"La libertad es siempre la libertad de
aquellos que piensan de otra manera"
Rosa Luxemburgo.
A menos de dos meses para realizarse el proceso eleccionario en el que se elegiría al próximo presidente de Venezuela durante los próximos 6 años el ambiente se torna más candente dado que hay toda una campaña de descalificación y descredito entre la derecha que aspira sustituir al Presidente Maduro y los seguidores de Maduro.
Los otros candidatos no tienen ninguna posibilidad de lograr captar los votos para ser elegidos presidentes.
Ahora bien. Cada tendencia tiene su propia metodología de su campaña electoral, las cuales tienen marcadas diferencias.
La derecha realmente deja mucho que desear. Con un candidato poco conocido, traído por los cabellos ya que la quien comanda el pelotón está inhabilitada por tener cargos de traición a la patria al solicitar la imposición de sanciones contra el país a los E.U. por lo cual debería estar presa y juzgada por dicho delito.
Su candidato, supuesto catedrático universitario con un currículo abultado quien ocupó cargos de diplomático en El Salvador durante el gobierno de cartón de Guaidó entre los años 2019 y 2023 y vinculado con la participación en el financiamiento y logística de actos brutales (Plan Cóndor) cuando se desempañaba como funcionario de la embajada de Venezuela en ese país, en la época en que Leopoldo Castillo era embajador por cierto vinculado con la muerte y desaparición de militantes de la izquierda así como el asesinato de Monseñor Arias y de seis sacerdotes jesuitas y dos colaboradoras en el año 1089, caso harto conocido mundialmente.
Pero además, en un audio filtrado, resultó ser un misógino que usando un lenguaje procaz abominaba de las mujeres y de los chavistas a quienes insultó y despotricó en dicha charla, demostrando ser una persona de peligro con graves trastornos mentales y de sentimientos perversos.
Pues resulta que el candidato de marras, le ha quitado la tapa al frasco y, después de vociferar que su proyecto político sería, en primer lugar, un proceso de transición que se iniciaría limando las confrontaciones a través del diálogo y posteriormente se harían los cambios políticos, sociales económicos del país ha cambiado el argumento.
En sus últimas declaraciones ha afirmado que no firmaría ningún acta de aceptación de los resultados electorales que emita el CNE, propuesto por Maduro, con lo cual se ha quitado la careta, y como dije anteriormente, la tapa al frasco, evidenciado su participación en el plan de violencia que tiene la oposición ya preparado para desconocer una eventual victoria de Nicolás Maduro que consiste en movilizar a sus partidarios el 28 de julio por la noche a Miraflores para evitar que éste asuma la presidencia, bloquear vías de comunicación (avenidas, calles, autopistas), promover disturbios, quema de cauchos, asalto a instituciones del estado, agredir a militantes y simpatizantes de la izquierda.
Es decir, una "segunda salida" invitando a la comunidad internacional a que envíen al país efectivos militares para consumar los planes de invasión ya anunciados por Biden, la U.E. y otros países que ya están preparados para eso.
Y por supuesto, el reconocimiento por parte de la OEA, la UE y gobiernos de derecha la misma noche del evento. Es decir, el mismo guion del Golpe de Estado el 11 de Abril del año 2002 contra el Presidente Chávez pero con diferentes actores.
Esto que aquí describo no es desconocido. Es un secreto a voces y el comportamiento, audios y mensajes de voz de la derecha filtrados así nos lo evidencia.
El pueblo venezolano, el pueblo "pueblo", ese que ha sido víctima de las medidas coercitivas, que ha pasado roncha, ese que tiene 11 años pasando necesidades, hambre, falta de medicinas, de atención médica, de educación, que ha resistido con valor y entereza la tragedia de una guerra asimétrica, silente, devoradora.
Un país que ha sido bloqueado, que ha soportado invasiones a las cuales ha repelido con el apoyo de la FANB como lo fue la fracasada Operación Gedeón el 13 de agosto del 2020, como la llamada Batalla de Los Puentes ocurrida el 23 de enero del año 2019 en la frontera venezolana con Colombia en la cual se enfrentó el pueblo de venezolano a una supuesta ayuda humanitaria con la que pretendían invadir el país en la cual estaban involucrados la derecha venezolana, Donald Trump, Sebastián n Pinera, Iván Duque y Mario Benítez y Juan Guaidó.
Un pueblo que hoy demanda paz, prosperidad, sosiego, tranquilidad, que desea que el proceso eleccionario del 28 de julio transcurra con paz y que se ratifique su compromiso con el proyecto bolivariano, con una democracia participativa y protagónica, que pueda disfrutar de las bondades que brinda el país con sus riquezas naturales, sus paisajes, costumbres, tradiciones saldrá a defender al Presidente Maduro de los intentos de la derecha por sacarlo por la vía de la violencia de su investidura de Presidente de Venezuela.
Pero ese pueblo también luchará para que en este período presidencial Nicolás Maduro corrija, mejore, enmiende sus errores, supere sus fallas y se comprometa a preservar el legado del Comandante Eterno "Hugo Rafael Chávez Frías".
Hacer la patria libre o morir por Venezuela.