hombre, ambos en dialéctica armonía revolucionaria. Revolución en la revolución que incluye no solo la teoría, la realidad, sino fundamentalmente al sujeto que sintetiza la totalidad concreta en el cambio. Históricamente, los inicios de los años 20 del siglo pasado, constituyeron un instante relevante de ese proceso, expresado en hombres como G. Lukács, K. Korsh y A. Gramsci, entre otros, y silenciado por la instauración de la ortodoxia soviética.
En la Venezuela Bolivariana, si bien no existe una reflexión explicita, es evidente un proceso de elaboración teórica al fragor de la práctica política, del voluntarismo que caracteriza al líder del proceso y en ese contexto, existe la apertura a propuestas y tesis que enriquezcan la profundización del proceso de liberación. Por supuesto que se dan casos de obstáculo, de menosprecio por el estudio, por la formación crítica, sin embargo apostamos que mas temprano que tarde, este déficit del accionar político revolucionario se convierta en uso cotidiano tanto del militante de base como del dirigente local, regional o nacional.
En los tiempos de Mariátegui (1918-1926), el imperialismo Yanqui no había alcanzado la fortaleza actual, de allí que silenciar y aislar su aporte, vino mas por sectores “identificados” con la revolución social, pero cargados de ortodoxos y deficientes métodos para la comprensión de la realidad peruana y latinoamericana en general. Sujetos, que sin proponérselo sembraron el camino hacia la liberación de desconcierto, confusión y escepticismo en las masas NuestrAmericanas, dejándolas en manos de la socialdemocracia, social-cristianismo, militares golpistas y fascistas. Fue brutal el peso específico de la III Internacional, su burocratismo, concepciones y occidentalismo. En la actualidad, la fuerza del imperialismo es innegable, sin embargo el peligro, la amenaza, paradójicamente tiene su asidero en el seno mismo de la Revolución Bolivariana; en la presencia de rasgos de la vieja cultura política adeco-copeyana, con su secuela de: clientelismo, paternalismo, coyunturalismo, oportunismo, corrupción y burocratismo, además de una especie de culto a seudo valores propios de la decadente cultura occidental. Evidentemente, no existe una suficiente valorización de la teoría, de la construcción en conjunto, de la investigación para la participación, para la revolución. No se ha interiorizado en lo individual y colectivo el contenido de la propuesta Bolivariana, es más, en algunos sectores se desconoce, tergiversa o personaliza.
Por último, y guardando la distancia del caso, salta a la vista los elementos coincidentes entre el pensamiento del Libertador Simón Bolívar; los Aportes teórico-políticos de Mariátegui y la actual búsqueda de la Revolución Bolivariana. Ese “no ser calco ni copia” de Mariátegui es el eco de aquel “inventamos o erramos” de Rodríguez. Ese transito desde la realidad del Perú hasta la propuesta de una revolución indo-americana, es el mismo que se constata en la lucha bolivariana contra el imperialismo y por la integración latinoamericana.
El esfuerzo Mariateguista, siempre estuvo dirigido porque el hombre común del Perú se descubriera victorioso, digno, histórico. La Revolución Bolivariana en boca de Chávez y en la práctica de sus seguidores, es un solo canto de reivindicación de sus raíces populares. Y así como Mariátegui, en su tiempo, reconoce el avance de Europa, mientras reivindica la especificidad latinoamericana, de igual modo hoy, la propuesta bolivariana reconoce el adelanto de la técnica y la ciencia occidental, asumiéndola como producto de todo el esfuerzo de la humanidad y que debe estar al servicio de los pueblos para su desarrollo, bienestar y disfrute de una vida digna.
Esperamos que este sencillo aporte permita sopesar cuanto de trascendencia alcanzaría la Revolución Bolivariana al integrar, no solo el pensamiento de José Carlos Mariátegui, de José Martí, Farabundo Martí, Sandino, Zapata, Eliécer Gaitan, sino de muchos otros Nuestroamericanos silenciados por la cultura pro-imperialista de tantos lacayos nacionales y por la comodidad del pensamiento único que impone el imperio. Esperamos también contribuir, de esta manera con el debate necesario sobre la vigencia del Socialismo, que en nuestra perspectiva tiene, desde hace muchos años una connotación inocultable: SOCIALISMO NUESTROAMERICANO, que entre otros elementos constitutivos contiene; el Marxismo Crítico Latinoamericano, el Cristianismo Liberador, el Bolivarianismo Revolucionario, la Resistencia Indígena, la Resistencia Afro-americana, los Pensamientos Regionales, el Humanismo Marxista y otros tópicos llamados a ser debatidos y profundizados.