"La libertad es siempre la libertad de aquellos
que piensan de otra manera"
Rosa Luxemburgo
Uno de los aportes más brillantes del pensamiento de Marx es la reivindicación de la crítica como arma revolucionaria. El pensamiento de la izquierda hegeliana centraba la crítica como mera especulación contemplativa y la a través de la cual el "espíritu" transformaría la historia debido a un determinismo social. La actividad humana tan sólo es una actividad contemplativa presa por un determinismo social, según el cual la revolución socialista sería obra y gracia de la "historia", es decir una historia movida por una dialéctica "mística", profética.
Justamente el aporte de Marx al pensamiento socialista y en especial a la revolución de la clase obrera consiste en ubicar al papel del hombre en la historia como actor de su propio destino, pero no al hombre "abstracto" sino al hombre concreto producto de la organización social capitalista que lo determina en clases sociales, una dueña de los medios de producción y la otra, la clase obrera, dueña sólo de su fuerza de trabajo que tiene que venderla al capitalista para poder subsistir, medio vivir.
Marx otorga entonces a la clase obrera el papel histórico de destruir las relaciones capitalistas de producción en relaciones socialistas producto de la desaparición de la propiedad capitalista, de la explotación, del capital. Esta lucha se expresa en todos los campos de la existencia humana, es decir, la cultura, la economía, el arte, la educación, las formas de familia, la ciencia. Destruyendo la sociedad capitalista se destruyen las relaciones capitalistas de producción y florece una sociedad sin clases, humana, desalienada.
Para esto es importante que el obrero, el campesino, los empleados públicos, domésticas, personal de servicio logren un nivel de consciencia que le permita ubicar las contradicciones inherentes a su realidad particular y elevarlas a contradicciones derivadas de la sociedad capitalista en cualquiera de sus expresiones (imperialismo, capitalismo subdesarrollado, capitalismo de estado).
La política, como forma de expresión social reproduce tales contradicciones y es necesario, entonces, asumir la participación en la política (como asunto público en donde se debaten los temas concernientes al poder del estado, gobierno, administración pública) para diseñar formas organizativas, estrategias y tácticas destinadas a enfrentar las formas de dominación capitalista y construir las bases de la revolución socialista a nivel mundial.
En los actuales momentos hay un debate a nivel nacional en el cual se discuten temas importantes relacionados con las políticas públicas, formas de participación social, transformaciones a nivel económico, político, social, cultural y es necesaria la participación del todos los ciudadanos, en especial, los militantes de las organizaciones de izquierda, de las comunas, organizaciones culturales y todos aquellos que se sientan identificados y comprometidos con la defensa de la CRBV y los principios y derechos en ella contenidos a fin de preservar el destino de la República, la Patria y el futuro de nuestros descendientes.
Nadie puede conculcar el derecho a la participación ni a la crítica del pueblo toda vez que, tanto la CRBV y los deberes y derechos allí expresos nos los impone, nos obliga al debate, a elaborar propuestas.
El asumir y ejecutar una acción destinada a Promover la Reconciliación Nacional es un asunto público que debe ser debatido por el pueblo en su conjunto, hacer críticas, elevar recomendaciones. No debe ser algo impuesto ya que conspira contra los principios de Participación y Protagonismo del Pueblo previsto como valor supremo del Estado de Derecho y de Justicia Social, espíritu de la democracia actual de la Nación Venezolana.
Así de simple.
