Ludovico analizó a su amigo Marx

En el análisis de Ludovico Silva a Carlos Marx, en sus escritos, hace el estudio de la sociedad capitalista. Las bases sobre las cuales ha estructurado su teoría son totalmente materialistas. Su obra ha sido un polemizar con lo que él llamó la prehistoria de la humanidad, que no es más que el modo de producción capitalista. Es partir de 1844, en los Manuscritos de París, que considerará al fenómeno de la alienación como un problema central que involucra la relación entre obreros y dueños de los medios de producción. En 1845, Marx y Engels en La ideología alemana establecerán que la clase obrera con la relación de producción de mercancías pierde su esencia humana. Esta línea de investigación continuará idéntica en La sagrada familia. Ludovico Silva diría que a pesar del coqueto que aún mantiene el joven Marx con Hegel, es inadecuado establecer -como la habría hecho Althusser- la diferencia entre un Marx de la juventud y un Marx adulto. Hay varios tipos de alienación, la religiosa, la económica, la social y la productiva. Marx ha puesto en claro las bases filosóficas a partir de las cuales se desarrolla la conciencia del hombre. La ideología es un cemento que cohesiona las sociedades. La sedimentación de los valores hace comprender que el valor sobre el cual éstos se sostienen es el cambio, los pensamientos son mercancías. Los hombres no son inocentes del mundo donde viven. La estructura económica y social que Marx está conceptualizando y describiendo es el capitalismo de libre competencia. Ha descubierto las fuentes del malestar del mundo. Para comprender al mundo socia Marx utiliza lo que ha llamado como un método dialéctico. El autor interviene a la realidad desde la investigación y desde Ia exposición. Marx lo ha dicho en el Capital. él ha realizado con la dialéctica hegeliana un vuelco de 180 grados. ha efectuado una inversión, Ie ha dado a la dialéctica un fondo materialista y desde ese lugar intentará cambiar la vida, encontrar unos caminos que hagan comprender que Ia explotación es superable. La historia tenía su comienzo, como lo dijo Marx (1848) -en el manifiesto comunista-, en la división del trabajo. Para ese momento ya Marx había arreglado cuentas con el sistema hegeliano. Marx le reprochará también a la ideología de las luces su idealismo. La Ilustración representó el imperio de las ideas, se creyó que éstas gobernaban al mundo. Con Marx la historia se funda desde un basamento materialista. Engels ha hablado del materialismo histórico como la ciencia de la historia. Ludovico Silva ha insistido en que los vocablos materialismo histórico y materialismo dialéctico no fueron acuñados por Marx, sino que fueron de Ia cosecha de Engels. Ludovico Silva nos habla de cómo la ideología se impone como un cemento en el inconsciente colectivo de los pueblos. El saber ideológico se sostiene desde una estructura lingüística que reside inconsciente, en el preconsciente y en la consciencia, para dictarnos el camino que tenemos que defender.

El amo de la ideología es el capital, la sociedad se ha establecido como un valor de cambio, allí debe de estar presente la enajenación como sistema esencial dcl capitalismo. La burguesía impone un ritmo dc creencias, debe reproducir un tipo de sociedad, se ha montado una sociedad estabilizada desde el valor de cambio y desde el intercambio capitalista. Ludo- vico Silva nos advierte claramente que Marx tomó clara conciencia en sus escritos de lo que era la ideología, de allí el vocablo de falsa conciencia. La tesis de Ludovico Silva es que no hay una ideología revolucionaria, rechaza la teoría del reflejo y de la causalidad mecanicista que dice que toda la superestructura o mundo de las ideas es producto de las relaciones materiales que ocurren en la vida social. Si así fuera, estaríamos ante un reduccionismo o en la imposibilidad de comprender la relativa autonomía que las ideas poseen.

La tesis fundamental de Ludovico es que el marxismo es conciencia revolucionaria que debe violentar constantemente las antiguas verdades del saber y para hacerlo debe desprenderse de las antiguas nomenclaturas filosóficas. Althusser habría dicho que Marx estaba fundando un nuevo continente, el de la historia. Con el marxismo, las ciencias se salen de los análisis atomistas, se parte a partir de ese momento del concepto de totalidad. Se ha entendido que la historia tiene un motor que es la lucha de clases.

Marx sabe de antemano que no es de la historia romántica con la intervención de los grandes hombres de la que se habla, sino de otros factores como las relaciones económicas de producción, del estado, de la lucha de clases. Marx rompió no solo Hegel, también afirmaba que Napoleón no era un ser del otro mundo sino más bien era un producto de la historia. Porque en su análisis de la filosofía alemana le dio partituras a la composición de la melodía del Capital.

En el análisis que hace Ludovico de Marx, dice que el método dialéctico le permitirá tener las claves para explicar la historia de la humidad. Uno de esos conceptos clásicos es el de luchas de clases. Esto se suma los conceptos plusvalía, superestructura, valor de cambio y valor de uso los conceptos así como su consabida fórmula del capital: D-M-D (dinero-mercancía-dinero). Para Ludovico, Marx estaría construyendo una enorme base interpretativa para entender el cambio de modo de producción a otro. No está actuando un filósofo apasionado por el sistema hegeliano, sino un crudito que está sedimentando las bases de comprensión de la historia y de la filosofía.

Es preciso resaltar la posición certera que sostuvo Ludovico con respecto eso que los manuales soviéticos resaltaron como arte burgués. Ludovico se desmarca de esa visión del mundo. Le parece inapropiada, no hay ninguna región del conocimiento en Marx que pueda ser definida bajo esa nomenclatura, sencillamente caricaturesca, ortodoxa sostenible. El arte es sencillamente la expresión del espíritu del hombre tesis fundamental de Ludovico es que el marxismo es conciencia revolucionaria que debe violentar constantemente las antiguas verdades del saber y para hacerlo debe desprenderse de las antiguas nomenclaturas filosóficas. Althusser habría dicho que Marx estaba fundando un nuevo continente, el de la historia. Con el marxismo, las ciencias se salen de los análisis atomistas, se parte a partir de ese momento del concepto de totalidad. Se ha entendido que la historia tiene un motor que es la lucha de clases. Marx sabe de antemano que no es de la historia romántica con la intervención de los grandes hombres de la que se habla, sino de otros factores como las relaciones económicas de producción, del Estado, de la lucha de clases. Marx rompió no solo con Hegel, sino con Feuerbach. Napoleón no era un superhombre sino un producto del tiempo histórico en el cual vivió. Platón que era el filosofo rey a quién le tocaba darle sentido a las civilizaciones. La historia para Marx no estaba compuesta por la historia de los psiquismos particulares. El análisis de Marx parte de la sociedad capitalista. Su método dialéctico le permitirá tener las claves para explicar la historia de la humanidad. Uno de esos conceptos claves es el de lucha de clases. A éste podemos sumar los conceptos de plusvalía, superestructura, valor de cambio y valor de uso, así como su consabida fórmula del capital: D-M-D' (dinero- mercancía-dinero). Para Ludovico, Marx estaría construyendo una enorme base interpretativa para entender el cambio de un modo de producción a otro. No está actuando un filósofo apasionado por el sistema hegeliano, sino un erudito que está sedimentando las bases de comprensión de la historia y de la filosofía.

Veamos que posición sostuvo Ludovico con respecto a eso de los manuales soviéticos que resaltaron como arte burgués. Ludovico se desmarca de esa visión del mundo. Le parece inapropiada, no hay ninguna región del conocimiento en Marx que pueda ser definida bajo esa nomenclatura, es sencillamente caricaturesca, ortodoxa, insostenible. El arte es sencillamente una expresión del espíritu del hombre y no tolera en si mismo ninguna teoría del reflejo. Ludovico se ha situado muy lejos de la idea de la defensa de un arte socia- lista al estilo soviético, así como también de una biología socialista como se había hecho como lo habían concebido los pensadores clásicos.



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Marco Pedraza


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